Un momento más

Capítulo 1: Marifor

La ansiedad me invade. Estoy a punto de ingresar a la prestigiosa Academia Marifor, conocida no solo por su excelencia académica, sino también por las conexiones que se forjan entre personas influyentes, las amistades inquebrantables que se construyen y las experiencias únicas que se viven en su interior.

Hoy es el día de la medición de poder, una prueba en la que se evalúa la capacidad mágica de cada estudiante de primer ingreso. La prueba no es teórica ni práctica; se realiza mediante un artefacto creado por el mago más antiguo del imperio, el señor Direnty. Este dispositivo mide tu poder actual y lo clasifica en una escala de diez categorías.

—Kerent Aziter —anuncia el mago con voz firme.

Tomo aire profundamente y me levanto de mi asiento. Guiada a una sala decorada con un lujo impresionante, me indican que coloque mi mano sobre el artefacto. Al hacerlo, un número brillante aparece frente a mí: 95.

—¡Felicidades, señorita Kerent! Ha alcanzado la categoría Yun. Es la primera vez en quince siglos que alguien obtiene una puntuación tan elevada —dice el mago con genuina admiración.

Confundida, trato de procesar lo que acaba de suceder. Otros magos presentes comienzan a murmurar, insinuando que la máquina podría estar fallando, pero el señor Direnty los reprende con severidad.

—Siempre tendrás las puertas de mi oficina abiertas, alumna estrella. Espero verte pronto.

Con esas palabras, me retiro de la sala. Agradezco que los resultados sean confidenciales; solo tú decides si compartes tu categoría, y siempre es mejor hacerlo con personas de confianza.

Mi equipaje ya había sido colocado en mi habitación. Cada estudiante tiene su propio espacio en los edificios asignados según género. Mi cuarto es acogedor, aunque planeo decorarlo más adelante. Aprovecho el tiempo antes de la cena para organizar mis cosas. Con un poco de magia, todo quedó en orden rápidamente.

Cuando suena la campana para la cena, me dirijo al comedor. Está abarrotado de estudiantes, y la multitud me resulta agobiante. Mientras escojo mi comida, un pequeño accidente ocurre, y mi bandeja termina en el suelo.

—Lo sentimos mucho, no fue nuestra intención arruinar tu cena —se disculpan los responsables.

Sin decir palabra, salgo del comedor y camino hacia los jardines en busca de tranquilidad. En el camino, mis ojos se posan en un chico inclinado sobre un pajarito herido. Cuando él siente mi presencia, se gira, pero yo me oculto rápidamente detrás de unos arbustos.

Lo observo levantarse y, mientras pasa cerca, murmura: "Voy por vendas". Es el chico más guapo que he visto en mi vida, con unos ojos maravillosos, una mezcla de naturaleza y miel que parecían contener el mundo entero.

Cuando se aleja, me acerco al pájaro con cuidado. Al tocar su ala, un destello luminoso surge de mi mano, y al desvanecerse, el ala del ave está completamente sana.

—Muchas gracias, hada —me dice el pajarito antes de subir a mis manos.

Le acaricio las plumas con cariño y lo dejo en su lugar, pidiéndole que espere al chico para demostrarle que está bien. Mi habilidad para comunicarme con animales es única, pero nadie lo sabe. Prefiero mantenerlo en secreto. Después de eso, regreso a mi dormitorio.

Esa noche, cierro los ojos y me dejo llevar por el recuerdo de esos maravillosos ojos, deseando saber más sobre ese misterioso chico.

A la mañana siguiente, me despierto temprano. Los primeros rayos del sol entran por la ventana de mi habitación, proyectando patrones dorados sobre las paredes. Me preparo rápidamente para el primer día de clases. El uniforme de la Academia Marifor, una combinación de azul profundo y dorado, es tan elegante como cómodo. Me observo en el espejo un momento, ajustando la capa corta que simboliza a los estudiantes de primer ingreso.

El horario me guía a la Sala Magna, donde se llevará a cabo la bienvenida oficial para los nuevos alumnos. Al entrar, quedo maravillada con la majestuosidad del lugar: un salón enorme, con techos altos decorados con vitrales que narran la historia de los grandes magos del pasado. En el centro, un escenario adornado con estandartes que ondean ligeramente, a pesar de que no hay viento.

Un hombre mayor, vestido con una túnica blanca y con un aire imponente, sube al escenario. Es el director de la academia, el mago Direnty... Su voz, profunda y calmada, llena el salón.

—Bienvenidos, nuevos alumnos, a la Academia Marifor, donde no solo cultivarán su poder, sino también su carácter. Recuerden, la magia no es solo un don, sino una responsabilidad. Espero que cada uno de ustedes encuentre aquí su verdadero propósito.

Las palabras del director resuenan en mi mente mientras continúan los discursos y presentaciones. Cada palabra refuerza la importancia de mantener mi categoría en secreto. No quiero atraer más atención de la necesaria, especialmente cuando apenas estoy empezando a entender mi propio poder.

Después de la ceremonia, nos guían a nuestras respectivas aulas. Mi primera clase es de Teoría de la Magia. La profesora, una mujer joven de ojos inquisitivos y cabello recogido en un moño, comienza la lección hablando sobre los distintos tipos de magia y cómo interactúan con la esencia del mago.

—La magia, en su núcleo, responde a nuestras emociones y pensamientos. Aprender a controlarlas es clave para dominar su potencial —dice mientras pasea por el aula.



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En el texto hay: fantasia, academia de magia

Editado: 20.02.2025

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