Un grupo de jóvenes entraban a la vieja biblioteca, al tiempo que una mujer regordeta los miraba desde una mesa.
—Hoy solo habra atención por un par de horas — pronunció la mujer, poniéndose de pie, para acercarse al grupo de jóvenes.
—Sí, no se preocupe, solo vinimos por un libro — respondió una joven de cabello rubio corto.
—Es que solo nos falta leer un par de hoja para terminarlo — agrego otra joven.
—¿Qué libro desean leer?, ya saben que no todos los libros salen para casa — añadió la mujer regordeta.
—Enigma — dijo un joven que estaba junto a la joven rubia.
—Bien, se los prestaré, pero solo léanlo aquí, y rápido, ya les dije que un par de horas cerraré — pronunció la mujer, haciendo una pausa para decir, mientras caminaba hacia el lugar donde estaba el libro — No comprendo, ¿por qué tanto les gusta ese libro?, si ni siquiera está completo.
—Es que eso lo hace más interesante, ya que al haber desaparecido su última página nos deja con la intriga de su final — respondieron los jovencitos, mientras la mujer, tomaba el libro para entregarse a los jóvenes.
—¡Gracias! — pronunciaron los jóvenes, mientras uno de ellos abría el libro, y quedo sorprendido al ver que ya no le faltaba ninguna página al libro.
—¿Qué sucede? — dijeron el par de chicas.
—Está completo — pronunció el joven.
—¡No bromees! — contestaron las chicas, poniéndose de pie, para acercarse más a su amigo y comprobar por ellas si lo que este decía era verdad.
—¡Vaya es cierto! — dijo una de las chicas, posando su mirada en una imagen.
—La señora ni enterada que le trajeron otra obra completa para reemplazar a la que tenía incompleta — contesto la otra joven.
—¿No se les hace familiar? — dijo la chica rubia, haciendo que sus amigos, posen su mirada en la imagen.
—Sí, aunque no sé de donde — respondió la otra joven, mientras el muchacho asentía.
—El príncipe Treyton y Lizy, vivieron felices por siempre — decía una de las chicas.
—Sí, hasta un par de principitos tuvieron — agrego la chica rubia sonriendo.
—Solo el amor es capaz de traspasar las barreras de los mundos — pronunció el joven.
—¿Qué? — dijeron las chicas.
—El mensaje final del libro, contesto el joven, cerrando el libro, mientras este cobro un brillo especial.
FIN