Un otoño con mi lobo

¿Emboscados?

Capítulo 11


Desperté mareada y con un fuerte dolor de cabeza, todo giraba a mi alrededor, y el más mínimo ruido se volvía estruendoso al punto de no tolerarlo.

《 Rayos, no volveré a beber jamás 》

Considere intentando recordar lo ocurrido en la noche, no obstante, mantenía imágenes fugaces, de Sabrina y Amets. Arrugué la cara y sacudí la cabeza para sacarme ese pensamiento, debido al desagrado que me causaba la idea de ellos dos juntos.

《 Cálmate Fleur, ni siquiera lo conoces bien, no deben existir razones por las cuales te moleste verlo con otra chica》

Quise convencerme, pero sin duda alguna me molestaba ese asunto. 
Me puse de pie tambaleando un poco, porque absolutamente todo el entorno daba vueltas, respiré con los ojos cerrados y los volví a abrir para bajar en busca de algo que me quitara el dolor de cabeza y por supuesto una bebida fría para mi garganta seca.

Noté que mis padres no se hallaban en casa y al ver el reloj noté que pasaban las 11:00 am.

《 Rayos, dormí demasiado》

Pensé yendo al refrigerador donde encontré una nota de mamá, diciendo que fueron a casa de Kitsune, y por supuesto regresarían tarde en la noche. Quité la nota de papel y la eché a la basura, para concentrarme en el interior de dicho artefacto.

Fisgonee un poco y pude hallar una botella de jugo, la cual tome sin pensarlo dos veces para ingerirla de un trago, saqué varias latas de refresco y subí de nuevo a mi habitación para darme una ducha, quizás eso me haría sentir mucho mejor. Al girar la perilla lo vi recargado en el marco de la ventana dándome un susto de muerte.

—¡Carajo! —exclamé —. Casi haces que me dé un infarto —le reclamé y sonrió de esa forma egocéntrica y odiosa que lo caracterizaba—. ¿Acaso no sabes que en las casas normales hay puertas y se tocan? —cuestioné molesta

—Lo siento, supuse que necesitarías algo como esto —mostró una bolsa de farmacia que me lanzó, la tomé en el aire y al revisar su interior visualice aspirinas.

—Gracias —murmuré sorprendida.

—¿Cómo te sientes? —interpeló y encogí los hombros.

—Diría que bien, pero si sentir que la cabeza está a punto de explotarte es normal —comenté con sarcasmo avanzando a la cama para sentarme.

—Es normal tener resaca, solo bebe muchos líquidos, date una ducha de agua fría y toma las aspirinas, luego te sentirás mejor —indicó como si fuera un experto en el tema.

—Humm, al parecer ya tienes mucha experiencia —expresé haciendo una mueca de lado.

—Pues nunca me embriague con 5 cervezas, pero si he tenido resaca una que otra vez en mi vida —recordó

—Eran tamaño jumbo y yo no estoy acostumbrada al alcohol —le hice tener presente y sonrió soltando un poco de aire por la nariz.

—Tranquila, sé que eres una chica la cual en contadas ocasiones rompe las reglas en su vida —quiso echarme en cara, y a pesar de que esas simples palabras no me deberían molestar, fue ofensivo para mí tener la idea de parecer una aburrida.

—Sí, solamente viniste a molestarme, puedes largarte por donde entraste —advertí e hizo un gesto de cerrar su boca con los dedos

—Perdón, no he venido a molestar —aseguró para calmar las aguas, yo entorné los ojos y saqué una aspirina para tomarla con el refresco. De pronto la idea de saber lo que sucedió la noche anterior abordó mi cabeza y sentí la necesidad de preguntar.

—Eh, sabes, tengo algún tipo de problema para recordar y pues yo… —intenté no sonar como una idiota y fue imposible, porque en su rostro se denotaba esa malicia y burla al contemplar mi extrema estupidez.

—¿Realmente quieres saber?

—Si te estoy preguntando, es porque quiero saber —repetí  con ironía y poca paciencia


—Bueno, le rompiste la nariz a otra chica por celos —confesó abrí los ojos y la boca hasta más no poder.

—¡¿Qué?! —solté incrédula

—Sí, al parecer no toleras verme con nadie más, deberías controlar esos celos, cualquiera pensaría que estás loca por mí —explicó intentando sonar inocente, pero yo sabía que disfrutaba burlarse de mí sacándome de las casillas.

—Qué idiota eres, yo jamás ni en mil años me interesaría en ti, no eres mi tipo —escupí furiosa. Él, por su parte, solo alzó las comisuras de sus labios y sus ojos negros tomaron un brillo inusual, avanzó unos pasos acercándose para ponerme en alerta, yo retrocedí por instinto, pero no se detuvo.

Al estar a pocos centímetros de mí, se inclinó y en un tono bajo expresó

—Pues tu actitud dice todo lo contrario Fleur, parece que luchas con la idea de aceptar que te vuelvo loca —confesó con osadía, sin embargo, no podía responder a eso porque algo interno luchaba con esa idea, yo realmente sentía cosas por Amets, ese chico idiota y engreído hasta la médula tenía razón. Empero jamás iba a mostrar debilidad frente a un payaso como él, por lo tanto, levanté mi mano y le di una bofetada para ponerlo en su lugar.

—No sé qué clase de chicas conozcas, pero yo no soy una de ellas, si vuelves a molestarme o irrespetar mi espacio personal, te juro que no tendrás dientes para mostrar tu ridícula sonrisa —amenacé y por muy sorprendente que pareciera, él actuó como si nada.

—Está bien, lo siento, no fue mi intención, faltarte el respeto —se disculpó enderezando su cuerpo—. ¿Quieres ir a comer pizza? Debes tener hambre —cambió la conversación, como si segundos antes no le hubiera estampado mi mano en la mejilla, como una pegatina.

Para olvidar el asunto y hacer las pases, acepté y luego de darme una ducha, haciendo que él esperara abajo en la sala, me arreglé y bajé para que pudiéramos salir.  No obstante, justo cuando me lavaba el cabello, una imagen apareció en mi cabeza, el rostro furioso de Sabrina a punto de transformarse en loba, y Amets dando un leve golpe en su frente que la había dejado noqueada, lo cual me llevó a ese deseo de saber como rayos hizo tal cosa.

Empero mejor esperé al momento apropiado, quizá obtendría mejores respuestas, ya que acabábamos de pasar un bochornoso instante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.