Un Pacto Sagrado

7 Ariadna

Mi imaginación volaba con cada palabra, de cada página. Levanto la vista para agarrar el vaso de agua y veo a Zosume mirándome. Se me acelera el corazón de solo verlo. Le sonrió.  
-¿Ya te sientes mejor?- Bajo el libro a mi regazo.  
-Si- ¿No me va agradecer? 
-Qué bueno- Sigo leyendo o mejor dicho finjo que leo.  
-Gracias- Lo escucho cerca mío. ¿Cuándo apareció tan rápido? Me giro y su cara estaba a centímetros de la mía. Se acercaba lento, ¿no está prohibido?  
-¿Qué…?- Sus labios encontraron a los míos. Un estruendo nos sorprendió, nos quedamos mirando el humo que había aparecido.  
-Hay no- Zosume ya sabía lo que era. 
Un grupo de ansíanos con túnicas largas con gorro que les caía en la cara y era imposible verlas. ¿Nos vienen a separar? ¿Es porque nos dimos un beso? Miro a Zosume que estaba haciendo una reverencia. ¿Tenía que hacer lo mismo? 
-Humana- Uno de los ansíanos me llama. Hago una reverencia. –Tú no tienes que reverenciarnos-  
-¿No?- Me levanto, Zosume también se levanta.  
-Tuvimos un pequeño percance y no logramos venir antes. Nos presentamos somos el gran consejo, los que cuidan el otro mundo- ¿El otro mundo? –Vinimos porque ahora que el pacto ya se cumplió y el zorro ahora es tu familiar, podemos darte la marca de la diosa-  
-¿Qué?- No entendía nada.  
-Tu eres la diosa de la naturaleza, la que da equilibrio a la vida-  
-¿Diosa yo? Creo que se equivocaron de persona-  
-Ariadna, diosa de la naturaleza. Un corazón puro y fuerte que puede equilibrar la vida. Tú haces que la vida nazca- 
-¿Que se supone que debo hacer?- Estaba tan confundida.  
-Tu familiar te va a explicar todo-  
-Esperen- Me adelante para detenerlos, pero se fueron igual que como aparecieron.  
-Diosa de la naturaleza- Lo miro a Zosume y estaba haciendo una reverencia.  
-No hagas eso- Él se levanta. -¿Yo diosa? Esto es un mal sueño, no puede estar pasando esto- Iba y venía caminando. 
-Ahora eres mi ama y yo tu familiar-  
-¿Qué? No lo entiendo. ¿Yo tu ama y que hace una diosa?- Lo mire algo alterada.  
-La diosa de la naturaleza ayuda a la vida a nacer. Tú tienes el poder de hacer que las cosas nazcan. Solo con un toque-  
-¿Pero antes también lo podía hacer?-  
-No, solo ahora que tienes la marca de la diosa-  
-¿Qué marca?-  
-Levanta la mano- Levanto la mano izquierda y veo una estrella brillar.  
-¿Esta es la marca? Qué bonita-  
-Sí y también la diosa es justiciera, ayuda a toda vida que se encuentre en peligro y ahí es donde entro yo, te protejo y protejo a quien vos me digas. Siempre es más que nada a los humanos a quien se los ayuda, porque la naturaleza suele tener ya un equilibrio programado y puede manejarse sola-  
-¿Y cómo se si alguien me necesita?-  
-Supongo que lo sentirás- En ese momento sentí un toque en el pecho, algo estaba pasando.  
-Siento algo, vamos- Corrí sin parar. Esquivando autos, personas, animales. Y ahí el toque se profundizo, un par de matones estaban molestando a un muchacho indefenso. –Deténganse- Grite sin miedo.  
-Que tenemos aquí una niña y su novio- Los miro enojada.  
-Apártense de él y vengan por mí-  
-Ariadna- Dice Zosume alarmado.  
-Si tú quieres niña- Los hombres comenzaron a caminar hacia mí. Zosume se pose adelante.  
-Zosume, lleva al muchacho a un lugar seguro- Él me miro.  
-Ariadna-  
-Has lo que te digo y Zosume vuelve a mí- Él me miro enojado, pero me obedeció, se fue a buscar al muchacho y lo saco de ahí.  
-Ahora estas sola niña-  
-Pero solo me tendrán si me atrapan- Empecé a correr sabiendo que me perseguirían y tuve razón me estaban persiguiendo.  
Me metí entre unos callejones, tenía que ganar tiempo hasta que Zosume regrese. Me topé con una pared, esto no me lo esperaba. Zosume en donde estas, porque no apareces.  
-Esto en muy injusto- ¿Zosume? Me gire y arriba de la pared había una silueta, no era él.  
-¡Corran!- Los hombres se fueron corriendo.  
-¿Qué tenemos acá?- Se pone atrás mío, algo me dice que no es bueno.  
Me agarra de la muñeca fuerte y me gira hacia él.  
-Una diosa humana, que delicia- Me olio la mano y la lamio. Qué asco, pero daba mucho miedo. Le saque la mano. 
-Aléjate- Me atrajo hacia él. Esta apretándome muy fuerte.  
-Eso no se le dice a tu salvador, deberías darme algo a cambio, tu cuerpo- Me aprieta y me toca el cuello.  
-Quita tus asquerosas manos de mi ama- Ese era Zosume.  
-Zosume- Dije casi sin voz.  
-Zosume, el zorro traicionero, ten cuidado con él ovejita, porque cuando bajes la guardia te comerá. Nos veremos de nuevo diosa- Me da un beso en la boca y desaparece. Zosume me agarra antes de que me caiga.  
-Estas temblando- Ma abraza.  
-Estoy bien- Me levanto.  
-No llegue a tiempo, no sirvo para esto- Se tensa y su enojo se podía notar a distancia. Le acaricio la cara.  
-Hiciste un buen trabajo, vamos a casa- Volvimos a casa. ¿Qué quiso decir? 
Pasaron días desde que paso eso con el hombre misterioso. Llegaron los exámenes y como siempre yo era la mejor de la clase, sorprendentemente Zosume se puso al corriente muy rápido y fue el segundo mejor de la clase. A pesar de todo, no podía dejar de pensar en lo que el hombre me había dicho esa noche, Zosume me comerá. ¿Lo decía metafórica o literal? El zorro traicionero, no le puedo preguntar directamente, ya que puede engañarme. Pero él no puede ser así ¿o sí? 
-Que buenas notas, quizás después seas mejor que yo- Le sonrió.  
-Tengo que estar a la altura de mi ama, pero no ser mejor que ella- Me sonríe. Cuando bajes la guardia te comerá. ¿Qué quiso decir con eso? ¿zorro traicionero? ¿no es mi familiar? -¿Qué ocurre? Llevas días con esa cara-  
-No pasa nada- No puedo mostrar preocupación delante de él. –Ahora vuelvo- Salí del salón. Caminando por los pasillos mi mente vuela sin control.  
-Miren a quien tenemos aquí-  
-La niña que quiere acaparar todo- Me sacan de mis pensamientos cuatro niñas más jóvenes que yo.  
-¿Qué?- ¿A qué se referían? 
-Los dos chicos más guapos de la escuela están detrás de ti-  
-¿Los chicos más…?- ¿Qué? No estaba comprendiendo. 
-No te hagas la tonta, sabes muy bien de quienes hablamos. Treso y Zosume- ¿Los más guapos? 
-Chicas yo no…- Me empujan contra la pared. Me lastimo la espalda, las heridas que me dejo el hombre no habían sanado aun y ahora me lastimo de nuevo.  
-Deja de acaparar todo-  
-Suéltenla- ¿Qué? 
-Yo iba a decir eso- Hay no, ahora me odiaran más.  
-Chicos aléjense, no tienen que meterse- Digo firme.  
-Ven chicas, ella los tiene, lo tiene todo-  
-Yo no tengo nada, no les pedí a ellos que se acercaran a mí. No les pedí a ellos que me vengan a defender, ellos no son…míos- Bajo la cabeza, a pesar de decir eso, Zosume en cierto modo no era mío y jamás lo seria. –Solo déjenme en paz, la próxima no seré tan serena- Aparto la mano de la chica que me detenía y me voy.  
Sin mirar a Zosume vuelvo a la clase. Sabía que me estaba siguiendo, pero no le di importancia. Me senté y miré por la ventana.  
-Soy tuyo- Me susurra. Me quede congelada. ¿es mío?  
La clase termino, todos se levantaron. Salimos de la escuela, pero se me había olvidado algo en el aula. Volví para buscarlo, demoré un poco, pero lo encontré. Regrese a donde había dejado a Zosume y lo veo con una chica que se acerca a él. Tenía un paquete en la mano. Me acerco a ellos.  
-Zosume, ¿podrías aceptar este paquete? Es una muestra de mi afecto por ti- En ese instante se me paralizo el corazón.  
-No- ¿Qué? –Pertenezco a Ariadna, solo ella puede darme su amor- Zosume me mira. La chica se va corriendo.  
No debería sentirme aliviada, está mal. Me acerco a él.  
-¿Te gusto mi discurso?-  
-Deberías haber aceptado su regalo- Comenzamos a caminar para irnos a casa.  
-Solo quiero cosas que vengan de vos- ¿Cómo puede decir esas cosas como si nada? Aprieto mis manos con fuerza.  
-¡No! Solo quieres que baje la guardia para poder comerme- Abro los ojos como platos. ¿Qué acabo de decir? 
-Asique eso es lo que te tenía tan distraída-  
-Olvídalo- Seguí caminando, pero él me detiene.  
-No puedo dejar algo que te molesta. Pero no te lo diré acá- Volvimos a casa.  
En la calle de tierra, los pajaritos estaban cantando. Sentí una presencia que me helo la sangre. Me paralice de golpe. Los pájaros salieron huyendo igual que algunos animalitos.  
-Que excitante que me sientas- Me acaricio el cuello.  
-Ariadna- Zosume me alejo de él y me rodeo con sus brazos. –Aléjate de ella-  
-Que me aleje, con esa piel tan delicada y suave que tiene, es tan irresistible- Zosume se tensa. Coloco mis manos arriba de las suyas. Siento como se calma.  
-Deja de aparecer o tendré que soltar a mi zorrito y eso no te va a gustar- Zosume me aprieta más hacia él. Veo que una leve sonrisa aparece en su cara.  
-¿Sabías que le dicen carnicero? Era el espíritu más aterrador y descontrolado. Creo que lo amarraron a ti porque era la única manera de controlarlo. Las masacres que se montaba era de otro planeta, extraño esa época, ¿tú no?- ¿Qué? 
-No- Se lo nota muy relajado.  
-Tantos cadáveres y claro, no podía faltar las mujeres, rodeado de bellezas que lo complacían- ¿Qué? Fui soltándolo de a poco. Él me agarro más fuerte.  
-Siempre andaba cubierto de sangre, yo también anduve en sus aventuras una que otra vez-  
-Sabía que te conocía de algún lado, Solem dios de la oscuridad-  
-Qué bueno que te acuerdes de mí, sabía que no podías olvidarte de esos tiempos gloriosos. ¿Sabías que la diosa de la naturaleza y el dios de la oscuridad están unidos en un vínculo de dioses? Dicen que a veces es más fuerte que el vínculo con su familiar. ¿Podre algún día tenerla para mí?- Una de las manos de Zosume estaba con llamas azules.  
-Aléjate de ella, ni se te ocurra acercarte o te quemare vivo- Ahora me estaba dando más miedo Zosume. Él se calmó, de alguna forma. –Estas temblando- ¿Cómo? Es cierto estoy temblando.  
-Ahora creo que te tiene más miedo a vos que a mí- Sonríe triunfante.  
-Quita esa sonrisa tonta de tu cara que no ganaste nada- Los dos se sorprenden. -Ya me aburrió esto, solo vamos- 
Me aparté de Zosume y seguí caminando.  
Unas gotas comenzaron a caer. Se resbalaban por mis mejillas.  
-Ari- Su voz fue como una patada. Me golpeo fuerte.  
-Te unieron a mí a la fuerza- ¿Estoy llorando? 
-No llores- Se acerca.  
-No te acerques- Él se frena. –Simplemente estas siendo arrastrado por alguien que seguro no te agrada y lo peor es que tienes que obedecerla-  
-Ari no…-  
-Pídeme que te libere de esta atadura y lo voy hacer- Me dolía el pecho.  
-No-  
-No que- Lo mire confundida.  
-No quiero que me liberes- Me sorprendió.  
-¿Qué?- ¿Estoy soñando? 
-Por primera vez me siento bien y es porque estoy contigo- Su cara estaba agachada. 
-No mientas, solo dices eso porque nuestra conexión nos hace sentir eso-  
-Ariadna lo siento de verdad. Déjame acercarme- ¿Qué lo deje? Es cierto le dije que no se acercara y obedeció.  
-Acércate- Él se acerca y me abraza. Me agarra la cabeza y me besa con desesperación.  
La sensación de necesidad por el otro se podía sentir. Lo sentía en cada parte de mi cuerpo. La lluvia comenzó a ser más fuerte. Estábamos empapados. Pero eso no importaba, estaba con Zosume y eso me bastaba.  
 




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