Un Marido ideal

Capítulo 13

Capítulo 13

MILNA

—¿Cómo se te ocurrió? —Mike besa mi frente, lo abrazo más fuerte.

No importa las veces en las que soñé con crecer y casarme, esto solo se siente mucho mejor que mis millones de sueños. En los cuentos de hadas el día siguiente nunca es real, en mi realidad, despierto abrazada por mi esposo.

“Mi esposo”, mientras más lo pienso, más me emociona.

—¿Cómo se me ocurrió que cosa? —Mi piel se eriza, sus besos empiezan a descender por mi cuello.

—Casarnos. —Aparta sus brazos alrededor de mí, su cuerpo de pronto esta sobre el mío.

Bueno…eso…— ¿Cómo le explico?

—Sin mentiras, cariño —Envuelve mechones de mi pelo en sus dedos.

—Sin mentiras… —La piel debajo de su cuello se me hace de lo más interesante.

» Tuve una visita inesperada —confieso, intento eliminar el tono trágico de mi voz.

—¿Quién?

—Mi prima y mi madre…

—¿Y qué paso? —Mike no es bueno dándose por vencido.

—Ya tengo que volver. —No es la conversación que me imagine para el día después de mi boda.

—¿Eso que significa exactamente?

—Que ya se me acabaron las vacaciones.

—¿Yo soy parte de esas vacaciones, Milna?

—No eres parte de mis vacaciones, en todo caso, serías “las vacaciones”. —Acaricio sus brazos. Es imposible que él sea parte de algo, Mike se convierte en todo o no está ahí, punto.

—No me siento mejor. —No me recrimina o se hace el ofendido, solo expresa como se siente. Y por mi amado Dios, se acaba de llevar otro trozo de corazón.

—No Mike, por Dios, no eres unas vacaciones, no lo pensaría jamás.

» Primer día de casarnos y ya lo estoy jodiendo. —Mi don es joder lo que toco.

Hasta que pasa algo muy interesante, Mike me sonríe, besa mis labios y hace que el miedo que empezaba a dispersarse por mi cuerpo desaparezca.

—Lo estás haciendo bien, solo quiero saber de donde nace todo. —Él es tan él.

» Quiero saber más de ti, de cómo piensas realmente. Llevo tres meses tratando de ignorarte o directamente yendo hacia ti, nunca he entendido los puntos medios; así que ahora quiero conocer todo lo que pueda a mi esposa.

—Bien —Respiro profundo —, tú esposa se está convirtiendo en una egoísta de mierda.

» Empezaré desde el principio —Entonces le empecé a abrir mi vida al chico encima de mí, al chico al que le propuse matrimonio, al chico con el que me case en menos de veinticuatro horas, le abrí el corazón al chico que espero, me rompa el corazón.

MIKE

—¿Recuerdas el día que nos vimos? —pregunta acariciando mis hombros. Apenas puedo creer que todo haya pasado en menos de veinticuatro horas. Supongo que, sobre todo, aquí radica nuestras diferencias. Ella actúa rápido, yo tengo que pensarlo todo.

—Lo recuerdo.

—Llevaba un mes aquí y… —Ella gira su rostro, su voz cambia, se entristece —y vine porque tenía ganas de vivir una vida normal.

» Ya sabes, lanzarme a un lugar desconocido, hacer amigos, conocer todo tipo de gente y no sé, solo quería ser un poquito más normal o accesible al resto del mundo.

» Crecí en un lugar en que se me protegió de todo, menos de mis pensamientos. Sé que soy talentosa, esforzada, creí que era buena amiga, buena hija, pensé que lo estaba haciendo todo bien. Hasta que tuve ese accidente en una sesión de fotos, y todo cambio.

» Cuestione todo, me cuestione quien era y no tuve a nadie para decirme quién era o qué era.

—¿Quién eres? —Le pregunto esperando conocer su mente.

—Tu esposa

—¿Quién eras ayer?

—Tu novia.

—¿Y antes de eso?

—Tú inquilina.

—¿Y antes de eso?

—Una chica patética viviendo en el campus de la universidad. —Si pudiera encogerme de hombros lo haría.

—¿Quién eres ahora? —La beso antes de que responda —, eres algo más que mi esposa, ¿quién eres?

—Soy tu amiga —Tiende la mano hasta mi rostro —, sé que suena como si puse mi mundo a tu alrededor, pero la verdad es que estoy aprendiendo a ser yo y ser tu amiga es una parte importante de lo que soy, o lo que seré.

» Seguiré siendo Milna sin importar lo que pase, y Milna siempre será tu amiga, siempre estaré dispuesta a ayudarte.

—Mike siempre será tu amigo.

—Eso me gusta.

Sus manos en mi pelo me sacuden por dentro, dejo caer el peso de mi cuerpo sobre el de ella, mis dedos parecen viajar encima de su piel como si siempre fue así, sus labios suaves y divertidos que me roban el aliento o los latidos de mi corazón furiosos, que se aceleran mientras el descenso continuo me lleva a besar cada pequeño centímetro de su piel; no era mi primera vez o la primera vez de ella, posiblemente no sera la última. Más allá de eso no me importo, no cuando ella me besaba y me tenía entre sus manos, acariciándome de la misma manera que cuando amas a alguien con verdadera devoción.

En algún punto tendré que hacerles preguntas que ella no me querrá contestar y yo no querré saber el porqué.

Ella me mirará y yo le contaré todo lo que quiera saber.

Dejaré de ponerle excusas a lo que siento, tal vez, hasta logré entregarme al vacío de la misma manera en que ella lo hace. Mantener el control de lo que siento no es viable con la entrega de lo que recibo.

Entonces aquí me vuelvo a preguntar: ¿Qué estoy jugando?

 

Narrador omnisciente.

La vida suele ser un parque de diversiones para aquellos que la disfrutan, y para los que no la disfrutan también; es una corriente que no deja de correr nunca, mas nunca va con la misma intensidad, nunca se queda en el mismo lugar.

Ya lo enuncia un dicho por ahí: nadie se baña dos veces en un mismo río.

Así debió empezar la historia de ellos, tal vez si se lo hubiesen contado al inicio no lo habrían entendido, o simplemente solo lo dejarían pasar como unas palabras más de muchas.

Pero ahí estaban dos personas dentro del pequeño mundo al que estaban destinados, nadie sabía si por tiempo indefinido o por cuanto tiempo limitado, apenas compartían el mismo país, pero divididos por miles de kilómetros, distanciados por sueños y por razones que solo el tiempo, la distancia y Dios podían darles respuestas.




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