Desperté, abrí mis ojos, sonriendo al darme cuenta de que mi primer pensamiento eras tú, sobre mi hombro el reloj marcando las siete de la mañana, no me quise levantar, solo pensaba en ti, tan hermosa y peligrosa como siempre, imaginaba tus ojos cafés y la sonrisa que rara vez dejas ver, imagino que sabes el poder que tiene, por eso la ocultas.
Imaginando cosas me perdí en el tiempo, comencé a ilusionarme, imaginándonos, paseando en aquel parque que queremos que se ilumine a través de la ventana del apartamento, o en una cena con una autentica pizza italiana bajo el Sol de la Toscana, una copa de vino en mano y el viento acariciando tu cabello castaño.
No puedo negar que de ti profundamente me enamore y un día me cuestionaste por que, no supe que responder, la respuesta ni es una ni es simple en verdad, de ti me enamore quizá por tu actitud, quizá por tu falta de delicadeza al hablar, por ser ciento por ciento real, tal vez porque jamás confíe en nadie como confío en ti, quizá es lo fácil que es alegrarme con solo pensar en ti o el miedo de que alguien tenga tanto poder sobre mí.
De lo que estoy seguro es que me tienes a tus pies, me dolió tanto perderte una vez, te vi subir a la camioneta pensando que por siempre te habías ido pero Dios o el destino quiso volverme a poner en tu camino, recuerdo el día que te vi de nuevo, osada y valientemente me dije, que no importa cuanto tiempo me tomaría, pero de tu lado jamás me marcharía, así me tomara mil años, quería ganarme tu corazón.
Rápidamente me di cuenta, que mi osadía junto con mi valentía por una sola palabra tuya podían quebrarse como cristal o endurecerse cual acero, bajo las estrellas y la Luna, me encantaba platicar contigo hasta las tres o cuatro de la mañana, las tonterías que nos hacían reír, el silencio que decía todo lo que me atrevía decir, Morfeo enojado esperando para hacer su trabajo mientras yo muriendo de los nervios pensando en que mas decir, que mas hacer, para poder seguir escuchándote y conocerte más, sentirme vivo por un segundo más.
Al final, algunas cosas han cambiado, pero te aseguro que por vencido no me he dado, es una travesía, habrá tormentas, habrá días soleados, habrá discusiones como habrá risas, habrá felicidad como existirá la tristeza, por eso se llama vida, la cual contigo quiero compartir, en lo bueno y lo malo cuando en ti estaba pensando un rayo de Sol sobre mi cara me regreso a la realidad, el reloj marcaba las siete con un minuto, sonreí, me sorprendí, en un minuto pensé años a tu lado, en sesenta segundos imagine, lo que toda una vida quisiera querer, TU, como negarlo, si este poema tu has inspirado.