Capítulo 30
—Realmente es asombroso ver que cuando haces eso —manifestó Sam. Desvié mi atención hacia él enviando una rama de árbol que le hiciera cosquillas.
Una de las cosas que amaba de ese regalo, el cual me fue dado, era el hecho de mantener una conexión directa con la naturaleza, también con las personas, ya que tenía la capacidad de percibir algunos sentimientos, eso lo desarrollé con el tiempo, mi don no precisamente se trataba de saber lo que otros sentían, era más bien como una sensación. Cuando alguien estaba triste, preocupado o feliz, yo tenía la capacidad de percibirlo.
A diferencia de Fleur quien pasados los meses desarrolló ampliamente su don, ella no solo controlaba emociones, sino también pensamientos, mantenía la capacidad de que una persona triste cambiará radicalmente o viceversa. Los entrenamientos fueron exhaustivos, no obstante, tuvieron frutos positivos y visibles ante los demás.
—Sabes, nunca pensé que este día llegaría… —murmuró viendo el cielo azul.
《 Ya casi nos deja el otoño 》
Reflexioné al notar que las corrientes eran más frías.
—¿Que Fleur será Alpha? —cuestioné y me observó.
—De hecho, siento nostalgia, creo que ha madurado lo suficiente. No sé, extraño cuando se metía en problemas y a diferencia de la Fleur que conozco ahora, ha cambiado mucho —manifestó con cierta tristeza. Sonreí dándome la vuelta para verlo de frente.
—¿Estás diciendo que extrañas a la Fleur que casi hace que te maten? —pregunté casi riéndome.
—Dirás que estoy loco, pero sí —confesó apoyando la barbilla en su mano cerrada en un puño.
—Bueno, a veces solemos echar de menos el pasado, pero lo bueno de eso es que nos enseña muchas cosas, por ejemplo de Fleur nos demostró que ella tenía la capacidad de ser una líder nata y ahora es está a punto de convertirse en Alpha de la manada, yo considero que más que sentir tristeza, debemos estar felices por este logro —expuso y arrugó la boca haciendo un puchero.
—Sí, es que la verdad estoy feliz por ella, sin embargo, la nostalgia me lleva a esos días que extraño —contestó y avancé quedando de frente para ver sus bonitos ojos. Toqué la punta de su nariz y sonrió.
—Es bonito que sientas eso, quiere decir que aún tienes ese espíritu ansioso por aventuras, pero mi Sam, debes aprender a acostumbrarte que las cosas cambian, míranos a nosotros, antes ni siquiera sabíamos que teníamos esta conexión, y ahora estamos juntos. De esa manera funcionan las cosas —le expliqué y saltó del tronco donde estaba sentado para quedar de pie frente a mí, marcó la diferencia entre nuestros tamaños y luego se inclinó un poco sosteniendo mi barbilla con sus dedos de una manera sutil.
—Y creo, debo decirte que es lo más maravilloso que me ha sucedido —expresó siendo honesto, yo podía percibir sus emociones y las de Sam, siempre eran tan claras ante mí, podía saber cuando hablaba en serio, al estar bromeando, también cuando se enojaba cada uno de sus sentimientos eran visibles ante mis ojos.
Acarició mi mejilla con su mano y cerré los ojos, luego de eso me besó con delicadeza removiendo todo dentro de mí, cada vez que me besaba de esa forma alteraba mi poder de maneras distintas. Cuando nos separamos pude notar un extenso campo rodeado por césped verde y flores de múltiples colores, ambos contemplamos aquel jardín hermoso y sonreímos.
—Amo, cuando eso sucede, es lo más lindo de tu poder —murmuró.
—Sí, sí, ya ella es muy bonita, pero acaso puede hacer esto —preguntó Fleur avanzando hasta nosotros, al lado de ella se encontraban Jeus, Jemual y Amets. Parecían estar en un trance y esquivó condenada, les había aplicado su control mental.
Los tres empezaron a bailar de una manera chistosa, Sam y yo no soportamos y estallamos en una carcajada.
—Ves, te lo dije, nadie es más especial —manifestó orgullosa, soltó a los chicos de su hipnosis y los tres se quedaron viendo un poco raro como si intentaran recordar lo que ocurría, o la manera de como llegaron a ese lugar.
—Y ustedes por qué se ríen —exigió saber Jemuel, entonces los dos negamos haciendo un gesto de inocencia.
—No, nada —respondimos al unísono. Fleur nos miró guiñando un ojo, y sonreí porque verdaderamente esa chica a nunca dejaría de ser como siempre, Sam estaba equivocado, ella mantenía su esencia intacta, solamente que ya no era aquella chica inmadura que se metía en problemas por sus malas decisiones. Ella avanzó para transformarse en una absoluta cabeza de la manada.
—Bueno, solo vine para avisarles que ya va a iniciar la ceremonia —comunicó.
—Vaya, paso rápido la mañana, vamos —contesté yendo de vuelta al lugar donde se efectuaría el nombramiento.
Me acerqué a Fleur, mientras los chicos se quedaban atrás hablando sobre quién tenía más fuerza, esos casi siempre eran sus temas de conversación.
—Entonces, ya dentro de unos pocos minutos pasarás a ser Alpha —murmuré feliz de poder decir eso en voz alta.
—Sí, y realmente se escucha extraño, no sé si vayan a acostumbrarme —replicó en voz baja.
—Es algo de adaptarse, así como todas las cosas —expuse mi punto de vista y encogió los hombros.
—En otras noticias, creo que Amets oculta algo y no quiere decirme, traté de leerlo en su mente y parece que no hay nada, sin embargo, sigue actuando extraño —contó un poco intrigada.
—Ah, bueno, pues seguramente no es nada —respondí restando importancia al tema, a veces mi hermano actuaba extraño y ya estaba acostumbrada a eso.
—Bueno, espero sea eso.
***
Llegamos a la gran ceremonia, toda la manada estaba ahí, líderes más antiguos como el padre de Kitsune y también algunos otros presentes de manadas externas, Eyolf quien era el Alpha anterior, sería quien iba a ceder su puesto, se encontraba en medio frente a su hija.
Todos permanecimos en silencio hasta que él empezó a decir unas palabras dirigidas a Fleur.
—Fleur, hija mía, has demostrado un gran cambio, poder y valentía ante todos, por eso ahora como Alpha de la manada, te cedo mi lugar, serás predecesora y protegerás a todos con tu vida, jugarás lealtad a los tuyos manteniéndolos unidos hasta el fin de los tiempos, con el poder otorgado por neutros ancestros los lobos, entrego este don poderoso en tus manos —manifestó tomándola de las manos como si estuviera traspasando algo, no sabía si otros eran capaces de verlo, pero claramente fui testigo de aquella luz brillante siendo otorgada en las manos de Fleur.