Un Menesteroso

EL DOLOR DE UN COMPAÑERO Y UN LUGAR INSEGURO

Totalmente sorprendido al escuchar esa palabra, Ersaí se queda mirando a William, y le pregunta:

— ¿Qué fue lo que me dijiste?

— Camilo está muerto.

De inmediato, Ersaí recuerda varios momentos junto a su amigo, y luego de eso le pregunta a William:

— ¿Qué sucedió con él?

William alcanza a ver a lo lejos, que tres motos de policías pasan a toda velocidad. Cuando le responde a Ersaí:

— Estábamos haciendo piruetas y acrobacias en esa moto e íbamos por la avenida como locos, y nos estrellamos con un carro que iba saliendo de otra vía, la cual yo no vi, y Camilo que iba de parrillero; salió volando y se dio muy duro en la cabeza con el pavimento, y murió inmediatamente, yo sufrí unas fracturas en mi brazo y hombro derecho, y también fracturas en unas costillas.

— ¿Esto cuando pasó?

— Uf, esto tiene como trece o catorce años... si, catorce años, yo desde ahí, nunca volví a manejar una moto, quedé muy impactado con lo que le pasó a camilo.

— Yo no puedo creer que Camilo este muerto.

— Y hace dos meses mataron a Frank.

— ¿Frank?

— Si, el que coqueteaba con tu hermana Inés.

— Ah, ya.

— No hay mucha seguridad en el barrio.

— ¿Sabes a donde se fue Inés y mi familia?

— No lo sé, ellos se fueron de madrugada, porque nunca se vio un trasteo, fue extraño.

— Ya veo.

— Solo hay dos casas que te pueden decir donde están, porque la amiga íntima de tu madre, doña Clara; se fue también del barrio, por inseguridad, y quedan los Gutiérrez y la chismosa de Eli.

— Tengo que averiguar que le sucedió a mi familia.

William vuelve a ver desde lejos hacia las espaldas de Ersaí, que hay mucho movimiento, y le dice a su amigo:

— ¡Ersaí! Ven a mi casa, porque en este momento se ve mucho movimiento peligroso, y voy a resguardarme con el niño.

Ersaí mira hacia tras, pero no ve a nadie, y le dice a William:

— Ve, y resguárdate junto con el niño, que yo voy a la casa de los Gutiérrez.

— Bueno amigo, después me cuentas en donde estuviste todo este tiempo.

— Bueno.

— Averigua eso en la casa de los Gutiérrez y te vas, está muy peligroso.

— Bueno.

William se va rápidamente a su casa junto con su hijo, mientras Ersaí llega a la puerta de la casa de los Gutiérrez, pero estos al ver a Ersaí se asustan y piensan que es un maleante y no abren de ninguna manera esa puerta; y llaman a la policía...

Ersaí desiste en tocar el timbre y tocar la puerta, vuelve la calle, y dice viendo la casa de los Gutiérrez:

— Debe ser que me han visto por la ventana y se asustaron por mi presencia...

Ersaí camina por la calle hacia las casas vecinas del frente, y mira la casa de Eli, quien tiene la ventana abierta. Cuando sorpresivamente; ve a Eli en la ventana, y esta le dice:

— Yo te conozco.

— ¿Cómo?

— Tu eres Ersaí, hijo de los Cardona, no pierdas el tiempo buscando a tus padres, ellos me dijeron que ya estas muerto para ellos.

Acordándose nuevamente de lo que pasó en la fundación, Ersaí siente un poco de tristeza, y mira hacia su casa, y saca fuerzas orando en la mente, y pidiéndole fuerza a Jesús. Mirando de nuevo a Eli, y le dice:

— El Dios que yo sigo está vivo, y él me ha levantado desde las cenizas, desde el polvo, y en el nombre poderoso de Jesús, yo encontraré a mi familia, y la restauraré.

De inmediato, en muchas partes del barrio se escucha una descomunal y fuerte cantidad de sonidos de balas.

Ersaí se agacha, y mira hacia la ventana y ya no ve más a Eli, y se va refugiar en un andén donde tienen un pequeño muro en su lado derecho...

Luego de varios minutos escuchando los sonidos del enfrentamiento, todo queda en silencio, y Ersaí se levanta de donde estaba, y mira hacia todos lados, y va caminando por donde vino; y ora para poder salir del barrio...

Ersaí va saliendo de la calle. Cuando ve que dé tras de él vienen diez policías que corren con sus armas en manos...

De inmediato, Ersaí alza sus dos manos y todos los policías pasan por el lado de Ersaí como si no lo fuesen visto, y siguen buscando a dos hombres por todos lados.

Ersaí aprovecha que no le hicieron nada ni le preguntaron nada, y se va del barrio...

En seguida, dos nuevos policías llegan a la zona; y arriman a casa de los Gutiérrez, y se están comunicando constantemente con los que están persiguiendo a los dos hombres.

Los Gutiérrez abren la puerta apenas ven a la policía, y Pablo le dice a la policía:

— Menos mal vinieron rápido.

Uno de los policías le pregunta a Pablo y a su esposa:

— ¿El hombre que nos dijeron por teléfono intentó ingresar a la casa?

Minerva le responde al policía:

— Si, estaba en la puerta e intentó abrirla.

— ¿Pueden reconocer al hombre? ¿Cómo era?

Eli va llegando a su casa con dos chuspas de mercado. Cuando Pablo les dice a los dos policías:

— Ese hombre tenía un cabello muy largo y unas barbas también muy grandes, pareciera como habitante de calle, pero con ropa nueva.

Eli ve a la policía en casa de los Gutiérrez, y se preocupa, y va a entrar a su casa y ve la ventana izquierda abierta, y dice:

— ¿Cómo es que se me quedó la ventana abierta?... ¿será que alguien entró?

De inmediato, Eli entra en pánico, y llama a los policías que tiene cerca, y uno de ellos la atiende, diciéndole:

— Buenas señora, ¿qué le sucede?

— Alguien está en mi casa.

En seguida, el policía saca su pistola y llega a la puerta, y mira que la puerta está cerrada, y le dice a Eli:

— ¿Las llaves?

Eli le tira las llaves de la casa, y el policía entra y revisa toda la casa y no encuentra a nadie...

En ese momento, Ersaí va como trotando, y se aleja definitivamente del barrio, y se detiene a descansar en un poste, y toma aire y sigue caminando...

Una hora y veinte minutos después, Ersaí llega a la puerta de su casa, y dice pensando en su familia:




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