Un Menesteroso

EL TESTIGO

En ese instante, Amalfi se lleva a Jeffrey y a Ersaí a una mesa que tiene preparada para los tres; en un nuevo restaurante que queda cerca de donde trabajan.

Sin preguntarle a Ersaí ni a Jeffrey, Amalfi ya había pedido sopa de ajiaco para los tres...

Ersaí le agradece a Amalfi por la comida al igual que Jeffrey también le agradece. Cuando Amalfi les dice a los dos:

— Comencemos a comer, que ya nos traen el arroz y lo demás.

En seguida, todos comienzan a comer. Cuando Ersaí le gusta tanto la sopa de ajiaco, que dice:

— Esta muy buena esta sopa, hace tiempo no tomaba una así.

Jeffrey también dice:

— Tienes razón Ersaí, está muy buena.

Amalfi le pregunta a Ersaí:

— ¿Eres bueno con los números?

— Pues, hasta donde se; creo que sí.

Amalfi y Jeffrey se sonríen con eso, y Amalfi prueba una pechuga de pollo, y terminando de comerla, le dice a Ersaí:

— Necesito jóvenes honestos en este trabajo, si con el tiempo me demuestras que puedo confiar en ti, como hasta el momento confió en Jeffrey; entonces te daré en el futuro un cargo importante.

— Gracias señora, yo no la defraudaré.

— Eso espero.

En ese momento, un mesero les trae en dos tandas, todo el complemento de la comida...

Después de comer, Amalfi se levanta y se va a cancelar la comida de todos. Cuando Ersaí le pregunta a Jeffrey:

— ¿Cuánto tiempo estas trabajando en el mercado?

— Solo tres semanas.

— Pensé que tenias más tiempo, lo digo por la confianza que te trata la señora Amalfi.

— Ah, es que ella me conoce desde pequeño, es por eso que me conoce bastante.

— Ya veo...

En la tarde, Ersaí comienza a atender a varias personas. Ayudando aun más a Jeffrey, y acostumbrándose a el trabajo...

6:50 pm, Amalfi le gustó como Ersaí se desenvolvió todo el día con la venta de los revueltos, y como arregló la cebolla, y atiende a la gente con paciencia, que le dice:

— Veo que eres un joven muy ágil con esto.

— Gracias, hago lo que puedo.

— Pues, sigue así.

— Bueno...

9:00 pm, el mercado es cerrado, y Amalfi con gran alegría despide a Jeffrey, y luego le expresa a Ersaí:

— Te espero mañana.

— Si señora, yo estaré aquí a primera hora.

Jeffrey se despide de Ersaí y se va para su casa. Cuando Amalfi no se acuerda que Ersaí le dijo que estaba en la calle, y le dice:

— Bueno, vete a casa y que pases buena noche.

— Bueno...

En ese instante, Amalfi se va, y Ersaí queda merodeando el lugar, buscando un buen lugar para sentarse y acostarse...

Por fin, Ersaí encuentra donde pasar la noche, un anden donde no le vaya a caer aguacero, y se recuesta en ese lugar pensando en el buen día que tuvo...

12:01 de la medianoche, Ersaí esta dormido. Cuando tres sujetos a quince metros de él, llegan a esa zona, porque desde días anteriores tienen estudiado un apartamento para robarlo...

Uno de ellos trae un camión, y mira desde lejos a Ersaí, que esta tirado en el suelo, y se baja del camión rápidamente, y les dice a los otros dos, quienes están viendo el apartamento:

— ¡Hey! Muchachos.

— ¡¿Qué pasa?¡

— ¡Miren allá!

Los otros dos ladrones miran a donde esta Ersaí, y los tres se van a donde esta él y lo rodean, y uno le pregunta al otro:

— ¿Está muerto?

Uno de ellos se agacha, y se da de cuenta que está respirando, y les dice a los otros:

— Está vivo, solo duerme.

— Parece que es un habitante de la calle.

— Pero no tiene aspecto de habitante de calle.

Ersaí se despierta al escuchar voces cerca de él, pero cierra rápidamente sus ojos cuando ve que está rodeado de hombres encapuchados, y se pone muy nervioso. Cuando escucha que uno de ellos dice:

— ¿Qué hacemos con él?

— Estamos perdiendo tiempo, hagamos lo que vinimos hacer, y dejemos a este aquí.

— Bueno, después que no se despierte y nos vea.

— ¡Vamos por ese apartamento!

De inmediato, los tres ladrones se van hacer su cometido, mientras Ersaí abre sus ojos disimuladamente, y ve desde lejos todo lo que están haciendo...

Los ladrones tienen llaves para entrar al edificio, y entran con toda comodidad, y buscan el apartamento número doce...

En la calle, Ersaí comienza a mirar hacia los alrededores, a ver si alguien también está viéndolo que él está presenciando, pero no ve casa ni apartamento con luces encendidas, y dice en voz baja:

— Ahora es que se necesita a la policía...

La nariz comienza a picarle a Ersaí, y rápidamente se soba, y vuelve a quedar en la posición en que estaba. Cuando ve salir a uno con un televisor de treinta y dos pulgadas, y luego a otro con otro televisor similar, y lo acomodan dentro del camión. Y suben ayudarle al otro, quien esta batallando para abrir la caja fuerte de la habitación principal...

Sorprendido de ver el robo, Ersaí dice:

— Pobre gente, los van a dejar sin nada...

En el apartamento, los ladrones no pueden abrir la caja fuerte con la clave que les dio la empleada, y le dice uno al otro:

— Esta mujer nos engañó, esta no es la clave.

— Saquemos la caja completa.

— Es muy pesada.

— Entre los tres podemos.

— Bajemos ese televisor de setenta y cinco pulgadas, entre ustedes dos, y yo vuelvo a meter la clave, a ver si puedo esta vez, y sino; entre los tres bajamos esto.

— ¡Bueno!

En seguida, los dos ladrones bajan el televisor más grande, y se van con él, mientras el otro vuelve a meter la clave, pero esta no funciona...

Los otros dos ladrones bajan con el gran televisor, y lo acomodan también dentro del camión, y suben rápidamente ayudar a su amigo, y como no pueden abrir la caja fuerte, todos se ponen bravos con la empleada que les dio la clave, y entre los tres comienzan a bajar la caja fuerte. Y hacen un ruido tan fuerte, que hace que dos vecinos de ese edificio se despierten, y vean lo que está pasando.




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