—Fernando: ¡ahh! Pero vas a salir con Diego que pretendes Sofía, darme celos o meterte con mi amigo, porque no funciono conmigo, ese es el amor que decías tenerme que rápido se te paso ¡no!— hablo enojado y no entiendo su enojo y tampoco comprendo su manera de ser tan ilusa, hasta dónde puede llegar el egocentrismo.
—Sofía: primero que todo yo no me rebajo a tanto no tengo la necesidad de darte celos a ti con Diego ni con nadie no te creas tanto como para yo ponerme hacer show como esos tengo muchas cosas muy importantes como para yo ponerme en esas ridiculeces de estar dándote celos a ti, recuerda que tú no eres el centro del mundo y no todo gira alrededor tuyo es que no te mereces que yo intente darte celos Fernando; y segundo a mí me respetas yo que no sé qué piensas tú que yo soy, no me gusta jugar con las personas y más si son los sentimientos que son tan importantes y tampoco soy capaz de jugar con los sentimientos de Diego sabiendo lo bueno que es y todo el apoyo que me ha brindado y si así fuera ¡que! Yo no te voy a esperar toda la vida a que te decidas quererme si viste que fuiste tú quien me rechazo y no necesito que me rechacen dos veces para darme cuenta de que no voy a hacer correspondida por ti y que pasa si Diego es todo lo que busco ¿algún problema?— espeto enojada alzando una cejas.
—Fernando: me quedo todo claro, Sofía— dice haciendo una mueca— todo ese amor que decías tenerme se te esfumo por lo menos ten un poquito de pena, somos amigos y si sabes que entre los dos va a ver una discordia— dice enojado.
—Sofía: no veo porque tenga que suceder una discordia si él a ti no te ha quitado nada, cuando hay una enemistad entre dos amigos es porque algo grave paso, una mentira una traición y yo no he visto nada de eso entre ustedes; él no te ha mentido y mucho menos te ha traicionado, nunca he sido nada tuyo no veo por qué tenga que suceder una discordia entre ustedes— le digo seria— es mi problema si mis sentimientos se esfumaron y veo que no te importa ni un poquito lo que yo pueda sentir— le digo con lágrimas en los ojos toda esa dureza que había mantenido anteriormente se esfumó ya no puedo retener las lágrimas y pues me da igual si me ve llorar o no, me da igual ya— no te has detenido a entenderme así sea un poquito lo que yo pueda sentir por lo menos ponte en mi lugar un momento y siente lo que yo siento porque no es fácil hacerse miles de expectativas y en un solo momento todo se venga abajo, tus ilusiones, tus ganas de que esa persona por lo menos te quiera de igual manera en que tú lo quieres a él no es fácil y más aún si a esa persona la tienes que ver diariamente y es matador ver que no le interesa ni un poco lo que sientes y ese eres tu Fernando y sabes que es lo peor— rio amargamente— que mis sentimientos hacía a ti no se han esfumado aun cuando te veo siento esas mariposas en mi barriga, mi corazón se acelera mis manos sudan y me pongo nerviosa y es ahí cuando entiendo que no he superado nada, pero también me enfurezco conmigo misma porque cuando más te comportas así es como si me dijeran enamórate más ¡y no!, ya me canse de sentir esto, mi corazón duele y arde ante cada rechazo que tú le haces— toco mi pecho donde está mi corazón— pero duele más aún cuando piensa que no se pueden dar las cosas y los sentimientos están más vivos que nunca y eso tú no lo entiendes Fernando— hablo desesperada y con la voz ahogada por el llanto y las lágrimas deslizándose por mis mejillas— hoy te digo que no me daría pena tener algo con Diego por el simple hecho de que tú y yo nunca hemos tenido nada no tendría por qué darme pena y si los sentimientos están, solo falta que se consoliden y yo merezco darme una oportunidad con alguien y si ese alguien es Diego no le veo ningún problema, Diego me entiende y comprende por lo que estoy pasando ha tenido demasiada paciencia conmigo me ha sabido consolar cuando amanezco deshabitada ¡y si!, desde ahora voy a poner más atención en Diego pueda y si podamos llegar a algo— hablo un poco más calmada y él queda sorprendido con lo que dije.
—Fernando: Diego no te conviene Sofía, él no es para ti— dice seguro— entonces quien me conviene— le pregunto—¿tú?, me convienes tú— esta vez lo señalo y de mí sale una risa amarga— tú no eres quien para venirme a decir a mí quien me conviene y quien no, eres el menos indicado para decirme eso si alguien no me conviene yo misma me daré cuenta y mira que ya lo hice por lo menos sé que tú a mí no me convienes, y no entiendo por qué se tuvo que meter esta conversación que no viene al caso y que yo sepa tampoco te debo explicaciones así que si ya terminamos te puedes ir ¡gracias!— le señalo la puerta no quiero tenerlo un minuto más cerca de mí, me confunde— ojalá no te arrepientas— dice— créeme ya me arrepentí lo suficiente así que gracias por el consejo que no te pedí— le digo y sin más se da la vuelta y sale de la casa dando un portazo— ¡QUIEN TE CREES PARA AZOTAR MI PUERTA O MEJOR INTERVENIR EN MI VIDA!— grito tan fuerte que no dudo que haya escuchado y solo quedo ahí llorando como lo he venido haciendo desde hace tiempo, sin más me tiro al suelo a desahogarme volví a quedar como al principio, porque será que toda la estabilidad que yo logré construir alcanzar a construir se pudo derrumbar en unos segundo, de verdad tengo que alejarme de él no es nada bueno para mí que cada vez que quiera entrar a mi vida me deje hecha nada, necesito que se aleje de mí, que yo pueda continuar y tomar mi camino sacudiendo todo ese polvo que su rechazo dejo en mí, necesito de ti Dios por favor.
Narra Cristina Y Kevin
Estoy acostada en mi cama ya arreglada esperando a Kevin, estoy metida en mi celular viendo que hay de bueno en las redes sociales matando el tiempo mientras él llega.