—bueno, te daremos una oportunidad, probamos que tan buena eres y tomamos una decisión, ¿te parece? — pregunta.
—Reachel: claro que me parece lo que ustedes sigan, me parece bien— digo emocionada.
— ok, Reachel puedes empezar mañana desde las tres hasta las diez, hay excepciones en la cual saldrás un poco más tarde, trabajaras con dos compañeros más, tus descansos serían los domingos, el sueldo sería el mismo, a claro que cuando se sale un poco más tarde se aumenta un poco más. Cuando cumplas los dieciocho, si llegas a quedar se te hará los papeleos de la seguridad en la salud, por si pasa algo Dios no lo quiera, nosotros corremos con la responsabilidad siempre y cuando suceda aquí dentro— ¡entendido! — pregunta el señor mirándome.
—Reachel: ¡claro! Estaré eternamente agradecida con ustedes por esta oportunidad.
—si llegas a quedar lo que queremos es que te sientas comida, hemos hablado de todo menos de como nos llamamos, no me he presentado— dice— me llamo Luis Rodríguez— se presenta dándome la mano.
—y el mío es Gloria Blanco— se presenta la señora.
—Luis: bienvenida— me dice con una sonrisa que a mí me contagia y yo sé la regreso.
—Reachel: muchas gracias— digo feliz
—Sofía: les juro que se ganaron a unas clientes fijas— dice señalando al resto de las chicas y ellas asienten con una sonrisa.
—Carolina: y no solo eso, también haremos publicidad para que vengan a comer aquí y visiten el lugar— dice sonriente.
—Gloria: muchas gracias niñas.
—Cristina: gracias a ustedes, se les agradecerá siempre, ya nosotras nos marchamos para dejarlo terminar de trabajar y mañana Reachel estará aquí puntual— dice Cristina mirándolos.
—Luis: que tengan una bonita noche— nos desea.
—Reachel: igualmente, ¡chao! — les digo y ellos asienten y nosotras salimos del sitio, nos retiramos un poco y empezamos a gritar como locas y las personas nos miraban raro.
—Laura: yo creo que esto se merece unos deliciosos perros, ¿no creen? — dice emocionada y nosotras asentimos y buscamos un sitio donde vendan perros.
Por fin encontramos un punto donde venden perros, llagamos, nos sentamos todas en una mesa a esperar que vengan a pedir nuestros pedidos.
—buenas noches, señoritas, en que le podemos ayudar— pregunta un chico muy lindo, tienes unos ojos encantadores y tiene el cuerpo bien formado.
—Laura: te quiero a ti— le dice y este se echa reír.
—Sofía: ¡LAURA! — la reprende.
—lo siento señorita, no estoy a la orden, tengo novia y la respeto— le dice muy sincero--- que van a pedir— pregunta con una sonrisa.
—Reachel: cinco perros, por favor, ¿con todas las salsas? — les pregunto a las chicas y ellas asienten— ¿Qué sabor de refresco tienen? — le pregunto.
—manzana, uva, naranja y cola--- nos dice.
—Reachel: ¿Qué sabor quieren? — les pregunto— manzana— dicen todas al unísono y él anota, se va y nosotras hablamos mientras nos traen el pedido— Cristina en que quedaron tú y Kevin— le pregunto se me había olvidado preguntarle.
—Cristina: quedamos de que no vamos a tener nada, me contó el porqué no quiere estar en una relación, tiene miedo de abrirse nuevamente y que salga lastimado otra vez, necesita primero sanar completamente y que si quiero puedo esperarlo y si no estoy en todo mi derecho de hacer mi vida— dice con una sonrisa sin gracia.
—Reachel: ¿tú estás dispuesta a eso? — le pegunto dudosa.
—Cristina: en estos momentos no estoy segura de nada, yo tratare de ayudarlo en lo que pueda y en el momento que sienta que me está haciendo daño me alejaré, me aseguraré de que mis sentimientos no se incrementen más de lo que ya están, ¡sí! Mi corazón está en involucrado en una parte, pero nunca dejaré que salga dañado— dice segura.
—Sofia: sabes que los sentimientos no se controlan ellos toman campo cuando quieres ver están más involucrados de lo que tú pensabas, siento que ese un proceso en el cual él debe hacerlo solo en el sentido de sanar tú puedes estar ahí apoyándolo y todo, pero con respecto a esas inseguridades solo él las puedes disipar, que pasa si crees que sano los miedos y puede quererte como quieres y resulta que no, no creo que sea sano ni para él ni para ti, porque de alguna u otra forma se idealiza y eso termina haciendo más daña de lo que se debería— te lo digo yo que ya pasé por ello— le dice.
—Cristina: la verdad que no sé que decirte con respecto a eso porque aún no me enfrento a lo que es, pero si te aseguro algo que si eso llega a suceder la que tiene la culpa aquí seria yo porque lo permití— nos dice poco convencida.
—Carolina: nosotras no queremos que llegues a este ese punto— le dice seria.
—Cristina: intentaré ayudarlo en lo que pueda, les prometo que no dejaré que mi corazón salga lastimado— nos dice para quedar más tranquila.
—Laura: igual aquí estoy yo para sacarle los ojos por si las moscas— expresa fingiendo enojo y todas reímos.
—Reachel: lo cierto es que aquí vamos a estar toda— le digo posando mi mano en la de ella, las demás imita mi acción como muestra de apoyo.