Un Pacto Sagrado

9 Ariadna

Después de esa noche, el ambiente entre nosotros mejoro mucho. Me siento más relajada, mis pensamientos se calmaron. Entramos a la escuela y veo corazones por todos lados. ¿Y esto? Mis amigas se acercan.  
-¿No te parece el mejor día del año?- No entiendo nada.  
-¿Por qué?- Mis amigas se quedan pasmadas.  
-Es san valentín. ¿Cómo se te puede olvidar eso teniendo novio?- ¿Qué? 
-Él no es mi novio- Lo digo algo avergonzada.  
-Ariadna, tienes muchas notas es tu casillero- Zosume me señala mi casillero. Había muchas cartas en mi casillero. ¿Cuándo paso esto? 
-Son muchas muestras de amor- Dice Cerila. Miro a Zosume que estaba muy serio.  
-Mejor vallamos a clase- En el camino los chicos se iban parando al frente mío y me iban entregando dulces, flores, cartas.  
Zosume estaba igual, las chicas le entregaban de todo. ¿Una bombacha? Agarre la bombacha y la tire a la basura. Estaba muy enojada, ¿cómo se atreven a entregar eso? Llegamos a la clase y las chicas estaban rodeando a Treso, hasta que vieron a Zosume, se abalanzaron sobre él. Tenía cara de no entender lo que estaba pasando.  
-¿Estas bien?- El me mira y me sonríe.  
-Si- Pero ese si no era muy convincente.  
Termino la clase, nos levantamos para ir almorzar y él me agarro la mano y me saco de la clase, por toda la escuela me arrastro. La gente nos miraba sorprendidos, me estaba dando vergüenza. No soy una chica que le guste ser el centro de atención. Salimos al patio, no había nadie. Se frena y me abraza. No estoy entendiendo nada.  
-Al fin estamos solos- ¿Qué?  
-¿Me arrástrate por toda la escuela para después venir acá?-  
-Sí, no quiero que piensen que pueden tenerte- Me sorprende.  
Quería decirle algo, pero su abrazo era tan cálido que solo me deje llevar. Volvimos a la cafetería, almorzamos junto a mis amigas. Los chicos se acercaban para darnos cosas, pero Zosume los alejaba. Al igual que las chicas, las alejaba con solo mirarlas. Es que cuando quería dar miedo lo hacía a la perfección. Pasamos la segunda hora bastante tranquilo. Pero algo en mi vibraba, me pare alarmada, el profesor me llamo, pero levante la mano izquierda y seguí caminando a la salida. 
-Ariadna espera- Zosume me seguía.  
-Eso fue asombroso pastelito- ¿Qué? ¿este que hacia acá? 
-¿Qué fue asombroso?- Seguía caminando para detectar mejor de donde provenía el llamado.  
-Congelaste a la clase- Me detuve. 
-¿Qué hice que?- Lo miro confundida.  
-Al levantar tu mano, la marca congelo el tiempo- Entre a un aula para comprobar que no se allá parado. Estaban todos quietos.  
-No puede ser- Una punzada en el pecho se presentó. –Algo se aproxima- Camine para la entrada de la escuela.  
Una nube negra se aproximaba para la escuela.  
-¿Qué es eso?- Estaba viniendo muy rápido.  
-Es un gas que se apodera de un lugar y consume todo a su paso, gas putrefactor-  
Me adelanto, corro hacia la entrada y levanto mi mano izquierda.  
-Barrera protectora- Grito con todas mis fuerzas. Una luz sale de mi mano y comienza a cubrir todo el edificio con luz dorada. –Traten de sacar a todos del edificio-  
Zosume y Treso corren para adentro, están tardando mucho, este gas es muy fuerte. No sé cuánto voy a poder aguantar.  
-Que necesitas que hagamos- Me doy vuelta, un grupo de alumnos estaban parados.  
-Necesito que saquen a los alumnos que estén congelados. Zosume sabe dónde llevarlos-  
-Bien- Todos se van menos una chica.  
-Tengo el poder de dar fuerza a quien toque-  
-Genial, eso me servirá- La chica se agache y toca el suelo, luego me toca la pierna.  
Es algo que jamás sentí, una sensación que subía por mi cuerpo y terminaba en mi mano. Podía sentir que aguantaba más. Todos llegaron después de un rato, me alivie que todos los demás estaban a salvo.  
-Lo siento- La chica se desmaya. Quiero ayudarla. 
-Ariadna no- Me grita Zosume. –Concéntrate en la barrera-  
Podía aguantar un poco más, pero no sé por cuanto tiempo. El gas quería entrar, comenzó a golpear la barrera. Eso me afectaba a mí, sentía como me golpeaba. Eso ayudo a que me cansara más rápido.  
-No puedo más- Caí al suelo, rompiendo la barrera.  
El gas comenzó a entrar en la escuela. Los otros chicos se fueron a tratar de sacar el gas. Zosume se quedó conmigo. No podía defraudar al resto, no podía defraudarlo. Me levanté como pude.  
-Ya hiciste suficiente- Zosume me agarra para que no me caiga.  
-Vamos, los demás van a necesitarte- Me ayudó a levantarme y entramos a la escuela.  
Estaban todos usando sus dones para sacar el gas. ¿Porque no funcionaba? El gas se alejaba, luego retomaba su lugar. No funcionaba nada, ni el fuego del zorro le hacia algún efecto.  
-No está funcionando- Fui la única que detuvo el gas. Ahora debo sacarlo.  
Me paro, sin que se den cuenta y salgo afuera. ¿Qué debo hacer? Mire mi mano y se me vino a la cabeza. Me agache, toque el suelo con las manos y repetí esta frase.  
-Tierra, fuego, viento, agua, salvadores del mundo, yo la diosa de la naturaleza, protectora de la vida, para liberarnos de esta oscuridad ¡los invoco!- Levante las manos y con toda la fuerza que me quedaba los llame.  
Veo que desde mi interior salen ondas de luz dorada que hacen retroceder al gas, cada una de esas ondas cada vez más fuertes encierran al gas y lo hacen desaparecer. Caigo al suelo muy cansada. Todos salen muy asombrados. Zosume viene corriendo. Y me agarra.  
-¿Estas bien?- Me ayuda a pararme. 
-Sí-  
-No te ves bien- No me soltaba.  
-No es nada, confía en mi- Le sonrió, pero seguía agarrándome fuerte.  
-Eso fue asombroso- Uno de los chicos estaba fascinado con lo que había visto.  
-Gracias, disculpen que les pregunte esto pero ¿Quiénes son?-  
-Somos ninfas nocturnas, diosa de la naturaleza- Hacen una reverencia. 
-No es necesario- Se levantan.  
-¿Las ninfas no son todas mujeres?- Treso acota como siempre.  
-No, hada de la tierra- ¿Hada? 
-¿Treso sos un hada?- Estaba asombrada.  
-Si pastelito-  
-Su peste invade todo el lugar- Zosume lo mira matándolo.  
-Gracias por venir- Les sonrió. 
-Cuando una diosa necesita ayuda no podemos negarnos. Lo hacemos con mucho gusto. Si necesita ayuda para lo que sea, no dude en acudir a nosotros. Su familiar es fuerte, pero él tiene que protegerla a usted y no puede hacer siempre las cosas él solo. Por eso nosotros los ayudaremos- 
-Muchas gracias. Lo tendremos presente- A Zosume se lo notaba sincero. 
-Y para que nos puedan llamar les daremos esta marca para que siempre podamos saber en dónde está en caso de peligro- Se me acerca hacia mí. -¿Puedo?- 
-Si- El chico me levanta el brazo derecho y coloca su mano.  
No siento nada, ¿Qué estará haciendo? Retira su mano y tenía una marca de una luna, desaparece después de unos segundos.  
-Toca esa marca y nosotros acudiremos a usted-  
-Muchas gracias, espero no tener que usarla-  
-Nosotros esperamos lo mismo- Nos reímos y entramos a la escuela.  
Devolvimos a los alumnos a sus lugares, al igual que los profesores. La pregunta del millón es ¿los devolveré a la normalidad? Volvimos al aula y nos sentamos en nuestros asientos. Levante la mano algo nerviosa.  
-Deshacer- Y todos volvieron a moverse. Era un alivio.  
-¿Si Ariadna?- Mire al profesor. 
-¿Qué?-  
-¿Querías preguntar algo?- 
-No. Lo siento- Baje la mano algo avergonzada.  
Pero estaba aliviada, haber podido salvar a todas estas personas, me llenaba el corazón de felicidad. Y haber conocido a personas increíbles me daba más felicidad. La clase termino y nos preparamos para salir de la escuela. Estaba muy cansada, quería recostarme y descansar. No podía irme sin agradecerles adecuadamente por la ayuda.  
-Quiero hacer una cena en casa para agradecerles a todos por la ayuda. ¿Me ayudaras?- Mire a Zosume con cara lo más tierna posible.  
-No hace falta que pongas esa cara, sabes que te ayudare igual- Miro para otro lado algo molesto. 
-¡Qué bueno!- Lo abrase y le di un beso en la mejilla.  
Fui a buscar a los demás para invitarlos. Dijeron que si, claramente tenía que invitar a Treso, a pesar que no me caía muy bien, ayudo bastante. A la noche seria la cena. Jamás había hecho esto antes asique no tenía muy claro lo que debía hacer.  
-Disculpa ¿puedo hacerte una pregunta?- Fui hablar con la chica que me ayudo. 
-Me llamo Rocila, pero dime Roci, que necesitas- Una sonrisa enorme aparecía en su cara.  
-Me llamo Ariadna, dime Ari. ¿Sabes que tengo que ponerme para la cena de esta noche o qué tengo que hacer?-  
-Sí, ya hice muchas reuniones como esta. Estaré encantada de ayudarte- 
-Muchas gracias- 
-Iré a tu casa más temprano, espera que me fijo en donde vivís- Me toco la frente. –Listo- 
-¿Qué hiciste?-  
-Me fijé en tu memoria cual es el camino, pero tranquila solo vi la imagen de la ruta, simplemente el paisaje-  
-Bueno te espero en mi casa y si quieres nos arreglamos juntas-  
-Eso es fantástico, siempre quise tener una amiga para hacer eso- Salta de la emoción.  
-Dale entonces te espero. Nos vemos- Salimos de la escuela con Zosume y nos fuimos a casa.  
-Es increíble tu facilidad de hablar con las personas- Miro a Zosume.  
-No es nada-  
-Yo solo puedo hablar contigo- Lo miro sorprendida.  
Es cierto, jamás lo veo hablar con nadie. En la escuela siempre está conmigo y es muy callado, cuando tiene que hablar es solo para amenazar a alguien. Al parecer ser sociable no es su fuerte. Llegamos a casa y me senté en el sillón. Estaba tan cansada.  
-Deberías haber hecho esto mañana- Escucho a Zosume desde la cocina.  
-Estoy bien- Me levanto para ir a mi habitación.  
-Quédate así un rato- Se sienta y me atrae hacia él, me recuesta en su pecho.  
Mientras me acaricia la cabeza. Me relajo y me quedo dormida. Era tan cómodo estar con él. Me relajaba mucho, ya no tenía miedo de él. Sonó la campana y me desperté de golpe. Me levanto y veo a Zosume durmiendo en el sillón. Nos quedamos dormidos. No puede ser, ¿cuánto tiempo paso? Suena de nuevo el timbre. Voy a abrir.  
-¡Hola!- La sonrisa enorme de Rocila estaba parada detrás de la puerta. Tenía unas bolsas llenas de cosas. 
-Adelante, por favor- Me corrí para dejarla pasar.  
-Qué cara de dormida-  
-Lo siento es que llegamos a casa y nos quedamos dormidos- Miro a la sala de estar y Zosume no estaba en el sillón, menos mal.  
-Bueno vamos a prepararte. Pero primero tienes que bañarte-  
-Sí, ven vamos a mi habitación- No lo vi en ningún lado.  
Llegamos a mi habitación, busque ropa para báñame.  
-Siéntete como en tu casa, ahora vengo-  
-Dale-  
Salí de la habitación y me fui al baño. Había dos baños en toda la casa, unos en el primer piso y otro en la planta baja. El de la planta baja era para los invitados, lo cual no tenía ducha. Entre al baño sin mirar, coloqué la ropa en una mesita que había y ahí me di cuenta que estaba la regadera abierta, Zosume se asoma, lo miré avergonzada. Salí rápido del baño. Me senté en el piso esperando a que saliera. El sale unos minutos después, estaba solo con una toalla que le cubría la cintura. Hasta ahora no lo había visto sin ropa, tenía el cuerpo marcado, como si entrenara. Me quede mirándolo, asombrada.  
-¿Quieres tocar?- Se me puso la cara ropa.  
-No- Me metí al baño rápido.  
Después de una ducha me sentía renovada. Lista para lo que me esperaba. Volví a mi pieza, Rocila estaba probándose vestidos muy bonitos.  
-Volviste, bueno antes de empezar con todo esto vamos a ir a arreglar la casa para los invitados-  
-Bueno- Bajamos y escuche ruido en la cocina, Zosume estaba cocinando.  
Movimos muebles, pusimos platos, decoramos la sala, estuvimos ocupadas un buen rato, después fue hora de ir a cambiarse, después de todo lo que hicimos no podía cambiarme estando así.  
-Me voy a ir a bañar, ¿quieres bañarte?-  
-Sí, muchas gracias-  
-Ve tu primero, luego voy yo-  
-Dale- Fue primero Rocila. Espere afuera para que no apareciera Zosume.  
Luego que salió me metí yo, sacarse todo el sudor era refrescante. Salí para cambiarme, me estaba envolviendo en la toalla, cuando se abre la puerta y entra Zosume. Me mira sorprendido, estoy ardiendo de la vergüenza. Pero a él no le importa, me agarra entre sus brazos y me besa. Lo abrazo y disfruto el beso. Rocila me está esperando.  
-Tengo que irme- Me aparto de él bruscamente. Me doy cuenta y le doy un beso rápido. Luego me marcho.  
Llegue a mi pieza y Rocila se había puesto un vestido apretado, resaltaba todas sus curvas. Yo tenía muchos vestidos hermosos, pero jamás los use.  
-Veamos que vestidos tienes- Se dirigió al armario.  
-En ese armario no tengo vestidos- Me puse algo holgado para pasar el momento.  
-¿Qué?-  
-Trae tus cosas y te muestro- Nos fuimos a la siguiente habitación que quedaba al final del pasillo.  
Abrí la puerta como si nada, entre a mi verdadero armario. Toda la habitación estaba llena de ropa, zapatos, accesorios, maquillaje y peluquería. Tenía todo un salón de belleza completo. Obviamente que Zosume tenía lo mismo, aunque todavía no había tenido tiempo de comprar nada, pensándolo bien ¿Qué se iría a poner él? Rocila estaba fascinada con todo lo que veía.  
-Esto es el paraíso- 
-Si- Me senté en uno de los sillones que se encontraba en el medio de la sala. 
-¿Puedo elegir algo para que te pongas?-  
-Sí, no hay problema- Rocila comenzó a buscar emocionada entre toda la ropa que tenía. Mire los accesorios. 
-Listo- Me di vuelta.  
Había elegido un vestido muy elegante, pero a la vez sencillo, no era apretado, pero si quedaba ajustado. Tenía la espalda descubierta que llegaba hasta arriba de la cola. El largo llegaba a la mitad de los muslos. Moldeaba bien mi figura. Me recogí el pelo y me puse unos pendientes colgantes, bien delicados. El maquillaje fue sencillo, me delineé los ojos y me puse rímel. Me coloque un labial rojo, no muy fuerte. Y el toque final perfume. El timbre sonó.  
-Estoy nerviosa-  
-Tu relájate, voy abrir. Cuando estés lista baja-  
-Bien- Rocila se fue y me quede sola.  
Estaba tan nerviosa, ¿lo hare bien? Tocaron la puerta. Fui abrir, detrás de ella estaba Zosume, con un pantalón negro y una camisa blanca, bien a su medida de cuerpo, estaba dos botones desabrochados. Se veía muy guapo. 
 




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