Un Pacto Sagrado

3 Ariadna

Lo veo relajado, sin expresiones pervertidas y que den miedo. Sigo leyendo tratando de no despertarlo, pero mi lectura se detiene, ya que no puedo dejar de mirarlo, verlo así, parece un ángel caído del cielo, rasgos delicados pero marcados, labios suaves, ojos verdes profundos, cabello plateado, le cae delicados mechones por la cara, suave y lacio.  
-¿Me estas observando?-  
-¡No!- ¿Cómo se dio cuenta? Me levanto algo avergonzada.  
-¿Qué haces?- Me miro expectante.  
-Voy a caminar- 
-Te acompaño- Medio que se levantó.  
-¡No! Voy sola- Dejé el libro y me fui.  
Caminar me ayuda a calmar mis ansias. Estoy acostumbrada a estar sola, es raro que ahora este con alguien. ¿estar con alguien? Es mi familiar y nada más. Pensar en lo mismo es agotador, tengo tantas preguntas que hacerle, pero ninguna me sale.  
-¿Porque no puedo hacerle ninguna pregunta? Tengo que regresar y con mucho valor le preguntare- Tanto pensar se me paso la hora y ya estaba oscureciendo.  
El ya no estaba en donde lo deje, voy a buscarlo, pero el libro sigue acá, que raro. Entro a la casa y guardo el libro, me doy vuelta para irme. Se prende la luz, salte asustada y Zosume me queda mirando con esa cara que da mucho miedo.  
-¿Dónde estabas?-  
-En el bosque, solo fui a dar una vuelta como te dije- Me cruce de brazos. 
-¿Porque no me dejaste acompañarte?-  
-Quería estar sola ¿de acuerdo? No hagas tanto drama-  
-Tu no lo entiendes- Él agacha la cabeza consternada.  
-Lo siento, no estoy acostumbrada a estar con alguien- Agacho la cabeza avergonzada. 
-Lo siento, no fue mi intensión…-  
-Olvídalo, vallamos a comer- Me adelanto.  
Llegamos a la cocina y él se pone un delantal que le queda tan bien. Es muy habilidoso en la cocina, debe tener muchos talentos además de luchar y cocinar.  
-¿Me estas observando de nuevo?-  
-¿Cómo?- ¿Cómo supo? Ni siquiera me miro. 
-Puedo sentirte- 
-¿Cómo es eso?-  
-Siento cuando me miras fijamente, tu presencia cuando estas cerca, cuando estas en peligro, pero no puedo sentir tus sentimientos, tus pensamientos-  
-¿A mí me pasara eso?- Estoy asombrada. 
-No lo sé-  
-Debe ser molesto-  
-No lo es-  
Comimos la cena en silencio, no fue incómodo.  
-Quiero hacerte una pregunta- Revolvía la comida nerviosa. 
-Dime-  
-¿Te puedes convertir en zorro cuando quieras?-  
-Sí, es mucho más cómodo ser zorro- 
-¿Y porque ahora estas como…?- 
-¿Un espíritu?- 
-Si-  
-Es que para vos seguro debe ser más fácil familiarizarte con alguien parecido a vos-  
-¿Por qué en la escuela no tenes orejas y las colas?- 
-Puedo transformarme en muchas personas-  
-Que grandioso, seguro puedes ser quien vos quieras o estar con quien vos quieras-  
-Si ¿espera qué?-   
-Me voy a dormir- Me levante esperando que él me dijera que me quede.  
-Hasta mañana- Pero no sucedió.  
Caminando me di cuenta de una cosa. 
-¿Dónde dormís vos?-  
-¿Querés que duerma con vos?- 
-¡No!-  
-Duermo afuera-  
-Es inaceptable, ven te daré una pieza, tengo muchas vacías que no me sirven-  
-Bueno- Me siguió Sin decir nada.  
Lo lleve a una habitación que estaba del lado opuesto a mi habitación, no me fiaba de él, pero aun así aquí estamos. Dos personas desconocidas unidas por un pacto.  
-Otra cosa más, mañana vamos a la escuela-  
-¿Qué?- Cerré la puerta antes de escuchar más.  
Me desperté muy bien, no me sentía así desde… nunca me sentí así. Abrí los ojos y tenía una bola de pelos adelante mío. ¿bola de pelos? ¿zorro? ¿Zosume? ¿!Zosume!? Ahí me di cuenta que él estaba acurrucado junto a mí. Se sentía tan cálido. ¿Pero en qué momento vino? Se despertó y me miro, lo mire sorprendida. El abrió los ojos y del susto se transformó en espíritu.  
-¿Qué hacías durmiendo en mi cama?-  
-Yo… yo… no lo sé. Me voy- Se fue corriendo.  
Me miro la ropa y me vio en pijama y… ¡sin corpiño! No puede estar pasándome esto. La próxima cerrare con llave la puerta. Me cambie sin dejar de repetir mi embarazosa escena y me prepare para ir a la escuela. Salí para esperarlo en la entrada. Pero me sorprendió ver que tenía una taza de café en la mano.  
-¿Estas tomando café?-  
-No, ya tomé-  
-¿Entonces?- No estaba comprendiendo.  
-Me vas hacer decirlo. Es para vos- Con mala cara me extiende la taza.  
-Gracias- ¿Le molestara hacer esto? igual no le dije que lo hiciera –No hace falta que hagas todas estas cosas, yo puedo hacerlo sola, gracias igual- Su cara de sorprendido me dio a entender que no esperaba eso.  
-Yo…-  
-Vamos llegaremos tarde a la escuela- Deje que se adelantara, tomé un poco de café y me fui detrás de él.  
Llegamos a la escuela y estaban todas mis compañeras esperándome en la entrada.  
-Me adelantare- No me miro y solo siguió adelante. Su frialdad la sentía.  
-¿Estas saliendo con el chico nuevo y no nos contaste nada?- No saldría con alguien tan frio.  
-No, no estamos saliendo-  
-Ariadna- Ren aparece y se lanza hacia mí, pero antes de que me llegue a abrazar siento que me jalan y con tanto impulso que me choco con algo. Miro y era Zosume quien me estaba jalando. Me tenía agarrada de la mano y me abraso hacia él por la cintura.  
-No la vuelvas tocar- Su aspecto daba mucho miedo y hasta pensé que se iba a poner a gruñir. Me agarro de la mano y me jalo hacia adentro de la escuela.  
-¿Qué fue eso?-  
-No sé de qué me estás hablando- Me seguía agarrando de la mano.  
-Un poco más le gruñías al pobre de Ren- Freno de golpe y choque contra él. Su mano apretó muy fuerte la mía, su cuerpo se tensó. Me miro enfurecido. 
-¿Pobre? No tiene nada de pobre. Si vieras la manera en que te mira, te desea, desea lo que es mío- Me estaba asustando mucho. ¿Espera que? ¿suyo? 
-¿Tuyo y que se supone que es tuyo?-  
-Tu- Me acercó a él y me envolvió entre sus brazos. 
Caminamos al salón sin decir una palabra, ya no me tenía de la mano. Pero una nueva sorpresa se apareció ante nosotros. Un nuevo estudiante que al parecer tenía mucha suerte con las chicas. Pero lo raro de todo eso fue que se acercó a mí y me envolvió en un abraso. Tanto Zosume como yo nos quedamos congelados ante la reacción de este chico misterioso.  
-Eres el manjar más delicioso que había visto- Me quede asombrada y algo atontada. Me sonroje automáticamente.  
-Ya te puedes ir buscando un asiento lejos de ella- Estaba sentado en su lugar, bastante tranquilo, no lo entiendo. 
-Asique ¿tenemos un hermano protector?- 
-¿Hermano?- Salta Zosume. 
-No es mi hermano-  
-Asique novio- Lo miró a Zosume, con cara de pervertido. 
-Yo…- No deje que terminara la frase. 
-No es mi novio- Me cruce de brazos. No le iba a mentir. Lo mire a Zosume y estaba con la cabeza mirando hacia abajo con un cartel que decía no soy nada o así lucia.  
-Asique estas disponible- Me agarro de la cintura y gracias a que entro el profesor pude salir de esta conversación tan extraña. Me soltó algo lento, pero no sin antes dejar un beso en mi mejilla. Estaba segura que Zosume lo estaba fulminando.  
Me senté sin mirar a Zosume. Obviamente apenas termino la clase me fui a disculpar con Zosume ya que no esperaba que este nuevo chico me diera un beso.  
-Zosume, lo siento por lo que paso antes de la clase-  
-No estas atada a mi sentimentalmente, puedes estar con quien vos quieras. No te lo impediré- ¿Es enserio? ¿Qué fue lo de antes? Eres mía bla, bla, bla. Se alejó con una mirada fría, lo cual ese aspecto llamaba la atención de muchas chicas, extrañamente. 
 




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