Un Nuevo Comienzo

CAPITULO XX

CAPÍTULO XX

 

Amanda

 

Julia se acerca a mi oficina, diciendo

-Este fin de semana vamos a ir a la casa de campo que tenemos a las afueras de la ciudad,quiero unos dias de tranquilidad!.-

-La casa de tus padres?.-le pregunto.

-No no, es otra casa, queda a unos 3 horas de acá aproximadamente-contesta.

-Quienes irían?.-le pregunto porque no quiero estar cerca de Augusto.

-Solo tu y yo, allá está la pareja de señores que cuidan el lugar.-me responde para mi alivio.

-Ok, por mi esta bien.-contestó.-Cuando quieres salir?.-continuo.

-Salimos el sábado temprano.-Me dijo tirándome un beso.-Fin de semana de chicas!.-dice saliendo de mi oficina.

Llegó el viernes, no había visto en toda la semana a Augusto. Después del incidente del ascensor, no quería cruzarlo por ningún lado. El trabajo ha ayudado mucho, me quedo a comer algo en mi oficina casi todos los días, así evito el comedor y los pasillos.

 

El viernes por la noche, arme una mochila con mis ropa, ya comenzaba a hacer frio, asi que cargue unos buzos,zapatillas, ropa cómoda. Julia me contó que había animales, caballos, vacas, era más como una granja. La idea de pasar lejos un fin de semana, me gustaba. generalmente estaba o en casa de Julia o en casa de Ana, rogando que Augusto no apareciera.

Salimos temprano el sabado, teniamos poco más de 3 hs hasta llegar, íbamos escuchando música, cantando, hablando del profesor de yoga que ya había invitado a salir a Julia, aunque lo hacía con todas las chicas de la clase.

En un momento Julia me pregunta por Augusto.- Ahora que estamos solas, y lejos de la ciudad, me vas a contar qué pasa con Augusto?

-No se porque me preguntas por el.-le respondo empezando a irritarme un poco.

-Amanda, mi hermano es un tonto ya lo sabemos. Pero me entere lo del elevador. Porque no me lo has contado?.- me dice con una sonrisa.

-Julia, no paso nada, nos quedamos encerrados unos minutos y al salir me descompense.-le resumo lo que pasó.

-Si, claro. No ha pasado nada más?.-me dice.

-Me llevo a mi casa después de eso.- le respondo.

-Y???.-pregunta curiosa. -Los he notado muy raros últimamente.-sigue.

-Se preocupo por mi, nada mas.-lo digo apenada.

-No te gustaria hablar con el?. Creo que ustedes dos tienen mucho para hablar.-sigue diciendo.

-No Julia, no hay nada que hablar.-me pongo seria. Ella me mira frustrada y suelta. -Ok ok esta bien!...y la escucho susurrar algo.

 

Miro por la ventana mientras recuerdo lo que paso despues de mi desmayo al salir del elevador.

-Estas bien Amanda?.-me pregunta Augusto.

-Si.-contesto intentando alejarme, él me estaba abrazando.

-Te voy a llevar al doctor.- me dice.

-No hace falta, solo me desmaye.-respondo.

-Eso no es normal, Amanda, por favor.- me dice serio.

-Ha de ser por la falta de aire.-intento que no insista.

-Déjame llevarte a tu casa, al menos.-me dice preocupado.

Levanto mi mirada hacia él, ya que no podía ver esos ojos por mucho tiempo, pero fue un error hacerlo, me podia, esos ojos me podían por completo.

-Esta bien.-respondo sin fuerzas.

Me sujeta de la cintura y me ayuda a pararme.

-Estoy bien.-le digo alejándome un poco.

-No estoy tan seguro.-me dice sonriendo un poco.

Me ayuda a que suba a su auto, me coloca el cinturón de seguridad, acercándose mucho a mi cara.

-Yo puedo hacerlo.-miró a sus ojos y después a sus labios.

-Lo se, pero quiero hacerlo yo.-me dice en tono juguetón.

Da la vuelta y sube a su lugar en el auto, se coloca el cinturón y sale del estacionamiento del edificio. Pone algo de música en el auto, y vamos en silencio, yo miro por la ventana y el fijo en la carretera.

Al llegar a mi casa,se baja a abrirme la puerta del auto. Me tiende su mano.

-Gracias.-le digo tomándola.

-Puedo acompañarte a tu departamento?.-me dice

Lo miro extrañada.-Si esta bien.-le respondo sabiendo que si le decía que no, seguiría insistiendo.

Subimos a mi departamento. Al abrir la puerta y hacerlo pasar, queda observando la decoración. Las paredes eran de colores claros, puse unos cuadros, un sofá y la televisión. 

Había una divisoria con la cocina que lo usaba a la vez de desayunador.

-Quieres tomar algo?.- le ofrezco.

-No, está bien! Quiero que te pongas cómoda, y te voy a preparar un té y algo dulce. No quiero que te desmayes de nuevo.-me dice para mi sorpresa.

Me sentía un poco mareada, abrumada de la situación. Asentí y me fui a la habitación a cambiarme. Al volver lo vi en la cocina preparando un té y haciendo tostadas, lo miró con una sonrisa y agarró del refrigerador la mermelada. Pongo unos individuales en el desayunador, y me siento en la butaca, el coloca las tostadas en un plato y lo acerca al igual que las tasas con el té.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.