Día del parto.
Narra: Ariel Ronaldi
Estoy en la sala de partos sola. Si sola al llegar al hospital me llevaron a una habitación para esperar a estar lista para el parto.
Llevaba aproximadamente 8 horas dilatado y ustedes dirán ¿donde está Enzo.?-
Enzo iba conmigo pero cuando vio que ya estaba lista para dar a luz se desmayó.
Al parecer cuando se despertaba se volvía a desmayar y a la cuarta vez que de desmayado se dieron cuenta que se había quedado dormido.
Y me dijeron que lo iban a despertar cuando estuviera lista para dar a luz, por lo mientras hice de todo, camine, dormí, lloré por las contracciones.
En cierta forma comprendo a Enzo en los últimos días no a dormido casi nada.
Y lo están tratando de despertar, por lo mientras Allesandro esta conmigo y mi familia esta en la sala de espera.
-Tranquila Ariel no llores, tranquila por favor no llores- dijo asustado
-Allesandro.... yo no estoy llorando- le dije divertida
-Ahh si ya sabía-
En eso llegó Enzo el cual se veía despeinado y desorientado.
-Ya llegue, ya llegue ¡Quítate tú!- empujó a Allesandro fuertemente para después tomar mi mano.
-¡Le voy a decir a mi tío que me aventaste!- se fue del cuarto llorando
Llegó el doctor y reviso mi "parte íntima", haciendo fruncir el ceño de Enzo.
-Muy bien Ariel ya estás lista para empezar a pujar- Dijo el doctor
-Haci que cuando te diga puja empiezas a pujar ¿ok?- Asenti
-Muy bien ¡puja!.
Lo hice con todas mis fuerzas y apreté muy fuerte la mano de Enzo. No iba hacer la única que sufriera.
Sólo puje unos segundos y fue como ver el mismísimo infierno, dolía mucho. Después de esto no habrá más hijos lo prometo.
Enzo tenía en su mirada preocupación y dolor y como no le estaba apretando fuertemente la mano.
-Muy bien Ariel puja una vez más.- dijo el doctor
Puje otra vez y también apreté la mano de Enzo la cual se estaba empezando a poner roja haci que afloje mi agarré.
Unas horas después escuché un llanto, un llanto que me llenó de alegría tanto que lloré de felicidad.
Ahora entendía a mi madre y padre cuando me decían que lloraron el día en que me conocieron, Ahora los entendía.
Me pasaron a Matteo y solté más lágrimas al verlo, Enzo se acercó más y al verlo sonrió entre lágrimas y le dio un beso en la frente.
-Hola, hola pequeño Matt.- le susurre
El solo hizo un sonido hermoso
-Sra. Ronaldi debemos llevarnos al bebé.- me dijo una enfermera
Asenti un poco triste.
Sentí un vacío en cuanto se lo llevaron, pero rápidamente me recupere al recordar que en unas horas lo volveré a tener en mis brazos.
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Dar pecho es lo más difícil y algo doloroso, al principio duele mucho y es algo incómodo pero se me olvida con tan solo observar a Matteo comer tranquilamente.
Enzo esta con la familia explicándoles como me fue en el parto.
En eso escucho que entra alguien.
- Ya llegó la tía.- Carol entra por la puerta felizmente
Matteo dejo de comer
Reí por la cara que puso en cuanto vio a Matteo.
-Dios es tan hermoso y imaginar que en poco tiempo tendré a mi criatura en mis brazos.- Carol susurraba para no despertar a Matteo.
-¿Cómo estás?- me pregunto
-Bien un poco cansada y adolorida pero bien.- conteste
-¿Duele mucho?- pregunto refiriéndose a cuando le doy de comer a Matteo.
-Creo que es normal que duela al principio.-
Nos quedamos unos segundos en hasta que volvió hablar.
- ¿Le dirás a Enzo lo que pasó hace unos meses?-
Me congele ante esa pregunta.
- No, el no debe enterarse de lo que pasó ¿me oiste Carol? Tu me hiciste un juramento.- la mire esperando una respuesta de parte suya.
Ella solo asintió para nada convencida, pero ella sabe que Enzo nunca puede enterarse.
Nunca
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