Un momento más

Capítulo 5: Con un poco de magia

Me levanté temprano esa mañana con el propósito de ordenar un poco mi habitación y disfrutar de un desayuno completo. Cuando me dirigía al comedor, me encontré con Cedríc. Siempre tan amable, al verme se acercó rápidamente. Mientras me saludaba, noté algo distinto en su actitud; parecía un poco ansioso.

—Cedríc, ¿qué sucede? Te noto diferente de lo usual —le pregunté con curiosidad.

—Pues... ¿te parece si hablamos mientras desayunamos? —respondió con un destello de esperanza en sus ojos.

—Claro —respondí con sencillez.

Entramos juntos al comedor, que estaba relativamente lleno, pero logramos encontrar una mesa libre después de pedir nuestro desayuno. Una vez sentados, comenzamos a comer.

—Solo quería pedirte si me podrías ir a ver entrenar con la espada. Así te diviertes un poco viendo cómo peleamos todos —dijo con una emoción contagiosa.

—¿Eso era todo? Suena divertido, claro que iré —respondí, luchando por mantener los ojos abiertos debido al sueño.

—¡Eso es genial! Si tú estás ahí, ten por seguro que no perderé —dijo Cedríc, su rostro iluminándose con una alegría sincera.

De repente, Lisa apareció corriendo hacia nuestra mesa.

—¡Kerent! —gritó emocionada, interrumpiendo nuestra conversación.

Antes de darme cuenta, Lucas, Ariana y Lisa estaban sentados con nosotros. No pude evitar notar la incomodidad en el rostro de Cedríc mientras el grupo se unía a nosotros.

Mientras todos desayunábamos, Lucas aprovechó para pedirnos a las chicas que lo apoyáramos en su entrenamiento de espadas. Pero antes de que pudiera responder, Cedríc se levantó de su asiento de forma repentina.

—¡Kerent me irá a apoyar a mí! —exclamó con firmeza, hasta Ciel se sobresaltó que estaba en mi hombro.

Lucas lo miró y replicó:

—Ella también me dijo que me apoyaría a mí.

—No importa, ella viene conmigo —dijo Cedríc, negándose rotundamente.

Antes de que pudiera intervenir, Cedríc se giró hacia mí y añadió:

—Te espero al finalizar las clases, así nos vamos juntos al lugar del entrenamiento.

Luego, sin más, se despidió y se marchó, dejándome un poco confundida.

Apresuré mi desayuno para no llegar tarde a mi primera clase del día: transformación mágica. El profesor, aunque amable, era conocido por su disciplina estricta.

Esa mañana, nos explicó los fundamentos de la transformación mágica. Para convertirnos en cualquier cosa, nos dijo, debíamos creer firmemente que podíamos hacerlo. Además, era necesario analizar todas las características del objeto o ser en el que queríamos transformarnos.

Antes de finalizar, nos dejó una tarea: pensar en qué nos queríamos convertir, ya que en la siguiente clase habría una evaluación práctica en la que deberíamos lograr la transformación frente a todos.

Mientras tomaba mis notas, no podía evitar pensar en la tarde que me esperaba con Cedríc, su entrenamiento y todo lo que el día aún podía traer.

Mientras la clase continuaba, mi mente divagaba un poco pensando en lo que el profesor había dicho. Transformarme en algo parecía un desafío interesante, pero también intimidante. ¿En qué podría querer convertirme? ¿En un animal? ¿Un objeto? Traté de concentrarme en la lección, pero la expectativa por la tarde seguía rondando mi cabeza.

Al finalizar la clase, anoté la tarea en mi libreta y me dirigí a mi siguiente asignatura. Durante el receso, Lisa y Ariana me alcanzaron en el pasillo.

—¿Qué te pasa? Has estado algo distraída —me preguntó Lisa, mirándome con curiosidad.

—Nada, solo estaba pensando en la tarea de transformación mágica —mentí, aunque en parte era cierto.

—¡Ah! Yo quiero convertirme en un águila. Sería increíble volar y ver todo desde el cielo —dijo Ariana, emocionada.

—Yo estaba pensando en algo pequeño, tal vez un gato o un conejo. Así podría moverme sin que nadie me note —añadió Lisa, con una sonrisa traviesa.

—¿Y tú, Kerent? ¿En qué te vas a transformar? —preguntó Ariana.

Me encogí de hombros.

—Todavía no lo sé. Quizás en algo fuerte, como un lobo, o algo rápido, como un caballo. Lo decidiré esta noche.

Ambas asintieron, satisfechas con mi respuesta, y seguimos nuestro camino hacia la siguiente clase.

Al finalizar las clases, Cedríc me estaba esperando afuera del salón. Llevaba puesto el uniforme, y no pude evitar preguntarme si planeaba enfrentarse con él puesto. Apenas me vio, se acercó rápidamente hacia mí, observando con interés el bolso lleno de libros que cargaba. Ciel iba dormido en mi hombro.

—Dame tu bolso —pidió con tono decidido.

—No, pesan mucho los libros, y no quiero que te desconcentres —respondí, ofreciéndole una leve sonrisa.

—Kery, eso no pesa nada para mí. Dámelo —insistió, usando ese diminutivo que había inventado para mí. El simple hecho de escucharlo me dio un pequeño escalofrío. Cedríc tenía una forma de hablar que, sin saber cómo, siempre me convencía. Le entregué el bolso, cediendo ante su insistencia.



#1246 en Fantasía
#211 en Magia

En el texto hay: fantasia, academia de magia

Editado: 20.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.