Un Nuevo Comienzo (borrador)

XXVIII

Mateo “Don Bip”

-Ya Don Bip, ni usted le va hacer nada a Paulino, ni él se va a montar en el árbol, suficiente humillación la mía para que ustedes sigan con sus niñerías- se levanta, llega a nuestro lado señalándonos –shh, se sientan y más tarde se matan, los chicos están por llegar y no quiero que vean ni oigan nada de esto, ¿estamos claros?- pregunta volviendo su mirando a Paul y a mi mí y me siento regañado -¿estamos claros?- Paul y yo afirmamos con la cabeza.

-Ok, menos mal yo siempre me porto bien-

-Joan, muy padre y todo, pero si no quieres que comience a divulgar lo de la navidad pasada, guarda silencio- se pone serio y hace mueca de cerrar su boca con cerradura.

-Okkkk, mejor seguimos, porque si no va a correr sangre- aclara Lana y sigue con loa videos de seguridad del centro comercial.

Se ve a Lalo riéndose de mí y cuando ve que no reaccionó, comienza a llorar abrazada a mi pecho, al reaccionar comienza a golpearme con las manos, luego vuelve a llorar y abrazarme.

-¿En serio? Y después el bipolar soy yo-

-Bueno Don Bip, las malas mañas se pegan cuando pasas tanto tiempo con alguien- sigue hablando, pero no le prestó atención, ya que las imágenes que pasan, me quito la camisa amarilla y se la coloca en la nariz como tapón y levanta la cabeza, me dice algo tomo el teléfono y le tiendo el teléfono habla un rato y con la cabeza en alto me indica algo, voy al panel lateral de unas puertas y tecleo algo y la puerta se abre, exclamo y me agacho y la tomo por las piernas y espalda, cargándola de esa manera por el centro comercial…  

-En mi defensa, no sabía para que era, yo simplemente facilite información- comenta Lana pausando el video –aclaro esto continuamos-

-Lalo no sabía que era tan pesada- le digo mientras camino buscando donde estará la arena.

-Yo no le dije que me cargara, y obvio que tengo que pesar o que cree que las pizzas se evaporan en mí estómago, noooo, todo se va para mi panza y mis caderas y pregúnteme si me importa-

-¿Le importa?... no se quite la camisa Lalo que hay sangre ahí-

-Pues si me importa, pero mientras no tenga sobrepeso ni afecte mi salud, seguiré comiéndolas-

-Pero usted, está bien Lalo quiero decir se ve muyyy bien-

-Bien se ve usted sin camisa, así todo repapacito- la dejo en el piso y su mano la pasa por mi brazo hasta el hombro –como hace para estar así, si vive todo el día trabajando y encerrado, no me diga que tiene un batigym oculto en la biblioteca, que al presionar un botón en el teléfono se abra una puerta detrás de uno de los estantes-

-Batigym, claro que no Lalo, pero sabe que eso es una excelente idea… porque no lo había pensado antes-

-Porque no había hablado conmigo, hey mire una fuente…- me toma de la mano arrastrándome y veo como sumerge la cara en la fuente dejando una mancha roja en el agua –creo que no fue buena idea hacer eso- dice sentándose en el borde tomándose la cabeza con las manos.

-No me diga que te ahogaste, ¿te hago RCP? Soy muy bueno haciéndolo-

-¿de verdad? eso sería de mucha ayuda, yo no sé si se hacerlo, ohhh… mire- señala levantándose escurriendo agua por todas partes. –Mire toda esa arena, no sé porque siento que la arena me dice algo-

-¿Usted habla Arenesco Lalo?, wow es impresionante-

-¿Que hablo qué?- comienza a reírse y empieza a balbucear algo inentendible –zas zah zaaaazz-

-Lalo eso no es arenesco eso es parsel, si estoy muy seguro- mirando su rostro que denota intriga.

-No, parsel es así escuche bien- vuelve hacer ruidos extraños –ve, es como leviosa, no leviosá-

-Ahhh, mire arena, donde se pagará- volteo observando todo alrededor –bueno… -abro mi billetera –Lalo espere que hace…

-Pues tomando la arena, no hay bolsa y pues… nunca ha ido a fiesta con piñata, esta es la técnica adecuada- veo como levanta la falda del vestido, se agacha y comienza a llenarla con la arena luego toma los extremos y los cierra –vamos- y comienza a caminar.

-Lástima que no hay audio, se ve que hablaron mucho-

-Gracias a Dios Hermana Lucía gracias a Dios- comenta Lalo mirándome y si, si recuerda rayos.

-Lalo y donde va a guardar esa arena- inquiero llegando al clásico.

-Pues si la señorita liebre llevo un cargamento completo de arena al aeropuerto, nosotros podemos llevar arena a la casa- vacía su vestido en el asiento trasero.

-Esa señorita liebre debe ser muy sabía, déjeme buscar algo para que acabemos rápido-

Se ve como llego donde esta Lalo llenando su vestido con un carrito de transporte y vacía su vestido ahí, hasta llenarlo volvemos al clásico y así unas 30 veces. A la final salimos con dos vasos que recuerdo son batidos, que tomamos de una tienda y que deje un billete de 50 a manera de pago.

-Bueno, ya sabemos de donde salió la arena e insisto yo no voy a limpiar nada-

-Sí, hermana Lucía, ya lo había dicho- aclaro.




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