MIRIAM
No podía creer esto que me decía el doctor Gregor.
—Necesitamos su sangre para acabar con este virus.
Era algo que parecía simple y aún así no lograba entender nada.
—No entiendo que me quiere decir con esto, ¿Porque necesita la sangre de Alejandro y la mía?
Mire a Alejandro que aún estaba sentado en mis piernas, no se quería despegar de mi y me parecía bien, yo tampoco me sentía segura aquí.
—No es muy fácil de explicar pero digamos que haciendo investigaciones dimos con un componente llamado el SL, el cual se encuentra en la sangre de algunas personas, este componente tiene un rechazo total hacia el virus, por lo tanto necesitamos ese componente el cual se encuentra en la sangre de ambos.
—¿Como usted sabe que ese componente está en nuestra sangre? —Cada vez esto se me hacía más extraño.
—Cuando los encontramos en la centro de detención, te vimos una marca en tu mano y cuando te revisamos no tenías ningún síntoma y al joven Alejandro también le hicimos pruebas.
—Está bien, ¿Como haríamos ese proceso?
—Serán secciones de extracción y por lo tanto se quedarán en la base militar para cuidarlos.
Por mi estaba bien, considerando que no tenía familiares a los cuales acudir pero Alejandro tal vez tenía alguien que lo estaba buscando.
—¿Me dejaría a solas con el niño? —Me parecía estúpido preguntar esto pero esto era nuevo y extraño para mí, ni quería empezar a imaginar cómo estaría Alejandro.
—Claro, regreso en un momento.
El sale de la sala y miro a el niño ¿Como le pregunto si sus padres están vivos? Que difícil es esta situación.
—Te quería preguntar, ¿Tienes a algún familiar?
El simplemente niega con la cabeza, ahora que lo pienso no lo he escuchado pronunciar una palabra desde que lo conozco.
—¿No te importa hacer todo esto? —Quería estar segura de que estaba bien, yo aún no sabía cómo era esto y no quería obligar a nadie ha realizar esto.
Me miró un rato hasta que solo se encogió de hombros.
—¿Que edad tienes?
Miro el suelo y luego levantó su mano con los dedos extendidos.
—Tienes cinco, bien. Bueno que te parece si hacemos esto y si hay algo que te incomoda o te molesta me dices ¿Esta bien?
Asintió, creo que me podía acostumbrar a esto, solo esperara que no fuera algo permanente.
Me puse a pensar en todo lo que podía salir mal y no sabía que más pensar. Al rato entro el doctor Gregor, ya yo había tomado una decisión.
—¿Y que tal?
Mire a Alejandro y el me asintió.
—Está bien, vamos a hacer esto.