Un nerd para navidad

Capítulo 20

30.12.23

Sí mi perspectiva del mundo podía cambiar, también podía tratar de cambiar la de otros. Llené un par de cajas de cartón con las tarjetas rotuladas listas y subí a mi coche con una gran sonrisa. Aunque sabía que en esa oficina nadie se comportaba como era en realidad, también sabía que una cosa era más que común entre todos: les encantaba el chisme. Así que estaba segura de que todos asistirían.

Llegué un poco antes para asegurarme que las decoraciones navideñas aún estuviesen bien acomodadas y también llevé algunas series de luces para mejorar la decoración de la sala de juntas. Uno a uno fueron llegando y tomando asiento, asombrados e inquietos por lo que sea que fuese a decir. 

Finalmente Emiliano entró a la sala. Esos lentes que al principio me parecieron fuera de onda y muy grandes, ahora me fascinaban. Se veía muy lindo.

—Hola a todos —dije con la mejor sonrisa en mi cara, cuando todos se encontraban mirándome—. Primero quiero pedir una disculpa para la prontitud de esta reunión y por la fecha.

Algunos murmullos de inconformidad se escucharon, pero los ignoré para seguir.

—Necesitaba agradecerles a todos los que me han apoyado en este mes. Sé que tener un jefe nuevo puede ser complicado por lo cambios y agradezco a todos los que me ha ofrecido su ayuda, sin embargo debo decirles que dejaré el cargo.

Todos se quedaron callados para escucharme ahora.

»No ha sido sencillo empezar en un trabajo donde el antecedente de mi padre estaba presente. Además, este mes es muy complicado para mí pues perdí a alguien muy importante hace años. Sin embargo, todo este tiempo tuve que grabarme la sonrisa más falsa en mi cara para poder quedar bien ante cada uno de ustedes —tomé aire —, y ha sido horrible —suspiré aliviada por fin al confesarlo.

Los asombros se escucharon en el fondo.

»Es por eso que hoy les he traído esto a todos —saqué las tarjetas de las cajas—, es una tarjeta, personalizada. A cada uno de ustedes les puse un comentario positivo y también hay una tarjeta en blanco, para que cada uno pueda poner allí algo que lo caracterice realmente y algo positivo para otra persona. Es momento de ser sinceros compañeros. 

Entregué una a una las tarjetas y todos estaban extrañados e interesados a la vez por lo que estaba pasando.

»Empezare yo diciendo que no me gusta mi trabajo —reí de felicidad al poder decirlo en voz alta—, pero amo realmente cantar. 

—¿Nos has hecho venir para darnos tu renuncia y hacer dinámicas? —preguntó Erick. 

—¡Cállate Erick! —dijo Miriam— deja de ser tan molesto como siempre—. Gracias por escribir que te gusta mi cabello —continuó mi amiga, leyendo mi tarjeta —y yo tengo que confesar que detestó el café que preparan aquí, pero amo el café de Nora.

Todos rieron por que era un secreto a voces que el café de la oficina era malo.

—Yo no tengo novio desde hace 3 años —dijo la chica que solía presumir los regalos de su novio falso todo el tiempo—, pero me gusta el chico de la fotocopiadora.

—El coche que tengo es rentado —dijo el hombre que se pasaba presumiendo su BMV —y no creo que tu seas un nerd —se dirigió a Emiliano—, creo que eres la persona más inteligente de esta oficina.

Todos empezaron a reafirmar sus palabras y Emiliano sonrió ante los demás por primera vez.

Uno a uno, todos los compañeros empezaron a hablar. Entre confesiones, cosas positivas e incluso disculpas.

Entre todo ese caos finalmente Emiliano y yo cruzamos miradas.

—Yo también tengo algo que decir —dijo fuerte para que todos prestaran atención, sin dejar de mirarme—. Yo solo quiero agradecerle a Valeria por su sinceridad y por esta reunión que estoy seguro va a mejorar la relación entre todos— hizo una pausa y tragó saliva—. También debo confesar que es la mujer más bella que he conocido en mi vida.

Todos se sorprendieron por lo que estaba diciendo, incluyéndome. Se acercó poco a poco hasta mí.

—Gracias por ser tan especial —dijo frente a mí.

—Todo ha sido gracias a tí Emiliano.

Poco a poco me fui acercando a él y sin importar todos los expectadores que teníamos, por fin uní mis labios a los suyos logrando ese beso que por tantos días llevaba deseando revivir y que finalmente se estaba haciendo realidad.

Era el nuevo comienzo.




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