Un Menesteroso

LA BRUJA DEL BARRIO Y EL FALSO TESTIMONIO

En lo que sida por hacerle daño a Ersaí, Lucrecia se pasa cerca de la casa de Orlando y demás vecinos, y grita que Ersaí intentó violarla, y muestra su blusa rasgada.

Aterrados, los vecinos le creen a Lucrecia, menos Filomena, quien duda de todo lo que ella dice.

En secreto, uno de los vecinos llama a la policía para que arreste a Ersaí...

En ese instante, Ersaí está muy apenado, y sale a la calle para defenderse de todas esas acusaciones, y les dice a todos:

— ¡Miren mis manos! Las tengo vendadas, ¿cómo yo voy a violar a esta mujer estando así?

De inmediato, Lucrecia les dice a los vecinos:

— No le crean nada, ese se está haciendo que no puede hacer nada con sus manos, pero miren mi blusa como me la dejó.

Ersaí les dice a todos:

— No le crean a esta señora, ella fue la que se metió en mi casa, ella misma se rajó la blusa, para decir que yo la quería violar.

Orlando está enojado con Ersaí, y le dice:

— Qué decepción muchacho, yo te creía un hombre serio.

— Y soy un hombre serio.

Filomena intenta defender a Ersaí. Cuando uno de los hombres que anda con Lucrecia va llegando a la casa de ella, y corre Lucrecia hacia él, diciendo:

— ¡Richard! ¡Richard! Mira lo que me hizo un vecino.

— ¿Qué vecino? ¿Qué te hicieron?

— ¿Acaso no ves mi blusa rajada?

— Si, ya la veo.

— Fue ese de allá, él me quiso violar.

De inmediato, Richard salta apegarle a Ersaí, pero Filomena se pone en el medio, diciéndole a Richard:

— ¡¿Vas abusar de un hombre que tiene sus manos quemadas?!

— ¿Y este porque quería violar a mi mujer estando así?

Ersaí le dice a Richard:

— Yo a usted no lo conozco, pero la verdad es que su mujer misma se dañó la blusa, para culparme de eso tan feo que dice.

Richard quiere pegarle a Ersaí. Cuando la policía llega al lugar. Y atiende el asunto...

Los policías atienden primero a Lucrecia, quien no duda en mentirle a la policía para que se lleven a Ersaí, pero los policías ven las manos de Ersaí, y lo interrogan aparte, y con la verdad que este les declara, lo dejan libre, porque le creen todo lo que les dijo.

En ese momento, un policía se acerca a Lucrecia, y le dice:

— Nosotros le creemos al muchacho, no lo acose y no lo moleste.

Lucrecia pega un grito, diciendo:

— ¡¿Qué?! ¿Ustedes se pusieron a favor de él?

— El joven es inocente, y si usted sigue en esas, lavamos a llevar a una celda, para que se calme.

Con Excepción de Filomena, todos los vecinos están furiosos con los policías, porque le cayeron a Lucrecia y no a Ersaí, y Richard intenta increpar a los policías, y estos llaman el carro de la policía y lo meten dentro del carro, y se lo llevan.

Uno de los policías que está encendiendo su moto, y esperando que el otro policía se suba, les dice a todos los vecinos:

— No vayan a atacar a ese joven, miren como está enfermo de sus manos, no querrán pasar un tiempo bajo celda ustedes también.

Los vecinos dejan de hablar, mientras Lucrecia grita por Richard para que lo suelten, pero la policía se va con el...

En seguida, Filomena le expresa a Ersaí:

— Éntrate a tu casa.

— Gracias doña Filomena, si no fuera por usted, ese hombre ya me había golpeado.

— ¡Éntrate!

— Bueno.

Ersaí le hace caso a Filomena, y entra a su casa, pero se queda viendo por la ventana a Lucrecia y a los vecinos que lo están odiando...

Lucrecia no puede creer que Ersaí no se lo llevara la policía, y se va furiosa a su casa y entra a una habitación donde tiene embotellados a todos los vecinos, con sus respetivos nombres, y comienza hacerle brujería a Ersaí...

Dos minutos después que Lucrecia comenzaré con su brujería, Ersaí pone sus dos manos en la cabeza, diciendo.

— ¡Uy! Pero qué fuerte dolor de cabeza tengo...

Mientras Lucrecia le hace daño a Ersaí con brujería, en la casa de Filomena, Justin está ansioso de que llegue su padre para contarle todo lo que sucedió, pero no se aguanta, y le dice a su madre:

— ¡Mamá!

— ¿Sí?

— ¿Eso es verdad que el joven que tú le das comida, le pego a la vecina?

— No te dije que te fueras a tu habitación hacer tus tareas.

— ¿Quién va hacer tareas con tantos gritos en la calle? Solo quiero saber si ese joven le pego o no, porque cuando yo salí, y vi por la ventana, vi que la vecina tenía la blusa rasgada y culpaba al vecino de algo, hasta vi la policía llegar.

— Él no le pego, esa mujer lo está culpando de intento de violación, pero tampoco el hizo eso.

— ¿¿Y cómo sabes tú, que el no hizo nada de eso? Mamá, ¿acaso estabas en esa casa con ellos?

Filomena no le gusta el tono en que Justin está hablando, y le dice con voz fuerte:

— Vete a hacer tus tareas, y ni una sola palabra de esto a tu padre.

— Si mamá.

Filomena queda preocupada por todo lo que pasó; que piensa en el bienestar de Ersaí...

En ese instante, Lucrecia está haciéndole maldad a Ersaí. Cuando dos de sus cuatro hombres; vienen llegando a su casa, y primero toca Olman el timbre de la casa, y hace desconcentrar a Lucrecia, que está en plena brujería. Y se detiene para ver quien timbra...

Olman sigue tocando el timbre. Cuando el otro hombre de Lucrecia se acerca, y le dice a Olman:

— Buenas tardes.

Enseguida, Olman se da vuelta rápidamente, y ve esa cara conocida, y le responde:

— Buenas tardes, ¿tú eres el primo de Lucrecia?

— Eh, sí, yo soy el primo.

— ¿Me recuerdas tu nombre?

— ¡Zacarías!

— ¡Yo soy Olman!

— Olman, nosotros ya nos conocíamos.

— Así parece.

— Esta es la segunda vez que preguntas mi nombre.

— Debe ser que me olvide, de tantas cosas que tengo que hacer en el trabajo.

En casa de Martha, el dolor de cabeza de Ersaí se le quita instantáneamente, y deja de tocarse la cabeza, diciendo:

— Qué raro, ya no me duele la cabeza... necesito no volverme alterar con ninguna cosa, para que no me vuelva a doler la cabeza así...




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