Un Nuevo Comienzo (borrador)

XXXVII

Mateo “Don Bip”

-Bueno Mateo, al menos los daños han sido minimizados, ese departamento sigue cerrado, hemos evitado los rumores, diciendo que es una remodelación que hacemos en esa tienda en específico, aún que hubo rumores y varios empleados llegaron a recursos humanos preocupados por un posible cierre, pero los cortamos en el instante y no ha pasado a mayores, pero…-

-Siempre hay un pero Leo, dilo sin dar rodeos- le comento dejando los documentos sobre la mesa.

-Bueno han llegados una cantidad de mujeres a la tienda, preguntando por cierta modista…- Leo me mira –y preguntando cuando abrirán su tienda-

-Pero, es extraño nosotros no trabajamos con modistas sólo con personal de tallaje y…- ahí recuerdo un conversación que tuve con el lunes.

Había regresado a la casa, era media mañana y esos estúpidos documentos, los deje en mi habitación, ayer Valery y los demás seguían con la operación limpieza, como la nombro Maggie y no pude trabajar en la biblioteca, así que me encerré en mi habitación.

-Holaaa, Nana- saludo al aire, ya que no veo a nadie, ahora entiendo porque no contestaban el teléfono cuando llamaba, subo tomos los folders y al comenzar a bajar las escaleras, escucho el timbre principal.

-Buen día-

-Buen día, Mademoiselle Catalina, ella vive aquí- escucho que habla con un marcado acento fránces.

-Buen día, si pero…-

-Grâce à Dieu, perfecto…, necesito hablar instamment- dice voz firme y decidida; la dejo entrar y la espero en la entrada porque necesito irme.

-Buen día soy Mat…-

-Oui, oui Cheri ¿dónde está?- entra a la casa mirando a todas parte, bufo y camino detrás de ella.

-Disculpe…-

-Ohh Madame Delacroix, enchantée- extiende su mano, pero la coloca como si pretendiera que la besara, pero simplemente la tomo y ya.

-Mateo Johnson, La… Catalina no se encuentra, ella…-

-Ohhh Cheri, pardon, no te reconocí, eres el prometido ¿cierto?- comienza aplaudir con las manos y lo que quiero es que se vaya de la casa, para poder irme rápido –Ohh ella no responde mis llamadas desde el viernes y me siento morir, y la tienda donde la encontraba está cerrada, me alegre cuando dejo de trabajar ahí, pero no la consigo, no tiene un atelier de confection, nada…-

-Disculpe Madame, pero si tiene es más es…-

-Ohhh c’est fantastique… ohhh, ohhh- la señora me abrazo y por un segundo pienso que me va asfixiar –verdad tu ohh la remodelación, ohhh je suis heureux-

-El taller lo tiene…- me dejo con la palabra a medias, porque giro y se fue…-aquí en la casa-…

-Leo, creo que eso es mi culpa- me toco la frente con la mano –una señora vino a buscar a Lalo y pues entre una cosa y otra ella pensó que la “remodelación” de la tienda es porque “mi prometida” abrirá ahí su atelier de confection-

-Jajajajajaja, Mateo ¿en serio?, es decir que toda esa horda salvaje de mujeres, que van todos los días es por ti?, bueno por Cata realmente, pero espera, no entiendo algo, sé que ella hace vestidos y confecciono los trajes del recital, pero ¿es tan conocida así? Y si es así, ¿por qué trabaja aquí?- lo miro de mala manera, porque no me agrada su insinuación -debería abrir su propia tienda y…- se queda mirando mi mala cara –cuidar a tus hermanos, verdad, y estar aquí siempre- se aclara la voz –hay como calor verdad, quieres algo para tomar, ahh recuerda que la gala benéfica del hospital es el sábado ya confirme tu asistencia… es para dos- le levanta.

-Leo siéntate- vuelve a tomar asiento –no tenia pensado ir, esas actividades eran de mis padres y no me siento preparado para asistir- suspiro cerrando mis ojos -tengo que hablar con Lalo y que aclare todo este asunto, es lo mejor-

-Bueno y por cierto ¿dónde está?, la casa esta extrañamente en silencio-

-Pss, todos tienen el día libre, Lalo decidió darles más días libre e incluso esta mañana me toco hacerme mi propio desayuno…-

-Ohh por favor, pero que desconsiderada mujer, eso es un abuso absoluto- inquiere con una falsa indignación y sentándose a mi lado.

-Paul, en serio, no tienes casa acaso o estar pendiente de tu trabajo…-

-Si tengo, pero…- mastica un sándwich que tenía en la mano –estaba aburrido, y cuéntame que más hizo esa desalmada mujer-

-Pues hizo una pataleta y le dijo que era un hombre adulto, completamente funcional y capaz de tomar dos rebanadas de pan y rellenarlo- el idiota de Paul comenzó a reírse como descerebrado.

-Valery… que haces aquí, pensé que estarías con Lalo-

-Oh sí, pero ya llegamos, ten- extiende la mano –hoy al fin salió-

-Ohhhhh, eso es muy frío terminar por un tercero-

-Y porque me lo entregas tú y no ella- me levanto del sillón tomando el anillo.

-Es que ella lo iba hacer, pero se encontró con un sujeto muy apuesto en la entrada, se quedó con él y…-

-¡¿QUE?!- dicen a la vez Paul y Leo.




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