Un Mismo Latido.

ABANDONO

No puedo quitarme de la cabeza todo aquello que me escribió Yet, ver ese mensaje en mi celular cuando siquiera estuve cerca para decírmelo frente a frente, así de la nada todo terminó, ¿Cómo fue? ¿en qué momento? ¿quién se ha equivocado? ¿me ha dejado de amar? esas preguntas pasan por mi cabeza, y una secuencia de imágenes invaden mi mente, todo lo que pasamos juntos, las risas, momentos mágicos, me acostumbre a ella, a necesitarla, esa costumbre fue mi perdición. Recuerdo esa tarde en la que pasé por ella para salir al parque cerca de su casa, ella vestía unos Jeans junto con una blusa, ambos de color negro, ese es su color favorito, llevaba el cabello corto como a ella le ha gustado, ligeramente maquillada, unos ojos grandes, negros y hermosos, alguien a quien le gustaba usar tenis en vez de zapatos o tacones, aquella tarde llevaba sus Adidas color azul marino, me encantaba la manera en la que sonreía y hablaba, pasaba horas hablando con ella y los temas nunca terminaban, incluso si fuesen solamente por llamada. Ella disfrutaba de bailar, tiene gustos culposos como comer pizza., habíamos salido de PizzaHut y escucha una de sus canciones favoritas, una canción que ella tenía agregado en su Playlist, me pide que bailemos estirando el brazo hacia mi, yo por el contrario no puedo bailar y ella lo sabe, le dije como siempre <<tengo dos pies izquierdos>> se ríe y escucho decirme <<inténtalo>> en ese momento me olvide de lo que sucedía a mi alrededor, de la gente que iba y venía sin saber a dónde, incluso la música deje de escucharla y comencé a escuchar los latidos de mi corazón, ella probablemente no lo haya notado, pero dejó de importarme el mundo cuando me pidió tal cosa y me perdí en su mirada. Un paso, dos, tres, veía el movimiento de sus labios diciéndome como, pero no hay un secreto para eso, me deje llevar por impulsos o tal vez porque amor, mis sentidos no me pertenecían, ella los dominaba por completo, la gente nos miraba y todo parecía tan perfecto, hasta esa tarde de Abril. Aun sigo sin comprender a pesar del tiempo que ha pasado, ¿algo tan bonito puede terminar así de fácil? ¿se puede dejar de querer a una persona de la noche a la mañana? Después de lo que hizo he llegado a pensar que sí, así lo decidió ella, el detalle es que aún no puedo asimilarlo, ha pasado un año entero hasta el día de hoy y sigo sintiendo ese vacío en mi., si no hubiera pasado por mi prima Yamileth a la escuela después de sus clases quizá no la hubiera conocido.

Aquella tarde me encontraba en una conferencia fuera de la Ciudad de México, sonó el timbre de notificaciones en mi teléfono celular, estaba seguro de que era un mensaje de ella, y realmente no estaba equivocado, en ese momento me alegré tanto porque aseguraba que era para decirme lo mucho que me quería y lo que me extrañaba., salí de la sala de juntas y caminé por el pasillo, vi un asiento disponible en la sala y opté por sentarme un momento, tomé mi celular del bolsillo y abrí su mensaje sonriente., mi rostro cambió de manera drástica, podía sentir como me faltaba el aire con solo haber leído el primer renglón, no puedo evitar sentir que algo dentro de mi se descartaba, y no tenía más opción que terminar de leerlo:

No podemos continuar con esto, terminamos… Es mejor así, la mayoría del tiempo te encuentras fuera y no estas cuando te necesito, sabes perfectamente que te hice la promesa de estar siempre a tu lado en las buenas y en las malas, pero, quiero pedirte perdón, porque no podré cumplir tal cosa... Lo siento mucho.

¡Por favor! No me busques más, es mejor que todo termine aquí y de esta manera, ya no quiero nada que me una a ti.

Posdata. Te quiere Yetshaly.

Al terminar de leer ese mensaje no podía dejar de pensar en una cosas ¿alguien que no quiere nada contigo te dejaría un “te quiero” al final de su escrito? Algo no estaba bien, le envié un mensaje para pedirle una explicación a lo que estaba sucediendo, pero ya era demasiado tarde, me había bloqueado de todo.

- Me podría dar su hora por favor, joven – me dice una señora dentro del vagón. Alejo esos recuerdos de mi cabeza, reacciono y miro el reloj.

- Disculpe, claro, son las 6:47 pm – le digo.

- ¡Muchas gracias! – de responde con una sonrisa en el rostro.

- De nada – Miro nuevamente mi reloj, el subterráneo está vacío, quizás porque es domingo, la gente prefiere estar ese día en su casa con su familia, yo también lo estaría, doy una ligera sonrisa hacia la nada. Estaré a tiempo para mi viaje a Veracruz, tenemos que exponer el proyecto para la empresa, tengo que dar lo mejor de mi.

El teléfono vibra dentro de mi bolsillo, es un mensaje de mi madre y sonrió.

¡Mucha suerte hijo mío! Lo harás excelente., tendrás la dicha de conocer otro lugar, enfócate en tu trabajo y deja de estar pensando en fantasmas del pasado, he metido en tu maleta un regalo de mi parte.

¡Suerte!

Quisiera saber qué es lo que ella ha metido en mi maleta, bueno tendré que descubrirlo una vez que baje del autobús. Llego a la estación para ir a la terminal, bajo del vagón, camino por el pasillo de la estación “Central de Autobuses", subo las escaleras y en un instante estoy en la superficie justo frente a la Central., camino para entrar y pregunto a un guardia como llegar a la sala 1, me responde y sigo avanzando con dirección a la que me indicó, he llegado hasta este punto pero aún no está mi autobús, jalo mi maleta y decido sentarme sobre una banca en la sala, esperando a que llegue el Autobús que me llevara a mi destino. Sí, quien lo diría, hasta entonces no sabía lo que me esperaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.