Ersaí mira a Lucrecia y a varios vecinos que están reunidos en plan de burla porque esta sin energía y sin gas, y no presta atención a eso, y entra a su casa, y alumbra la sala encendiendo una vela, y la pone en el comedor.
Ersaí coge la jarra de jugo que le trajo Filomena y se sienta, y dice:
— Va hacer una larga noche...
En la mañana siguiente, Ersaí se despierta con mucha hambre, y se levanta de la cama y se juaga el rostro con agua que había recogido de la lluvia e intenta hacer desayuno...
En seguida, Ersaí intenta encender el gas. Cuando se acuerda que este está cortado junto con la energía, y pone su mano derecha en la cabeza, diciendo:
— Pero, ¿yo que estoy haciendo?... se me había olvidado que no tengo gas ni energía... tengo que buscar hacer algo.
De inmediato, Ersaí se va para el pateo y encuentra algunos faroles recostados en una esquina, y dice:
— Perfecto.
Ersaí coge dos faroles y los acuesta en el piso, uno cerca del otro, y comienza a buscar leña dentro del pateo, pero no ve nada que le pueda servir, y dice:
— Toca buscar en la calle.
En ese momento, Ersaí sale a la calle, y comienza a encontrar y también a arrancar ramas de árboles.
Uno de los vecinos que se burlan de Ersaí, lo ve arrancando ramas en el árbol, y se acerca, y le pregunta con gran enojo:
— ¿Por qué estas dañando el árbol?
— Se dice buenos días.
— A mi no me vengas con formalidades, yo te pregunté, ¿qué porque estas dañando el árbol? ¿Acaso tú lo sembraste?
— No lo estoy dañando, solo saque las ramas que ya están secas.
Filomena mira desde su casa. Cuando este vecino le expresa a Ersaí:
— Vete a tu lugar, y no me vuelvas a sacar ramas de ahí.
— Como usted diga.
Ersaí se lleva la leña que cogió para su casa, y mientras pasa la carretera, ve en la puerta a Filomena y la saluda. Cuando esta le dice:
— Ven acá, te tengo algo.
Ersaí se acerca a la casa de Filomena. Cuando esta trae un plato con varias empanadas y una taza de milo, y le dice a Ersaí:
— Aquí tienes, para que no prepares desayuno.
— Oh, señora Filomena, gracias, muchas gracias.
— Pero recíbelo.
— Espere dejo esta madera y vuelvo.
Lucrecia alcanza a ver lo que esta pasando. Cuando Ersaí deja toda la madera que cogió en la sala y sale rápidamente, y recibe el desayuno. Agradeciéndole nuevamente a Filomena...
Lucrecia saca su teléfono, y llama a Alfredo por primera vez, y cuando éste contesta, le dice:
— Cuida tu matrimonio.
— ¡Hola! ¿Quién es?... ¡Hola!
Lucrecia cuelga el teléfono. Cuando Alfredo piensa en Ersaí, y le pide permiso a su jefe en la oficina, para salir por urgencia a su casa...
Ciudad Jardín, Ersaí termina de desayunar con las empanadas y el milo que le dio Filomena, y pasa a la casa vecina con el plato ya juagado, y le dice a Filomena cuando esta abre la puerta:
— Aquí esta su plato y su vaso, y de nuevo muchas gracias.
— De nada muchacho.
— Esas empanadas estaban muy deliciosas, la felicito.
— Gracias, a mi hijo y a Alfredo también les encantaron.
— Y como no, esas empanadas estaban muy buenas, bueno, ya la dejo para no molestarla.
— Al medio día te paso el almuerzo.
— Qué pena con usted.
— Ninguna pena, estas sin energía y sin gas, y los vecinos están para ayudar, así que; ahora más tarde te paso el almuerzo.
— Bueno...
Ersaí entra a su casa, y recoge la madera que tiene en el suelo y la lleva hasta el pateo, y dice cuando ve los dos faroles que había acostado:
— Parece que me adelante con esto y no lo voy a utilizar...
Minutos después, Alfredo llega al frente de su casa, y se baja de su carro rápidamente. Cuando Filomena lo ve desde la ventana, y se sorprende.
De inmediato Alfredo entra a la casa desaforado, diciéndole a su esposa:
— ¿Dónde está el tipo?
— ¿Qué te pasa Alfredo? ¿Qué tipo?
— Ersaí, quien más.
— Aquí no hay nadie mas que tu hijo y yo.
— Mentira.
Justin sale de su habitación alistándose para ir en la tarde para el colegio, diciéndole a su padre:
— ¿Qué sucede papá?
— ¿Dónde está el Ersaí?
— Papá, aquí no ha entrado nadie, ni esta ese señor, créeme a mí, yo he estado aquí.
Alfredo se calma al escuchar a su hijo. Cuando Filomena se enoja con su esposo, y le dice:
— Que vergüenza, así es que me crees...
— Perdóname.
— Si no confías en mí, entonces para que estamos juntos.
De inmediato, Filomena abre la puerta y se va de la casa a caminar por ahí. Cuando Justin le dice a su papá:
— Tremenda embarrada que hiciste...
Alfredo sale de tras de su esposa, y la convence que regrese a casa...
Horas después, Ersaí se pone a esperar a que Filomena le pase el almuerzo que ella le prometió, pero se asoma por la ventana, y ve el carro de Alfredo, y dice:
— Ah, es por eso... bueno, toca hacer fuego para hacer el arroz, y fritar huevo...
En seguida, Ersaí se va al pateo, y en su camino le comienza a doler la cabeza, pero sigue hacia el pateo y comienza a armar el fogón con la leña que cogió en la mañana...
Después de organizar la leña, busca papel y fósforos para encender en fogón, pero cuando esta en el proceso de encender, todos los fósforos que saca, algunos se descabezan y otros de lo blando quedan en la parte donde se raya.
Quedándole bastantes fósforos todavía, Ersaí no los desgasta más y los pone al sol por bastantes minutos, y luego ensaya con uno, y este enciende...
De inmediato, Ersaí logra encender el papel y luego las ramas secas. Para ponerle después madera más gruesa...
Minutos más tarde, Ersaí está cocinando su arroz, pero el humo del fogón se mete al pateo de la casa de Lucrecia, quien está en ese momento en su habitación de brujería y le llega el humo hasta allá...
En ese instante, Lucrecia se detiene de lo que le esta haciendo a Ersaí, y dice: