MIRIAM
Dios, estoy mareada, no se a donde vamos; salimos corriendo por las calles tengo a Alejandro en brazos mientras veo al chico que va unos pasos más adelante de nosotros, el camina con paso seguro y parece que sabe a donde se dirige. Cuando veo una sombra me detengo un momento.
—¿Porque te detienes? —Me mira fijamente —¿Estás bien?
Niego con la cabeza, el mira a el niño que tengo en brazos y extiende los suyos en mi dirección pero vuelvo a negar.
—Yo lo puedo cargar un momento mientras descansas —Sigue con sus brazos en mi dirección —Confía en mi, ya vamos a salir de esto.
Miro a Alejandro y lo encuentro dormido, sin más le doy a Alejandro, lo toma con una mano mientras con la otra toma la mía. Así cruzamos unas calles más hasta llegar a una valla, lo miro sin entender que hacemos ahora.
—Vamos a dentro. No te preocupes.
Cuando estamos cerca veo una puerta él se acerca y pone su huella junto a un código, se abre la puerta, cuando estamos apunto de pasar de acerca un infectado sin más le disparó en la cabeza, cae muerto u entramos de manera apresurada al lugar, todo estaba en oscuridad hasta que presione un interruptor.
—Ya dame al niño.
Negó con la cabeza y me miro de una manera diferente como si apenas se diera cuenta que era yo pero que significa yo para el. Cuando lo vi en el laboratorio sentía que lo conocía pero ahora lo veo y no se que pensar, no se que sentir.
—Lo podemos dejar en una habitación para que descanse tranquilo, porque tu y yo tenemos que hablar .
—Está bien.
Se dirige hacia una habitación donde coloca a Alejandro en una cama, cuando salimos dejo la puerta abierta para estar pendiente de el, en este tiempo que hemos pasado juntos le he tomado mucho cariño, me siento responsable de el y de cierta manera es así, sólo nos tenemos el uno al otro y tal vez seamos tres...
Cuando salimos de la habitación, se dirige hacia una sala y estoy parece una choza, esta todo pequeño aunque tiene lo necesario pero se ve seguro.
—Ok, vamos por el principio ¿Cómo llegaste a la base? Y quiero detalles.
—Tu más bien dime ¿Quién eres? ¿Qué hacías en ese lugar? ¿Y cómo me conoces?
—Bueno me llamo Rafael pero eso ya deberías saberlo.
—¿Cómo se supone que....
—No me interrumpas, estaba en ese lugar por lo mismo que tú y te conozco de toda la vida. Ahora es tu turno.
—Soy Miriam pero eso ya lo sabes —Asiente con la cabeza dándome la razón —Mis padres murieron por el virus, me mordieron, fui a un centro de detención, no paso nada, me desmaye cuando me desperté ya estaba en camino hacia la "base"
—¿Y el niño?¿Es tuyo?
—No, lo conseguí afuera de mi casa, desde ese momento está conmigo.
Asiente pero sin mirarme.
— Ahora quiero que me digas de donde me conoces.
—Te lo diré, pero ponte comoda la historia es larga. Todo comenzó desde que éramos pequeños....