Un Pacto Sagrado

10 Zosume

El ambiente entre nosotros es mucho mejor las últimas semanas. Ariadna está mucho más relajada. Eso me da mucha calma, llegamos al colegio y vemos muchos corazones, personas felices y todo color rojo y rosa. ¿Qué es esto? Las amigas de Ariadna se acercan muy emocionadas. ¿Qué es eso de san Valentín? Miro el casillero de Ariadna y veo un montón de notas puestas. Ella se queda sorprendida. ¿Porque la gente se da cosas? Unas niñas se me acercan y me dan chocolates y notas en forma de corazón. No quiero nada de esto, pero tengo que agarrarlo por Ariadna. Ella me dijo que agarrara lo que me dieran, aunque no lo quisiera. ¿Por qué le dice que no somos novios? Bueno no lo somos, pero aun así estamos conectados igual ¿no? Vamos al aula y en el camino recibo muchas cosas más, chocolates y corazones de papel, ¿a quién le gusta esto? Es tan repulsivo. A Ariadna parece gustarle que le den esas cosas, no sé qué tiene de especial. Me encuentro a Treso, alrededor de muchas chicas. Al parecer el sí sabe que es todo esto.  
-¿Puedo preguntarte algo?- Él me mira.  
-Dime, ¿es algo de mi pastelito?- Me irrita.  
-No le digas así- Me enojo, pero trato de calmarme. -¿Qué es todo esto?-  
-Es san valentín, ven que te explico- Me aparta. –Es el día que le demuestras a la persona que te gusta o que quieres lo que sientes, dándole flores, dulces o cartas escritas por ti diciendo lo que sientes, o se lo muestras de alguna manera-  
-Bien- Me voy al aula.  
¿Cómo le demuestro que la quiero? Ya es tarde para darle estas cosas. Ya sé.  
Toca el timbre del almuerzo y la saco del aula agarrada de la mano, todos nos miran. Eso es mírenos, ella es solo mía. Luego de recorrer toda la escuela la saco al patio, ella me reprocha, pero la abrazo, demostrándole que la quiero. No me da vergüenza que nos vean. Después en el almuerzo tuve que echar a varias personas. No quería que se acerquen a nosotros. Volvimos al aula, la clase empezó tan aburrida como siempre.  
Veo que en plena clase Ariadna se levanta, puedo sentir que está alarmada, algo pasa. Lo que me sorprendió es que al levantar la mano congelo a toda la clase. Menos a Treso y mi. Asumo porque no somos humanos. Fuimos tras ella. Nos fijamos que toda la escuela estaba del mismo modo. Veo a Ariadna correr hacia la salida de la escuela. Gas putrefactor viene hacia nosotros. Ariadna corre hacia la entrada y levanta la mano. Se extiende una barrera, ese es su corazón, dorado. Luego nos ordena que saquemos a todos de la escuela y los pongamos a salvo. ¿Dónde voy a colocar a tantas personas?  
-Zosume, conozco un lugar para esconderlas- Sigo a Treso, los llevamos al sótano.  
El gas puede llegar a matar a las personas. Es mejor sacar a todos de acá. Llevamos a todos al sótano. Pero eran muchas personas no sé cómo íbamos hacer antes de que Ariadna se canse. Llegaron unos chicos, tenían un olor particular, pero no lograba saber cuál era. Nos ayudaron a sacar a todos los chicos.  
La barrera se estaba debilitando. Ariadna, tenía que ir a verla, salgo afuera y veo que una chica la está tocando, pero esta cae al piso. Ariadna quiere ayudarla, pero si se desconcentra va a romper la barrera. Se lo advierto y me escuchan menos mal. El gas está golpeando fuerte la barrera. Todo tiembla, cada golpe mueve el piso. Espero que no le afecte a Ariadna. Veo que la barrera se rompe y que Ariadna cae al suelo. Voy corriendo hacia ella. ¿Está muerta? No, no lo está, si no también me hubiera muerto. Pero está muy débil, no me lo demuestra, pero sé que eso le afecto mucho.  
Tanto poder en un cuerpo humano, no lo soporta. Podría llegar a matarla. Se levanta y la llevo conmigo adentro, tengo que ayudar a los demás, pero no quiero dejarla sola. La dejo contra la pared y comienzo a quemar todo, se está poniendo difícil, mis llamar pueden con todo o eso pensé. No me estoy siento para nada útil, eso me molesta mucho. Ariadna hizo un gran esfuerzo y ahora no sirvo para nada. Me está molestando demasiado.  
Veo que el gas se está disipando, pero ¿y esas ondas doradas? Ariadna, miro hacia atrás y no la veo. Voy hacia afuera y la veo combatiendo ella sola el gas. Es su fuerza. El gas desaparece. Ella cae al piso. Voy corriendo a verla. Ella dice que está bien, pero lo siento, siento su cansancio, su debilidad. La ayudo a levantarse. Les agradece a las ninfas nocturnas. Tenerla de este modo es extraño, ella se ve fuerte por fuera, pero se está recargando en mi para no caerse. Esta temblando, eso me preocupa. Uso demasiado poder, no está acostumbrada a eso.  
Devolvemos a todos los humanos a sus lugares. Volvemos al aula y ella camina por su cuenta, camina normal. Me sorprende que disimule tan bien. Descongela a toda la escuela y se sienta. La veo cansada.  
Después de la escuela, decide hacer ¿una fiesta? No quiero compartirte con nadie más. Pero decido ayudarla porque su cara se vuelve feliz y animada como siempre. Esa sonrisa me gusta. Invitó al pesado de Treso, ahora no la voy a dejar sola ni un segundo. Pero pensándolo bien ¿Qué me voy a poner? No puedo ponerme cualquier cosa y no tengo mucha ropa. Voy a tener que pedirle a Treso que me preste algo. Es molesto, pero no voy a verme desarreglado.  
-Treso, ¿me podrías prestar ropa?- Con muy mala cara lo miro.  
-¿Para esta noche?-  
-Si-  
-De acuerdo, solo lo hago por pastelito- Que molesto.  
-Bien-  
-Te llevare ropa-  
-Gracias- Me voy porque se acercó Ariadna.  
Nos fuimos a la casa. Se la veía muy agotada. Llegamos y ella se sienta en el sofá grande, deje las cosas en la cocina y voy con ella. Se levanta, pero me siento rápido y la atraigo hacia mí. Acostada en mi pecho, le acaricio la cabeza y rápidamente se queda dormida. Verla descansar me calma tanto que caigo dormido.  
El timbre suena y Ariadna se aleja de mí, algo molesto me levanto y voy a báñame. Escucho la puerta y siento su presencia cerca. La miro y se pone roja, esa cara me gusta. Termino de bañarme y salgo sin ponerme nada, solo una toalla, quiero que vea mi torso. Se sonroja al verme y se mete adentro. Objetivo logrado. Me cambio y voy a la cocina.  
Quiero regalarle algo bonito ya que el día no acaba. Aún sigue siendo ¿Cómo se llamaba? San algo. Bueno esa absurda celebración, pero como a ella le gusta, voy a darle algo. Un corazón es algo muy tonto, ya se esto le va a encantar.  
La comida no va a ser muy elaborada ya que son solo aperitivos, son rápidos de hacer y quedan bien en cualquier ocasión. Termino la comida y decido ir a hacerle el regalo a Ariadna. Unas cosas por acá y otras cosas por allá. Me toma varios minutos, pero justo a tiempo termino, para darme una ducha rápida así no huelo a comida.  
Voy al baño y veo que entra Ariadna. Vuelvo a la pieza y escucho que una puerta se abre, seguro ya salió asique voy al baño y entro. Para mi gran sorpresa Ariadna estaba envuelta en una toalla. Verla de ese modo me movió todo el cuerpo, no me resiste y la bese. Después de unos minutos ella se aleja y sale del baño, creo que no fue buena idea hacer eso, ¿La espante? Ella me mira y me da un beso rápido. No lo hice que bueno, me quedo más aliviado.  
Me doy una ducha, voy a mi pieza y termino unos detalles. Me seco el pelo con la toalla lo más que puedo. Escucho el timbre, después de unos minutos escucho unos golpes en la puerta, abro y era Treso con una bolsa.  
-Te debo una- Estaba agradecido.  
-Con ver a mi pastelito contenta ya me basta- Que molesto.  
-Por hoy te lo dejo pasar- Treso se va riendo.  
Que tipo molesto, pero si no fuera por él no tendría nada. Me pongo la ropa que me trajo. Era bastante elegante, pero no demasiado. Un pantalón negro y una camisa blanca eran suficientes. Me pongo la camisa adentro del pantalón y me coloco un cinturón negro. Unos zapatos negros, lo cual estaban en la bolsa. Pensó en todo.  
Tengo que darle el regalo a Ariadna antes de que baje. Voy a buscarla, no estaba en su habitación, asique voy a la siguiente. Golpeo, para no encontrarme con ella en una situación que la incomodaría. Pero lo que me encuentro detrás de la puerta es todo lo contrario. Me quedo sin palabras y sin corazón. Quedo paralizado ante su belleza. No hay nada que se le compare. Ella se sonroja, no hagas eso por favor, es aún peor, mi corazón quiere salir de mi cuerpo.  
-Estas…- No puedo decir una palabra. Tonto di algo. –Estas hermosa-  
-Muchas gracias, tú también estas lindo- Siento calor en mi cara. ¿Qué me pasa? 
-Toma- Le extiendo un ramo de flores hecho a mano. Sus ojos se iluminan. Esa es la expresión que quería ver.  
-Muchas gracias- Me abrasa fuerte. La abrazo.  
-Vamos, te están esperando- Asiente y se adelanta.  
No había visto su espalda, me va a dar un infarto. No puedo dejar que los demás vean su cuerpo. Porque te tienes que vestir de ese modo. ¿No ves que los celos me enloquecen?.  
Ella se detiene en la escalera y me espera. Me agarra la mano y la coloca en su cintura. Bien hecho, ahora te verán conmigo.  
-Feliz san valentín- Me dijo por lo bajo. Este es un regalo que no voy a olvidar. 
 




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