Un nerd para navidad

Capítulo 15

25.12.23

Dos horas habían pasado ya desde que la tormenta había afectado la electricidad del edificio. El equipo de mantenimiento estaba por llegar, sin embargo por la víspera de navidad, todo era más lento. La mayoría de las personas estaban disfrutando de la cena con sus familias.

Valeria se encontraba sentada a mi lado en el piso frío del elevador. En cuanto la luz se fue, el pánico la inundó. Sabía ya que los elevadores la afectaban y estar encerrada en uno, debió generle mucha ansiedad. Me olvidé de nuestra discusión y traté de calmarla. La abracé con fuerza hasta que su respiración estuvo más tranquila. Me mantuve a su lado y le empecé a contar algunas historias para distraerla.

—Lo siento —dijo después de mantenernos en silencio por un rato —, no debí desconfiar de ti.

—No pasa nada —suspiré —, entiendo que puede ser difícil no escuchar las opiniones de los demás.

Volvimos a quedarnos callados. Su cabeza estaba recargada en mi hombro y sentí que empezó a temblar. Me quité mi abrigo y la cubrí con él.

—Gracias —logré ver una pequeña sonrisa entre la poca iluminación que obtenía de mi celular, fue cuando noté que pasaban de las 12.

—Feliz Navidad Vale —le dije sonriéndole también.

Revisó la hora y su semblante cambió, dejando que las lágrimas salieran ahora de sus ojos.

—Mi mamá murió en una navidad hace 10 años —confesó mientras se limpiaba las lágrimas con la mano.

Era una noticia bastante desgarradora y ahora entendía porque las fechas eran tan difíciles para ella. 

—Yo tuve la culpa de su muerte —continuó con su relato —, yo choqué el vehículo aquella noche. El piso estaba resbaloso, intenté frenarme, pero fue imposible. 

Sus ojos se inundaron más y me aproximé a ella para envolverla con mis brazos. Dejé que se liberara, que permitiera salir todo su dolor. 

—Emiliano, yo he intentado superar esto, pero ha sido muy difícil. Incluso intenté seguir su camino. Hace unos años estaba decidida a dejar esta vida y ahora tengo miedo, de que ese sentimiento jamás se vaya —sus palabras salieron de ella entre sollozos y lamentos. 

Me sentí muy mal por lo que estaba pasando, jamás creí que su situación sentimental fuese tan complicada. La abracé, la consolé, quería absorber parte de su dolor; pero eso era imposible, ella necesitaba sanar para seguir.

—Vale —la tomé de las mejillas para que me mirara. A pesar de la predominante oscuridad pude apreciar sus ojos brillosos e hinchados —, no puedes cambiar el pasado, pero si puedes crear tu futuro. El castigarte por lo que pasó no hará que las cosas cambien. Eres una chica hermosa, dulce, trabajadora, inteligente y mereces ser feliz.

Limpié el rastro de una lágrima en su mejilla. Deseaba tanto besar sus labios, pero no quería que todo pareciera que me aprovechaba de la situación. Sin embargo, fue ella la que se aproximó poco a poco hasta mí boca. Pude sentir el calor de su aliento próximo, cuando las luces del elevador volvieron a encenderse.

Las puertas se abrieron y dejando aquel beso en el aire me puse de pie para ofrecerle mi mano. Se levantó y salimos al pasillo. Sin saber que más decirle llegamos a la puerta de su departamento.

—Gracias otra vez —dijo antes de entrar —, por escucharme y por hacer de este día algo diferente. 

—No hay de que Valeria, siempre puedes contar conmigo. ¿Necesitas compañía?, puedo quedarme si así lo quieres —le ofrecí.

—No —suspiró —, estoy bien. Necesito un tiempo sola, debo pensar algunas cosas.

—Entiendo. Descansa entonces. 

—Feliz Navidad Emiliano —dijo cuando ya me iba.

Empecé a caminar por el pasillo pensando en todo lo que me había contado. No podía dejar de preocuparme por ella pues ahora estaba seguro de que su bienestar me importaba y de que no podría irme de la ciudad sin antes decirle lo que sentía. 




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