Sin duda alguna los días lluviosos son mis favoritos, el sonido de la lluvia cayendo si cesar, los truenos que se escuchan en la lejanía, las aves cantando, los insectos buscando refugio, el cielo nublado, canciones un poco más de melancólicas y un buen acompañante hacen estos días perfectos; mi acompañante es la soledad, mi más fiel amiga.
Sentada aquí sintiendo mis pies empaparse, pienso en lo que fue, y en lo que no será, en como todos los pensamientos cambian, como nada dura para siempre, pensando en si mis problemas son motivo de revuelos, o si los revuelos los causa una exagerada causa, pensando si merecemos esto, y si todo lo que nos pasa, pasa por algo, si no tengo un acompañante que no sea gélido, como escribiré en calidez, como no me congelaré si mi única acompañante es la luna, la única en la que confiaría aunque sea gélida y fría, se tiene que ser un miserable, para tener un intento de buena prosa, o necesito alguien que me guíe para tener un poco de sentido, escribo sin él, pero me identifico con el mismo sin sentido momento, porque los momentos no tienen sentido alguno, solo existen, sin bien, sin mal, sin positivo y sin negativo, ellos solo están ahí como un lienzo vacío y tú eres el que elige como pintarlo, si de un color cálido o más bien de uno frío, si llenarlo con cosas extravagantes o más bien dejarlo medio vació y sin color, yo casi siempre me quedo en un medio de posibilidades, pintándolo exageradamente, pero de color fríos y pensamientos arrasadores y depresivos ¿soy muy joven para esto o el mundo es muy viejo para mí? ¿Qué se logra con una guerra? ¿Que se logra con la inocencia? ¿Mis preguntas acabarán cuando mi mente gané en esta guerra sin sentido contra si misma o solo crecerán hasta obtener el tamaño de un elefante? ¿Tú que dices soldado? Esperó que seas mi acompañante en este sin fin de emociones y me ayudes a ganar esta guerra contra mi reflejo…
Me despido SOLDADO, me despido hasta nuevo aviso