Un Marido ideal

Capítulo 10

 

Capítulo 10

LENON

Dudo antes de darle a llamar, muevo mis dedos por la pantalla hasta que finalmente le doy al icono de teléfono, el móvil empieza a sonar y luego su voz.

—Me dejaste solo —. Me reclama. Mike es el más duro de todos, excepto cuando esta adolorido.

—No me respondiste el otro día —Le interrumpo antes de que pueda seguir dándome la lata —, el amor no correspondido, ¿es amor o capricho? —Hace silencio, mis brazos desnudos empiezan a sentir los primeros aires fríos de la noche.

No soy el más indicado para hablar de amor, de corresponder o de quedarme, sin embargo, aquí estoy. En la puerta de la única persona con la que me gustaría quedarme, pero no me atrevo ni siquiera a tocar su puerta.

A veces me vuelvo a sentir como un niño gay recién salido del armario, luego recuerdo que tuve una familia hermosa que me apoyo en todo.

—No sé qué responder, cariño —Y gracias al apoyo que recibí, pude ayudar a Mike, ahora él me cuida a mí, la mayor parte del tiempo —, antes de responder esa pregunta, hay que responder muchas más.

—Por ejemplo…—Estoy luchando con todo lo que soy, en el fondo, el miedo nunca se va a ir del todo.

—¿Cómo sabes que no es correspondido ese amor?, ¿cómo sabes que no es amor? O ¿cómo sabes que si lo es?, ¿cuántas veces has intentado llegar hasta él? —Escucho su suspiro al otro lado —, creo que te conozco más que nadie en este mundo.

» No eres un cobarde Lenon; te he visto tirarte al precipicio en nombre del amor una y otra vez, y me preocupa que ahora dudes. ¿Qué te lo impide, cariño?

—Me siento incapaz de lanzarme —Intento poner en voz alta como me siento por dentro —, como si una cuerda me atara por el tobillo y no me dejará mover. No, no, no puedo explicarte lo que siento, porque no sé exactamente lo que es.

—Entonces dime, ¿cuál es el sentimiento que más te está paralizando?

—El rechazo —La sinceridad me quita un peso del pecho.

—¿Cuántas veces te han rechazado?

—Muchas

—¿Cuántas veces eso te ha detenido?

—Ninguna.

—Entonces, ¿dónde está el problema?, no importa quién te rechace, tu seguirás siendo un alma dulce, con una linda cara y unos puños de acero.

» Soy tu mejor amigo desde hace muchos años, siempre puedes volver conmigo y yo te consolaré y devolveré ese espíritu efervescente con el que me cuidaste desde el principio.

» Ve lánzate; si de da, bien, y si no se da, aquí me tienes para cuidarte.

—Es una lástima que no seas mi tipo, Mike —Tengo que respirar profundo para no llorar.

La llegada de Mike en mi vida fue un regalo de Dios.

—Cuando encuentres la respuesta de esa pregunta, llámame. —Puedo escuchar su risa del otro lado de la línea.

—Lo haré. —Cuelgo el móvil luego de lanzarle un beso.

Podemos parecer muy rudos, pero somos puro corazón y alma.

Finalmente levanto el puño y toco la puerta.

—¿Vas a entrar? —La pregunta detrás de la puerta me asusta —, está abierto. —Vuelve a hablar antes de que responda.

—Es un peligro dejar las puertas abiertas —Le reclamo mientras entro.

—Estaba esperando que te diera el valor suficiente para entrar. Tocaste la puerta después de media hora de estar parado frente a mí puerta. —Observo su cuerpo magullado tirado en el sillón, tienes los ojos cerrados y apenas lleva unos calzoncillos.

No quedo mejor que Mike.

—No entiendo porque Mike y tú, insisten en pegarse hasta que se destrozan el cuerpo. —Me acerco a él. Es uno de los favoritos de Mike para luchar y viceversa, yo por otra parte, intento no estar presente en esas luchas.

—Es divertido.

—Es una locura.

—¿Qué haces aquí Lenon? —No es una buena bienvenida.

—Vine a ver cómo estás. —Estoy dando vueltas sobre mis pies, es la primera vez que entro a su casa.

—Vete a cuidar a Mike, seguro necesita que besen sus heridas —dice con mofa.

—Él ya tiene quién le cuide —La llegada de Milna a nuestras vidas, me dejo un pequeño espacio para curar a Daniel, mejor conocido como Lobo Feroz.

—¿Qué haces aquí?

—Creo que ya respondí eso, ¿dónde tienes el botiquín? —Me siento como un chiquillo nervioso.

—Creo que está en la cocina. —Lo dice como si se resignará a mi presencia.

—¿Por qué no estas en la cama?

—La cama se siente muy solitaria.

—¿Y el sillón te acompaña? —Tengo que usar todo mi ingenio para manejar la atracción que siento hacía él. Está semi desnudo y magullado, pero solo puedo pensar en lo bien que se ve o lo mucho que me gusta.

—Es más pequeño y tiene un buen espaldar, de alguna manera me hace sentir menos solo.

—Nunca había pensado en eso. —Yo prefiero ir a abrazar a Mike, jamás se me ocurrió pensar que otros tenían que escoger entre un sillón o la cama para mitigar su soledad — ¿Has tomado algo para dolor? —Tengo que preguntar para llenar el vacío inquietante que se empieza a formar a cada paso que doy.

—No, estoy sufriendo desde anoche. —Su cinismo me parece gracioso y no tengo muy claro por qué.

—No tienes que ser borde, estoy tratando de ayudarte.

—No pedí tu ayuda.

—Aun así, te la voy a dar, lo que me convierte en un ser de luz, que tú por descontado no eres.

—¿Qué haces aquí?

—Tienes que dejar de hacerme esa pregunta —Le ofrezco el vaso de agua y las pastillas que están sobre su mesa de la cocina, al menos es previsor y deja un horario para tomarlas —, sabes porque estoy aquí.

—Si supiera porque estás aquí, no te preguntará, ¿no crees? —Pone los ojos en blanco.

»Supongo que estas aquí porque tu amiguito Mike, no te necesita y no tienes a quien cuidar.

—Nop, estoy aquí porque quise venir a cuidarte, últimamente tú y Mike andan con más testosteronas que nunca, ¿qué les pasa?

—Quiero ayudarle con el gimnasio, pero él se niega a aceptarme el dinero. —Me explica, entiendo lo que me dice, yo lo obligo a aceptar mi ayuda.




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