Un Menesteroso

SIN SERVICIOS

Estupefacto y sin comprender aun las palabras de su jefe, Ersaí queda sin palabras por unos siete segundos, y luego le pregunta a su jefe:

— ¿Qué fue lo que me dijo?

— Que ya no puedo contar con tus servicios.

— ¿Por qué? ¿Hice algo malo?

— No, soy yo, se me presentó una dificultad económica, y ya no puedo pagarles a tres personas, sino que a dos.

— Ah, ya... como yo llegué de último, si es entendible.

Ante la mirada de Frey desde lejos, Hugo pone su mano derecha en el hombro izquierdo de Ersaí, diciéndole:

— Yo voy a llamar a unos amigos, y te voy a conseguir trabajo con ellos, no te preocupes, yo te llamo.

— Gracias señor, pero yo no tengo teléfono, ¿a dónde me va a llamar?

— Ah, verdad que me dijiste eso hace tiempo.

— Deje así, y de nuevo gracias por la oportunidad que me dio.

Ersaí se despide de su jefe y luego de Jair y de Frey, diciéndoles el motivo, pero Jair no puede creer lo que le dijo Ersaí, y dice:

— ¿Por qué te echo Hugo, si andes éramos cuatro con Alonso y el jefe pagaba más?

— Como les dije, se le presentó un problema económico y solo le puede pagar a dos.

Frey no dice nada. Cuando Jair se siente mal y se enoja con Hugo, y expresa:

— El jefe si tiene para pagar, él quiso echarte.

Ersaí ya no quiere hablar de eso, y se despide de sus compañeros y se va. Cuando Frey va rápidamente a donde esta Hugo, y le dice:

— Hizo bien jefe.

— Vete a trabajar Frey, y déjame hacer unas cuentas acá.

— Bueno.

Frey sale de la bodega. Cuando Hugo dice:

— Actúe mal con Ersaí... la embarre.

Hugo sale de la bodega, y le pregunta a Jair, quien lo mira con enojo:

— ¿Ersaí está por ahí?

— Él ya se fue, porque usted lo echó.

A Hugo no le gustó como Jair le habló, y en segundos cae en cuenta; que él se portó mal, y se entra a la bodega...

En seguida, Frey le expresa a Jair:

— Si le sigues hablando así al jefe, de seguro que te van a echar.

— Y así te quedarías solo.

— ¿Cómo así? ¿De qué hablas Jair?

— Que estabas contento porque echaron a Ersaí.

— No, no, no, ¿acaso no les dije que mi mujer está embarazada, y por eso estaba contento?

— Pues, ahora no te creo.

— Bueno, Jair, piensa lo que quieras.

Frey se aparta de Jair y se va a sentar a otra parte, mientras Ersaí va en el Mio, y piensa:

"Tengo que buscar algo que hacer, y rápido; esos servicios no van a dar esperas"

Minutos después, Ersaí llega a su casa. Cuando Lucrecia lo ve, y dice:

— Necesito una prenda de ese.

En ese instante, Lucrecia sale rápido de su casa. Cuando Ersaí la ve y le da miedo de ella e intenta abrir la puerta rápido, pero Lucrecia se acerca a él, diciéndole:

— Vecino, yo vengo a disculparme con usted, quiero que me perdone.

— ¿Qué? ¿Usted pidiéndome perdón?

— Si, recapacite en esa celda que la policía me puso.

Ersaí no le cree nada a Lucrecia, y piensa:

"¿Qué estará tramando? Que se vaya, no la quiero cerca porque me ha hecho mucho daño"

Lucrecia espera una respuesta, y le dice a Ersaí nuevamente:

— Me perdona.

— Si, la perdono, pero yo la quiero que este lejos de mí.

De inmediato, Ersaí abre la puerta y se entra. Dejando a Lucrecia parada en el andén.

Lucrecia se vuelve a enojar, porque Ersaí no cayó en su trampa, y se va para su casa...

Días después, Los servicios de energía y de gas, son cortados a la casa de Ersaí, y Lucrecia al ver el carro de energía, se alegra por eso.

A escondidas de su hijo y de su marido, Filomena entra a la casa de Ersaí con una jarra de jugo de mango, diciéndole:

— Buenas tardes Ersaí.

— Buenas tardes señora Filomena.

— Como tenías la puerta abierta, entre; aquí te traje jugo.

— Gracias, pero tenga cuidado con su esposo, no quiero que vaya a tener problemas por mi culpa.

— No te preocupes, mi esposo no está en casa, y de mi hijo yo me encargo.

— Gracias, usted ha hecho bastante por mí.

— Siempre uno tiene que ayudar al que lo necesita.

Ersaí se acuerda del error que hizo, y se pone triste, y dice con voz baja:

— Así es.

— Pero lo dices con una tristeza, ¿qué te sucede?

— Además de que me cortaron la energía y el gas, y que me echaron del trabajo, me acordé de un error muy grande que cometí.

— Todos cometemos errores.

— Si, pero yo hice uno muy grande.

Justin separa en la puerta de Ersaí, y le dice a Filomena:

— ¡Mamá!

Filomena y Ersaí se asustan. Cuando Filomena se da vuelta, y le dice a su hijo:

— ¿Qué sucede Justin? ¿Acaso no te dije que me ayudaras con echarle agua al pateo?

— Ya juagué el pateo.

— Ah.

— ¿Mi padre no dijo que a esta casa no viniéramos?

Filomena se despide de Ersaí, y luego se acerca a su hijo, y le expresa:

— ¡Vamos a la casa!

Filomena se lleva a su hijo a su casa y por el camino, lo regaña fuertemente...

En ese momento, Ersaí toma un poco del jugo que le trajo Filomena y cierra la puerta, y se recuesta en ella, diciendo:

— ¿Qué voy hacer?...

En la noche, Alfredo llega al andén de su vivienda y ve la casa de Ersaí en oscuras, y entra a su casa y saluda a su esposa e hijo de besos, como es de costumbre, y les pregunta:

— ¿Pasó algo con el vecino de al lado?

Justin se le adelanta a su madre, y le responde a su padre:

— Le cortaron la energía y el gas.

— Ah.

Filomena le pregunta a su esposo:

— ¿Pretendes ayudarle?

— No, que trabaje para que pague sus servicios.

— No me gusta lo que últimamente escucho de ti, te has vuelto un hombre con un corazón duro.

— Solo quiero que ese hombre no se vaya aprovechar de ti, por lo que pasó con Lucrecia.

— A Lucrecia nadie la ha violado, ella se inventó eso.

— Di lo que quieras, no te quiero ver en esa casa...

En casa de Martha, Ersaí sale a comprar fósforos y vela a la tienda, porque dentro de la casa no encontró nada de eso, y regresa a la casa. Cuando ve a Lucrecia y a otros vecinos burlándose porque esta sin energía...




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