Muy agitado y asustado, Ersaí sigue corriendo, y mira hacia tras, y no ve a nadie de los que lo perseguían, y se esconde en un matorral rápidamente, y dice:
— Estuvo cerca... ah... el corazón se me quiere salir de tanto correr...
En ese momento, el camión va por la vía. Cuando la policía actúa rápido, y le sale al encuentro, y dos de los tres ladrones saltan del camión, y alcanzan a escapar, mientras el líder queda rodeado por los policías y queda capturado...
Ersaí se queda escondido en ese matorral, y no pega el ojo durante tres horas, y después duerme un poco...
En la mañana, Ersaí se despierta y ve pasar a mucha gente, algunos que van a trabajar y otros haciendo ejercicio...
Ersaí se acuerda que tiene que ir a trabajar en el mercado y sale del matorral, y hace correr a un veterano que lo ve salir así repentinamente.
Ersaí le grita al señor:
— ¡NO CORRA! ¡YO NO SOY LADRÓN! ¡YO NO LE VOY HACER NADA!
El señor no le hace caso y se va apresuradamente por otra calle. Cuando Ersaí se da vuelta; y se va para el mercado, pero con gran precaución ante lo que vio la noche anterior...
Amalfi ve a Ersaí desde lejos, lo ve con la ropa sucia, y dice:
— ¿Qué será lo que le ha pasado a este muchacho?
Ersaí no ha llegado al mercado. Cuando Amalfi le dice con voz alta:
— ¿Qué te ha sucedido?
— Tuve una noche complicada. Buenos días doña Amalfi.
— Buenos días Ersaí.
Jeffrey llega al mercado y saluda a Ersaí y a Amalfi, y le pregunta a Ersaí:
— ¿Acaso estabas peleando?
— No, pero pasé una noche difícil.
Amalfi le llega un olor extraño, y le dice a Ersaí:
— Se me había olvidado que ayer me dijiste que dormías en la calle.
— Si.
— Ve, y báñate al fondo; que yo te busco una nueva ropa para que te pongas a trabajar atendiendo a la gente.
— Gracias señora.
— Ve al fondo, allá encontraras jabón.
— Bueno.
Jeffrey le expresa a Ersaí:
— Yo te voy a mostrar.
— Gracias.
En seguida, Jeffrey le muestra a Ersaí donde bañarse. Cuando Amalfi atiende a dos mujeres que vienen a comprar muchos revueltos...
Después de dejar a Ersaí en el lugar indicado para bañarse, Jeffrey va a donde Amalfi y le ayuda con las clientas y las despacha de muy buena manera, mientras esto pasa; Amalfi se va a buscar la ropa que le dijo a Ersaí...
Amalfi consigue en un local de una amiga, una ropa de hombre con etiquetas que iban a regalar, y en buen estado, y se va para su mercado; y le pone la ropa nueva a Ersaí, cerca de donde se está bañando...
En ese momento, Ersaí se está bañando, y se queja un poco porque el agua está muy fría. Cuando escucha que un hombre está hablándole de Dios a Amalfi y a Jeffry, prefiere quedarse en ese lugar...
El hombre de Dios dura siete precisos minutos, evangelizando a Amalfi y a Jeffrey, y se despide de ellos dos, y se va del mercado. Cuando Amalfi mira hacia el fondo, y dice:
— Yo creo que entre cinco o menos minutos bastan para bañarse, ¿Dónde está Ersaí?
Jeffrey le expresa a Amalfi:
— Espere jefa, yo voy a ver que pasó.
— No me vayas a decir jefa delante de Ersaí.
— Si señora.
— Yo necesito convencerme finalmente que él es un buen muchacho.
— Parece que lo es.
— El tiempo lo dirá, ahora búscalo.
— Bueno...
Jeffrey va caminando hacia el baño. Cuando ve venir a Ersaí ya cambiado con la ropa nueva, y Jeffrey le dice:
— Ya venía a buscarte.
— Me estaba vistiendo.
— Pues la ropa te quedo bien.
— Oh, si, voy a agradecerle a la señora Amalfi.
— ¡Vamos!
Ersaí y Jeffrey van a donde esta Amalfi, y esta al ver cómo le quedo la ropa a Ersaí le expresa:
— Oye muchacho, que bonita que te quedo esa ropa.
— Gracias señora Amalfi, ya necesitaba bañarme y cambiarme de ropa.
Jeffrey está atendiendo a varias personas. Cuando Amalfi le dice a Ersaí:
— Con mucho gusto, ahora vamos a desayunar y luego a tender a la gente que llega.
— Si.
Minutos después, Ersaí y los demás terminan de desayunar en el mismo negocio...
Luego de eso abre en totalidad las puertas, y Ersaí atiende a una señora que llega de primero. Cuando ve hacia el frente; hacia la carretera, y ve que un hombre lo está viendo fijamente, piensa mientras le empaca unos tomates y unas papas a la señora:
"¿Y este hombre quién es? ¿Sera que es uno de los ladrones de anoche?"
Ersaí le entrega todo a la señora y recibe el pago, y vuelve a mirar al frente. Cuando este hombre pone su mano derecha en su cuello, y le indica a Ersaí que le va hacer daño, y de inmediato, Ersaí se pone extremadamente muy nervioso, y quita la mirada hacia el frente, y pone la mirada en los revueltos, y piensa:
— Me quiere matar, no hay duda. ¿Cómo me reconoció si era de noche?
Jeffrey ve a Ersaí muy pálido y nervioso, y le pregunta:
— ¿Qué te pasa Ersaí? ¿Estas enfermo?
— Mira hacia la calle, hacia el frente hay un hombre extraño mirando para acá.
Jeffrey mira a donde Ersaí le indica, y dice:
— ¿Qué? No veo a nadie.
Ersaí mira otra vez, y al no ver a nadie, dice:
— Pero... ¿dónde está?
— ¿Y exactamente de quien estamos hablando?
Ersaí no quiere que ni Amalfi ni a Jeffrey le pase nada, y dice:
— Ya deja así, y sigamos trabajando, debe ser mi imaginación.
— Bueno.
Jeffrey se va ayudar a Amalfi. Cuando Ersaí vuelve a mirar hacia la calle, y ve otra vez al ladrón, pero esta vez lo ve que tiene su mano la cintura como tratando de sacar algo, y lo ve que intenta pasar la calle, pero los carros todavía no lo dejan pasar.
De inmediato, Ersaí no se despide de Amalfi y de Jeffrey, y se va corriendo sin que ellos lo vean, por los lados donde se bañó...
Ersaí escapa del ladrón que lo estaba viendo para hacerle daño, y se va bastante lejos, y pasando las calles por poco lo atropella un taxi, y sigue corriendo, y arriesgando su vida, se monta detrás de un Mio sin que nadie lo vea, y se va...