Un mundo de amor bajo la lluvia

Capítulo 1

Llego el día. Hoy era el día en que regresaba a casa después de dos años como estudiante de intercambio en Australia, que a decir verdad fue más una excusa para evadir lo que pasaba; algo que en algún momento me peso tanto que creí estar ahogándome en lo más profundo del mar.

Mi vuelo aterrizó a las 12 en punto del mediodía. Viendo por la ventana, encontré mi reflejo; no era el mismo se notaba apagado lo observé y suspiré profundamente para tomar mi equipaje y dirigirme hacia la salida junto a todos los pasajeros.

Al llegar, recogí mi equipaje y me dirigí a la salida de vuelos internacionales encontrándome con mis padres esperando por mí. Sujeté mis maletas con fuerza para seguir mi camino hacia ellos.

__ ¡Bienvenida a casa, Cariño! __ expreso mi madre, acercándose a mí con gran entusiasmo al verme.

Luego de un par de abrazos por parte de mi padre, partimos a casa en auto.

Durante el camino a casa me dispuse a observar las calles, las casas, los árboles y esos pequeños y vagos recuerdos tan familiares, sellada por muchas vivencias de mi infancia que en ese momento se sintieron nostálgicos.

__ ¿Cuándo inician las clases? __ la voz de mi madre me distrajo de mis pensamientos, haciendo que mi vista se dirigiera directo a ella.

__ El próximo lunes.

__ ¡Genial! Así podrás tener algunos días libres para reincorporarte, salir y conocer nuevos lugares__ dijo mi padre emocionado, mirándome con una sonrisa por el retrovisor.

Al llegar a casa, mi familia me recibió alegremente, pero fue en ese momento cuando la tristeza llego a mí al notar aquel espacio vacío junto a mi hermana; un lugar que nunca volvería a ser ocupado y que, en el fondo, creí que irme lo sanaría todo. Pero no fue así, esta vez regrese y el sentimiento se mantuvo intacto, aquel que no quería aceptar, el que no quería sentir a pesar de saber que sería así de ahora en adelante tendría que vivir con él.

Mi hermana corrió hacia a mí de forma casi instantánea para envolvernos en un abrazo fuerte y emocional a la par se unieron mis abuelos creando un abrazo grande como de oso fortaleciendo un amor inmenso que se esparcía con solo estar presente.

__ Preparamos tu platillo favorito y una pequeña reunión en familia para darte la bienvenida espero que te guste mucho cariño ___ dijo mi abue terminando con el abrazo.

Los invitados comenzaban a llegar entre ellos no esperaba que llegara Lizzie una de mis mejores amigas en los últimos años, caminaba por los pasillos de la casa hasta llegar a la entrada para encontrarme con ella.

__ ¡Hola!, tanto tiempo sin vernos __ dice Lizzie al verme que al decir verdad me encuentro sorprendida ante su presencia y ella llega a notarlo un poco pero no dice nada al respecto __ Me alegro mucho de poder verte __ exclama con una alegre sonrisa tan característica de ella.

__ Yo también me alegro mucho __ le digo tomándola del brazo como solíamos hacerlo para dirigirnos directo al patio trasero de la casa.

Por primera vez, después de mucho tiempo, pude sentir que la alegría por fin llegaba a mi familia. Se escuchaban risas, pasos alrededor de ella y serenidad, si realmente todo se sentía tranquilo. Una cena familiar con pocos invitados conocidos, amigos, primos, tíos, todas las personas que han sido parte de mi vida, incluso algunas desde que nací.

__ ¿Y qué tal la Universidad? __ me preguntaba Lizzie intentando que nos pusiéramos al día __ ¿Conociste chicos lindos en Australia? __ dijo, codeándome el hombro con una sonrisa muy picarona.

__ La Universidad en Australia es muy diferente; en definitiva, está a otro nivel. Los días suelen ser soleados y tranquilos. __ Respecto a los chicos… no están nada mal __ conteste algo tímida.

__ La próxima si o si tienes que llevarme contigo. ¿Por qué si planeas regresar, ¿no?

__ A decir verdad, no estoy muy segura __ le comenté dudando __ Mi plan por el momento es no volver a irme en mucho tiempo, por lo menos no por ahora.

__ Oh, no pensé que regresaras para quedarte __ su expresión demostró ligera confusión ante mis palabras __ Creí que… __ Lizzie se detuvo al ver que la expresión en mi rostro había cambiado.

__ ¿Qué? __ pregunte casi de forma incrédula.

__ Nada. Olvídalo __ contestó, evitando que hiciéramos cualquier contacto visual que pudiéramos tener, note que rápidamente cambio su expresión a con una pequeña sonrisa, como si intentara darme ánimos mediante ella.

Después de un rato despidiendo a varios invitados, Lizzie se quedó un rato más conmigo, haciéndome compañía antes de irse. Me senté en la orilla de la cama acto seguido di una palmada a mi lado, invitándola a sentarse conmigo como en los viejos tiempos.

__ Mira estas fotos, éramos tan pequeñas…no puedo creer que aun las tengas.

__ Claro que las conservaría, ¿cómo no lo haría? Recuerdo que ese día intentamos preparar galletas y casi incendiamos la cocina __ respondí entre risas al recordar el momento.

__ Aun tengo guardado el delantal que quemamos __ contesto riendo.

__ ¿En serio? ¿Tu abuela no se enteró que lo quemaste?

__ No, y nunca lo hará era uno de sus favoritos; de ser así, ya estaría tres metros bajo tierra __ dijo horrorizada al imaginar lo que le hubiera pasado.

__ Si, lo creo posible __ conteste bromeando.

__ También recuerdo el día que quisimos hacer pasteles de lodo y terminamos hechas un desastre.

__ Manchamos toda la casa __ respondí.

__ Y el termino castigado por salvarnos __ añadió lentamente.

El recuerdo dolió, pero no como siempre lo hacía, sino que resultaba ser uno que, a su vez, llegaba a ser reconfortante dentro de mí. Con el tiempo llegue a olvidar el amor que sentían otras personas por él; no creí que hablarlo sería sanador. Eran recuerdos simples, guardados con cariño, los cuales parecían no notar la ausencia.



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En el texto hay: romance odio

Editado: 18.12.2025

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