Un Nuevo Comienzo

63 CAPITULO

Aún estamos esperando que Sofía salga del baño ya nos está preocupando y es mejor que vaya a darme cuenta de que esté bien, pero en ese instante entra.

—Reachel: pensé que te había pasado algo, ya iba a ver que te sucedía.

—Sofía: tranquila no me paso nada, solo que quise tomarme mi tiempo; disculpen si las hice esperar.

—Cristina: entendemos, eso me parece bien que te tomes un tiempo a solas es bueno, bueno y ahora quien es la siguiente en bañarse, pero sin demorarse las demás no tenemos nada de que tomarnos tiempo, se lo aceptamos a Sofía porque sabemos cómo la está pasando el resto no.

La siguiente en bañarse es Carolina pasan unos minutos y regresa a la habitación y así sucesivamente el resto hasta que llega mi turno para bañarme.

Ya estamos todas bañada y arregladas, acomodamos nuestro bolso revisamos si todo está en orden para cuando nos vayamos, ya son como las nueve  y decidimos bajar para desayunar.

Salimos de la habitación y pasamos por donde los chicos y se escuchan voces ya están despiertos  decidimos no molestar y sobre todo por Sofía sé que no sería cómodo para ella preferimos seguir nuestro camino. Ya una vez abajo salimos al patio y en la otra cocina que tiene integrada la casa están los desayunos servidos y lo que hicieron fue arepa con huevo revuelto y chocolate cada una toma su plato y nos vamos a sentar en la banca que está al frente a la entrada de la casa donde estaba madrugada con Sebastián hablando.

Estamos hablando mientras comemos de diversos temas para tratar de distraer a Sofía y lo hemos conseguido y nos vemos interrumpidas por los chicos y la sonrisa que habíamos conseguido sacarle a Sofía se desvaneció al ver a Fernando, Sebastián se sentó a mi lado y al lado nuestro está Cristina y Kevin  al frente de nosotros en la otra banca esta Carolina y Stiven y Laura y Sofía, Fernando y Carlos se sentaron en una banca queda frente con frente a la casa y en el centro está el palo de mango y nosotros quedamos al lado y a leguas se nota la tensión entre Fernando y Sofía y se puede percibir en el ambiente y nadie dice nada nosotras por prudencia y Sebastián, Kevin y Carlo se miran las caras de confusión y para no meter la pata supongo prefieren quedarse callados y el que no parece confundido es Stiven él cómo que sabe algo de lo que está pasando porque él sigue comiendo  tranquilamente y para salir de este incómodo momento Stiven rompe el hielo.

—Stiven: ¿chicas como durmieron?— pregunta para matar un poco la tensión que se creó en esta parte.

—Laura: el resto de la madrugada bien, pero en la mañana ese calor se puso insoportable— responde con cara de fastidio por lo dicho anteriormente.

—Stiven: ¡uys!— expresa— esa calor no dejo dormir bien ¡vale!— responde igual de fastidiado como Laura.

Y así seguimos hablando de cualquier cosa que se nos ocurría, pero los únicos que no inmutaron una palabra son Fernando y Sofía, ningunos de los dos mencionaron nada ni un gesto por así decir, solo se concentraron en desayunar y no levantaban la mirada por nada y noto que esto va a hacer un poco complicado por ser de mismo círculo social.

Después de terminar de desayunar nos levantamos a votar los desechables, hoy no he visto a Moila y no es que me importe mientras no la vea mi día es perfecto, porque no va a haber poder divino que se salve de mí lo que no pude hacerle ayer se lo hago hoy, y con respecto al pie me amaneció un poco morado la parte donde me golpeé.

Ya de habernos desocupado la profe nos llama y todos nos acercamos.

—Carmen: buenos días, muchachos ¿Cómo amanecieron?— nos saluda y todos respondimos al unísono que bien— bueno como todo tiene un final este es uno de ellos, ahora van a arreglar sus cosas, acomodan todo y que nada se les vaya a quedar y después de hacer eso van a hacer aseo al lugar donde habitaron cada uno, se reparten el trabajo y dejan todo limpio como lo encontraron aún nos queda tiempo, y los espero en la entrada una vez hayan terminado esa labor, en una hora nos vienes a recoger las demás instituciones también están haciendo lo mismo— asentimos y vamos rumbo al piso de arriba a comenzar hacer aseo.

Estamos en la habitación acomodando la cama, volvemos a realizar la acción de revisar los bolsos asegurándonos de que no se nos quede nada y todo está, salimos de la habitación y vamos al balcón apreciar esa bonita vista por última vez, le tomamos unas cuantas fotos al paisaje y después a nosotras individual y posteriormente grupal, después de quince minutos le hacemos aseo a todo ese sitio y bajamos con nuestras cosas a esperar a la entrada donde hay unas sillas de hierro forradas con plásticos se ven muy adecuada para el lugar nos sentamos allí a esperar que nos avisen que nos vienes a recoger para salir, los chicos también están abajo, pero se fueron a sentar en los asientos que anteriormente nos habíamos sentado pues supongo para no volver a generar ese estado incomodidad en el ambiente prefirieron sentarse por allá.

—Carmen: ¿ya están todos?— pregunta viendo aleatoriamente por el sitio como comprobando si todos estamos completos y nosotros asentimos— ¿no se les queda nada?— negamos todos— ¿seguros?— vuelve y pregunta y todos nos echamos a reír— ¡sí!— dijimos todo para que se convenciera— bueno eso espero, después no quiero que estén llorando ¡hay profe se me quedo! Porque yo les dije, así que hablen ahora o callen para siempre aún hay unos minutos para que revisen bien y tenga seguridad— nos advierte.




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