Un Nuevo Comienzo

Capítulo 26- Erick

Erick me había ayudado a limpiar mis heridas. Le insistí que no me llevara al doctor cuando se dio cuenta de las heridas que tenía, era él quien se encargaba cada día de cambiar el vendaje.

Aun no le había contado nada de lo que me había ocurrido -solo que me había secuestrado-, él no insistía, me alimentaba, me había comprado algunas prendas de ropa. Erick se había convertido en mi salvador.

Llevaba más de una semana con él. Me di cuenta de que Tyler me había mantenido cautiva durante dos semanas y media. Llevaba más de tres semanas lejos de casa, pero no tenía el valor de aparecer nuevamente, no después de lo que Tyler me había hecho.

Cada noche lloraba antes las pesadillas, Erick aparecía preocupado y se quedaba allí -contándome alguna anécdota- hasta que caí profundamente dormida.

-Bueno ¿y qué piensas hacer hoy? - me pregunto, mientras servía el desayuno.

-No lo sé, no...no quiero contactarlos aun- dije con pesar.

-Debes de tener en cuenta que, si te están buscando, lo cual no dudo, han estar desesperados- dijo con cautela.

-No, no quiero hablar de ello Erick- dije intentando levantarme de mi asiento, pero el sostuvo mi mano para que no diera un paso más.

-Ya va siendo hora de que afrontes la situación, no sé lo que te sucedió, pero...-lo corte.

-Agradezco tu preocupación, pero...-me corto.

-Basta Skyler, se que un secu...que lo que te sucedió no es fácil de superar, pero piensan que hay gente que probablemente la este pasando fatal porque no saben nada de ti- el dio una larga bocanada de aire- creo que momento contactarlos.

- ¿Quieres que me vallas? - pregunte con melancolía, el tono que utilice me había sorprendido incluso a mí.

- ¿Qué? - parecía confuso -No, claro que no, haberte conocido ha sido lo mejor, pero tu familia y amigos deben estar preocupados- dijo.

-No creo estar preparada...- dije, mi voz comenzó a quebrarse en el proceso.

-Lo estarás, podemos llamar a alguien- sugirió. No me parecía mala idea, pero aun así no estaba del todo segura de poder o querer hacerlo.

-Podría hacerlo, solo que hay problema- le comenté.

¿Cuál? - pregunto, habíamos vuelto a tomar asiento.

Solo recuerdo en numero de una sola persona y no sé si quisiera contactarlo a él precisamente- dije.

-Pues no tienes otra alternativa- dijo.

Terminamos el desayuno, Erick tenía que salir al supermercado así que decidí acompañarlo ya que el encierro me estaba matando.

-Segura de que no quieres quedarte, me preocupan tus heridas- dijo mientras nos subíamos al auto.

-Estoy muy segura, no me gusta estar encerrada y es peor si me dejas sola. A demás mis heridas ya están mucho mejor- dije con la vista perdida en mis manos.

-Está bien, vamos, pero si te llegas a sentir mal solo avísame- nos dirigimos al supermercado más cercano, el cual estaba a veinte minutos.

-Como usted ordené- respondí, ambos comenzamos a reírnos.

Encontrar o mejor dicho que él me encontrara había sido lo mejor de toda esta situación. Erick se había convertido en mi salvador, alguien a quien le debía mucho, pasar tiempo con él se estaba convirtiendo memorable. Su forma de ser era tan irresistible -de cierto modo- era muy carismático y siempre trataba de hacerme sentir a gusto, se preocupaba por que estuviese bien. 

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-Bueno, ya es hora- dijo mientras me pasaba su celular.

Di una larga inhalación.

-Erick...no...no creo...-empecé, pero él me corto.

-Solo hazlo Sky, yo estoy acá- dijo y tomo mi mano, sentí una sensación de calidad.

-Bien- marque el numero de él. No me sentía lista, pero sabía que era lo correcto.

Primer tono.

Segundo tono.

-Sí, ¿Quién hablar? - su voz causo una sensación irrefrenable en mi ser, pero no sabía si eso era bueno o malo.

Por un momento no sabía que decir.

- ¿Quién es? - pregunto con cautela -Skyler...eres tú- mi respiración comenzó a agitarse.

- ¿Eres tú? - lagrimas comenzaron a descender, Erick me arrebato el celular.

-Lo lamento- dijo este antes de colgar y atraerme entre sus brazos.

Hundí mi rostro en su pecho, comencé a llorar. Mientras tanto el acariciaba mi espalda en un vano intento por calmarme.

Pasamos varios minutos así, mi respiración volvió a su normalidad.

-Creo que deberías descansar- dijo mientras se despegaba con cautela de mí.

- ¿Podrí...podrías quedarte conmigo? - pregunté con la vista aun baja.

-Claro- dijo y divise su hermoso hoyuelo.

Pasamos así unos minutos más, hasta que él rompió el contacto para ir a preparar la cena, mientras tanto yo me dirigí a la pequeña estantería que él tenia con libro y cogí uno que llamo mucho mi atención.

Al termino de cuarenta minutos -más o menos- él me llamo para cenar. Pasamos en silencio toda la cena, silencio que me estaba consumiendo pero que no sabía cómo romper.



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En el texto hay: venganzas, amor, comienzos

Editado: 11.01.2020

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