No podía, no lo soportaba.
- H....hola - dije rápidamente para darme la vuelta y huir.
- ¡Alina! - escuché a la voz de Minho llamarme, pero pasé de ella.
Mi cabeza estaba pensando en una única cosa: salir de allí.
Cogí mi mochila de la clase y a toda prisa fui a por mi bicicleta.
No sabia hacia donde iba a ir, simplemente corrí con la bicicleta a la nada.
Los arboles pasaban por mi lado quedándose atrás.
Perdí la noción del tiempo, no se cuantos minutos o incluso horas pasaron desde que hui de la universidad.
Llegué hasta una colina llena de arboles y allí dejé caer la bicicleta al suelo, me senté y me agarré de la cabeza.
- No puede ser, no puede ser....- empecé a hablar conmigo misma - es una broma, no era él, ¿verdad?
Comencé a llorar y llorar, todo volvía a mi mente, cada recuerdo, cada dolor....todo.
Fueron horas las que estuve allí, la noche estaba llegando y la hora de mi trabajo también.
Me limpié la cara con la ropa, subí en la bicicleta y caminé hacia mi casa para cambiarme antes de trabajar.
Solo había un problema....
No sabía volver.
Perfecto.
Me bajé de la bici y fui andando con ella a mi lado.
Ni siquiera tenia con que comunicarme con nadie.
¿Algo más?
Pues si. Soy Alina y al parecer nada puede irme bien.
Iba caminando por el arcén de una carretera cuando unos focos me deslumbraron.
- ¡Aparta! - gritaron desde la ventanilla.
Iba a gritarles yo también, pero unos metros mas adelante, el vehículo frenó.
- Anda Alina, ¿como tu por aquí? - rió aquella voz....
Esa voz....
- P....pues iba hacia mi casa, a....adiós - dije temblorosa.
- Espérate. - soltó.
- No por favor, mira olvidemos todo lo que pasó, solo hagamos como si no nos conociéramos de nada. - dije casi con una súplica.
- ¿Eso quieres? - respondió con una sonrisa.
Yo, aun con miedo, asentí.
El fue a responder algo más, pero otra persona salió del coche.
- ¡Vamos amigo! - gritó el estúpido de Hyunjin - Tenemos fiesta - sonrió mientras enseñaba un botellín de cerveza.
- S....si, pasadlo muy bien - me apresuré a decir mientras me subía en la bicicleta y me dirigí hacia el lado contrario del coche.
- Alina....tu casa está hacia el otro lado - dijo Hyunjin con fastidio.
Aunque eso fue un alivio para mi....iba a poder volver a mi casa.
- Si, si, g....gracias - respondí rápidamente con la cabeza hacia abajo.
Corrí por la carretera subida en mi bicicleta y me dirigí a mi casa.
Por suerte no me había alejado tanto.
La dejé caer en el suelo y corrí hasta mi habitación. Me tiré en la cama y hundí mi cara en la almohada. Solo quería que aquel estúpido día pasara ya, pero, tenía que ir a trabajar.
Media hora después me cambié de ropa y fui hacia la gasolinera.
Las horas pasaron y mi turno casi terminaba. Fue cuando estaba limpiando el mostrador cuando un coche llegó. Dejé el trapo encima de este y salí a la calle.
- Buenas noches señor, ¿Qué tipo de combustible desea? - dije intentando sonar lo más amable posible mientras quitaba el tapón del coche donde hay que depositar el combustible.
- Pppues, tttte ppprefiero a ttti
¿Enserio? ¿De verdad?
- Que hacéis aquí - dije en un suspiro largo.
Al volante iba aquel imbécil ser al que llamé novio en su momento, y, al lado, el ricachón estúpido. Ambos borrachos.
- Veo que ya habéis terminado la fiesta, y que mejor lugar para terminar que en la gasolinera - respondí con tono de burla - ¿Qué combustible queréis? - pregunté molesta.
- Yyyya lllllo ddddijee - hizo una pausa - aaa tttii.
Seguidamente se bajó del coche y se tiró encima mía abrazándome.
- ¡Suéltame! - dije enfadada mientras lo empujaba - ¡sube al coche!
- Nnno mmmuñeca, tte quiero aa tii - intentaba besarme.
Yo con todas mis fuerzas apartaba mi cabeza mientras intentaba meterlo en el coche.
Mis ojos estaban abiertos de par en par, la mirada de Hyunjin estaba clavada sobre mi y la mía en la suya. Ambos muy sorprendidos.
- ¡Aparta! - grité dándole el empujón definitivo con el que conseguí que entrara en el coche.
Cerré su puerta y metí la mano por la ventanilla para echarle el cerrojo.
- Hyunjin, qué combustible necesitáis - exigí seria
El me miró intentando aguantar el mareo que tenía.
- El ddde la ssegunda máquina. El tanque cccompleto.
- No deberías de conducir así - dije mientras rellenaba el tanque.
- Callattee - exigió.
No pensaba decirle nada más.
Hice mi trabajo, me pagaron y se fueron.
Enfadada, volví a la tienda de la gasolinera, guardé el trapo con el que estuve limpiando, cerré y me fui a mi casa.
Una vez allí lloré. Lloré todo lo que pude.
Aquel terrible despertador me levantó con otra canción: Se la cambié para intentar despertar con algo más de buen humor.
Luego recordaba que seguramente vería a aquel monstruo y el Stray Kids y se me pasaba la "felicidad".
Otro día más, sin apenas beber un vaso de agua, salí por la puerta y me fui a la universidad. Dejé mi bicicleta donde siempre y saludé a la conserje. Fui a sentarme en mi asiento, pero entonces, todo el mundo se estaba riendo de mi.
- No te cansas de acosar a Stray Kids.
- ¡Primero Hyunjin y ahora el nuevo!
Todos empezaban a gritarme cosas por el estilo.
Levanté mi cabeza y vi en la pizarra varias fotos....fotos del monstruo y yo en la gasolinera.
- ¡A ver si te quitan la beca y te echan de aquí!
- ¡Pobre!
- ¡Cazafortunas!
- ¡No habléis cuando no estuvisteis allí para saber lo que pasó! - les grité - ¡Solo sois unos malcriados a los que lo único que saben hacer es comprar los últimos modelos de todo y molestar!
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Editado: 19.05.2023