Consecuencias

Capítulo 14

—Sí, de verdad quieren al menos aprender a usar mejor sus habilidades, deben poner de su parte—regañó Amets, parecía no tener paciencia, seguramente en su grupo de nómadas él era lo que podía llamarse alguien de rango, y entrenar a dos lobos prácticamente novatos parecía ser un fastidio.

—Perdón por no ser tan hábiles como los idiotas a los que estás acostumbrado —soltó Sam, su rostro denotaba irritación y a la vez unas ganas enorme de darle un puñetazo en el rostro. El interpelado levantó ambas comisuras de sus labios en una mueca divertida.

—Sam, siento que te pongo tenso, ¿algo que tengas que decir? —forzó incitándolo, yo vi el rostro del chico, quien parecía a punto de olvidarse que estábamos en una práctica amistosa.

《 Debo hacer algo cuanto antes》

Pensé.

—Bien, creo que debemos tomarnos un descanso —invité. De ese modo podría impedir una pelea entre esos dos que obviamente tenían un asunto por resolver, del cual no estaba enterada, porque precisamente no podía leer sus mentes.

La de Sam debido a mi promesa y por supuesto tampoco la de Amets, ya que era una barrera anti Fleur, como le había apodado en ese instante.

A pesar de que la tensión podía palparse entre ambos, aceptaron y Sam decidió dar una vuelta, dejándonos solos para poder hacer las preguntas que tenía planeadas, a Amets. Miré su rostro y claro que sabía, podía leer mi mente y aunque yo hiciera una barrera, él encontraba la manera de entrar para penetrar hasta el más minúsculo pensamiento privado, había muchas cosas que conocía de mí, por eso necesitaba aprender su habilidad para poder conocer esos secretos los cuales me eran ocultos.

Permanecí quieta intentando reflexionar como iniciar esa conversación, pero no fue necesario presionar mucho, ya que él estaba dispuesto a contarlo todo.

—Yo pertenecía a la manada de Jonathan—empezó y quedé sin palabras ante tal confesión.

《 Espera, ¿Qué?》

—Él es mi padre—prosiguió—Bueno, padre adoptivo, porque asesinó a los míos cuando yo tenía unos 7 u 8 años, me llevó con él debido a mis habilidades, de hecho por esa razón extermino a toda la manada a la cual yo pertenecía. Quiero vengarme y por eso acudí a ustedes, son los únicos que pueden ayudarme a matarlo—explicó y yo la verdad, aún estaba procesando la noticia de que el mismo Jonathan, que formó el grupo de los nómadas y el cual hizo tanto daño, desde años atrás, era un pariente cercano de Amets.

—Yo... Es que... Bueno, ni siquiera sé qué decir —contesté abrumada.

—Fleur, todo esto se lo confesé a tu padre, por eso me permitió quedarme en la manada como un integrante más, pero necesito que sepas algo sumamente importante, Jonathan tiene prisionero a mi hermano menor, los otros dos harán lo imposible por sacarlo de ahí, eso quiere decir que vendrán hasta este lugar obedeciendo las órdenes de él —relató con extrema seriedad.

—Lamento lo de tu hermano, quisiera poder hacer algo para ayudarte —expresé sintiendo empatía por la situación a la cual se enfrentaba Amets.

Realmente atravesar por tantas circunstancias difíciles, como perder a sus padres y luego ser llevado a la fuerza por un ser tan horrible, como Jonathan, ese desgraciado era igual a su padre fallecido y tenía la certeza que deseaba venganza por aquel acontecimiento, donde gran parte de los miembros malvados que seguían a Diamond, murieron junto con él, pero al parecer tenían el poder de las cucarachas multiplicándose.

—Gracias por entender —respondió en una sonrisa tenue—. Sabes, eres la única persona que me genera curiosidad, a pesar de saber todo lo que piensas, sigo sin entenderte por completo —indicó lleno de intriga. Fruncí el entrecejo confundida para mover los labios, no obstante, los volví a cerrar porque no sabía como responder. Luego de varios segundos en silencio, decidí romper con aquello, por el hecho de que había más cosas las cuales necesitaba entender.

—Tú no sabes lo que es la privacidad mental, pero creo que también me generas curiosidad —mencioné acercándome—. ¿De dónde posees tantas habilidades? ¿Algo que nació contigo? —interrogué y sonrió

—Ambos deseamos saber cosas del otro, por eso me caes tan bien Fleur —manifestó—. Sí, son dones de nacimiento, pero descubrí la manera de perfeccionarlos aún más y también puedo ayudar a otros lobos para encontrar la forma de mejorar sus capacidades, a pesar de no llegar al punto que puedan parecerse a las mías, sigue siendo un paso más para que las manadas tengan mejores formas para defenderse —admitió.

—Debe ser genial nacer con un don especial —revelé como algo interesante. Amets fijó sus ojos en mí en una expresión curiosa.

—¿No sabes que tienes un don especial, Fleur? —inquirió dándole suspenso al asunto y amplíe mis ojos en asombro.

—¿Yo? ¿Cuál? —pregunté interesada, él hizo un ademán para que me acercara y eso hice, avancé varios pasos hasta quedar muy cerca, permaneció en silencio, cerró los ojos y murmuró.

—Cierra los ojos, necesito concentrarme para poder mostrarte tu don especial —indicó en un ambiente de seriedad, yo obedecí —. No te muevas, debes quedarte muy quieta —susurró.
Y siendo honesta, pensar en tener un don especial sonaba intrigante y a la vez excitante, pero luego de varios segundos con los ojos cerrados sentí como algo tibio rozaba mis labios, al principio tuve que procesar aquello, fue agradable y suave no pude evitar corresponder a ese efecto el cual me incitaba, moví los míos siguiendo ese reflejo, todos mis sentidos se agudizaron y un cosquilleo aleteó justo en mi abdomen bajo, mi corazón se aceleró provocando una explosión de emociones en las fibras más delicadas de mi ser.

Sus manos fueron a mis mejillas sosteniendo de forma sutil, yo enlacé mis brazos a su cuello, pero a pesar de sentir algo tan agradable como mi primer beso a un chico, que obviamente me gustaba, pensé en las consecuencias y me detuve. Abrí los ojos, puse las manos en su pecho y lo empujé.