Un momento para brillar.

Capítulo 3: Sueño o recuerdo

La mañana era fría y justa para aquélla soledad, que invadía los grandes cuartos de su casa. El despertador aturdio el silencio, repiqueteo en su mente hasta que se hubo despierto de aquél sueño o recuerdo; en el Josefth se encontraba acompañado de un señora mayor, con canas y arrugas sabias, le miro y con una sonrisa decía que todo estaría bien, luego risas de niños se escuchaban entre dientes pero no había nadie. Aquéllo parecía ser un sueño o algún recuerdo perdido, miró alrededor de su gran habitación e indispuesto comenzó su día.

Se despojó de sus sábanas y avanzó hacia al closet, observó cada vestido en busca de algo cómodo para hacer juego, pero terminó conformándose con lo mismo, una facha de chico emo. Dejó el frío de su recamara y bajó hacia la amplia sala de estar, miró por la alacena en busca de alguna sopa instantánea y con su opción lista se dirigió a la cocina para preparla, dejando agua en el fuego y buscando algún plato para servir su arte culinaria. 

Habiéndose deleitado con tal exquisitez, tomo la vieja muda que escogió y se ducho con temor al agua helada. Josefth era hijo de un par de multimillonarios, sin embargo ellos nunca estuvieron con él, su abuela se había encargado de su crianza hasta que hubo fallecida, la gran casa de ella quedó a sus pies para que la usará como hogar, mientras quienes eran sus padres le pagarían el estudio y darían dinero. Del cuál no tocaba ni un dólar. Después de ducharse y terminar como un Iglú, se vistió, apenas medio arreglo su cabello y tomo su mochila. Cerrando haci la gran casa gris y caminando a su parada con la cara alegre

Tomó solamente cinco minutos esperar el autobús que sin retraso apareció, escogió un buen lugar y esperó llegar a dónde Kley. Frunció su rostro y observó cada detalle del camino, luego el autobús viró y siguió su camino hasta recojer a Kley, quién con una sonrisa buscaba el lugar de Josefth —. ¡Queso hola! —sonrió al verlo y sentarse con él—. Listo para hoy, me presentarás a tu chica alfin. —le guiño y codeo—. N-no es mi chica aún, apenas la conozco —respondió Josefth sonrojado—. Jajaja, si que te encanta, te pones como un tomate al hablar de ella. —bromeo Kley— ¡N-no lo hago! —nego con la cabeza y con su rostro aun más colorido— claro que sí, ahora me entiendes. —quejó Kley quién era molestado por su amor a Belinda—. Lo tuyo es distinto, tu por inútil no se lo dices. —respondió serio— ella también te ama bobo —. Solo espero el momento ideal —respondió Kley guardando silencio alfin. 
 


En el camino todo marchaba finamente normal, sin embargo una duda seguía cavando en lo fondo de su mente. Antes de llegar al campo Josefth codeo a Kley para que lo escuchase y volviera a ver — ¿Qué pasó? —preguntó dudando y admirando cada facción del rostro pálido de su amigo —. Hoy por la mañana tube un sueño extraño —dijo rascándose la cabeza y mirando por la ventana— fue como una lluvia de recuerdos o algo así, primero una señora que creo era mi abuela me decía sólo que me calmara y todo saldría bien, luego todo fue negro y muchos niños se reían a carcajadas —terminó de decir mirando a Kley quién no apartó su vista de él —. Creo que todo fue una simple pesadilla, deja de dormir tan tarde. —dijo Kley inmutandose a no preguntar más sobre el tema y dirigiendo su vista hacia adelante.  El tiempo pasó veloz y pronto llegaron al colegio, mucho más temprano que la primera vez.
 


—. Mira —salto Kley de su asiento— allí está Belinda y hugo —hablaba sólo mientras Josefth tenía su vista en otra persona— mira ahí están Yeory y Marcos. —sí— respondió Josefth. Las puertas del autobús se abrieron y los más jóvenes bajaron a desdén, Kley y Josefth esperaron para bajar de último mientras este él seguía mirando a esa chica especial —. Tío hoy me la presentas —dijo guiñando su ojo derecho y avanzando por el pasillo. Josefth sólo respondió con su cabeza a que sí lo haría, o eso creía él, tan siquiera tenía su nombre. Al bajar del bus ambos pasaron por el gran portón y se encaminaron hacía el lugar dónde todos sus amigos estaban reunidos, de inmediato Belinda, Marcos y Yeory saltaron de felicidad al ver a Kley mientras que Hugo se quedó atrás esperando a ambos para dar les la bienvenida —. ¡Kley! —saltó Belinda de felicidad dándole haci un fuerte abrazo que hizo que al chico se le subieran los coleres por un instante— cada día más falta me haces —dijo Belinda dejando de afixiarlo— ¡Nos toca saltaron ambos tomados de la mano, Yoery y Marcos —dando haci un abrazo grupal según Yoery.

Mientras Josefth estaba atrás sin inmutarse a que le den cariño Hugo quién no discreparia en dejarlo solitario llego a darle   la mano como buen saludo—. ¡Hey amigo! Que tal todo, te noto algo distraído —dijo Hugo notando al perdido, ciertamente aquél sueño que tuvo en la mañana traía tonto a Josefth , pero más tonto lo traía el hecho de volver a hablar con Scarlett— no es nada —titubeó— esque hoy soñé algo muy extraño, y aparte de darle significado quiero volver a hablar con ella. —finalizó hagachando su cabeza, Kley salto saludando a diestra a Hugo quién calurosamente también lo recibió, entones dirigió su mirada a Josefth y le dijo —tranquilo todo te saldrá bien, hoy ve y habla con ella. —dijo guiñando su ojo, mientras que Kley molestaba abucheandolo.

Pronto las campanas empezarían a resonar por el campus marcando la hora de entrada, Kley se despidió rápidamente de Belinda y Yoery. Junto a Josefth, Marcos y Hugo marcharon hacia la plaza deportiva —. Hoy toca ejercitarse —agregó Marcos en el trayecto— Si claro... Muy bien por ti hoy yo estoy muriendo de dolor —dijo Josefth sarcástico— así que no haré nada. —¡Tu apoyas a este vagabundo! —exclamó dirigiéndose a Kley quién respondió con: —Que extraño también tengo un extraño dolor en mi vientre —dijo rodeado a Josefth con el brazo— ¡Nos estamos muriendo que no vez! —exclamó  mientras que Marcos hablaba entre dientes —. Son unos vagos —decía cuándo Hugo agregó que le acompañaría en su empresa. La clase 4-C y la 4-B hacían deporte juntas, mientras que los de la 6-A también practicaban en un espacio. Las clases eran divididas por chicos y chicas, en la mañana les tocaba a los chicos y en la tarde a las chicas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.