Un Pacto Sagrado

11 Ariadna

Bajamos juntos, veía la sonrisa ganadora de Zosume, era lindo y gracioso a la vez. Deje el regalo en la habitación. No pensé que me daría algo tan romántico. Es lo más lindo que me pudieron regalar. Y claro yo le di un regalo que le fascino.  
Saludamos a todos. Él no me soltaba, me tenía agarrada fuerte. Socializamos, bueno lo hice yo, él solo se limitaba a escuchar.  
-Quiero informarles algo- Todos me miraron. –Quería agradecerles a todos por la ayuda que me brindaron hoy, es bueno saber que tengo compañeros tan increíbles. Esto es para ustedes. Disfrútenlo-  
Todos aplaudieron. Ya no me sentía nerviosa, estaba rodeada de personas increíbles. Luego de hablar, comer y beber. Treso puso algo de música. Todos bailamos, bueno casi todos, Zosume, Risueño y Treso que pasaba música no bailaron. la noche estuvo divertida. Zosume no me quito los ojos de encima en toda la noche, era tierno. Despedimos a todos, la casa quedo silenciosa.  
-Estuvo divertido- Mire a Zosume. 
-Si-  
-Mañana ordenamos, vallamos a dormir- Nos fuimos cada uno a su habitación.  
Me cambié y me acosté. Mi cabeza no paraba de dar vueltas a las preguntas ¿Estará durmiendo? ¿la habrá pasado bien? ¿y si voy a verlo un segundo? Solo para corroborar que este durmiendo. Solo para eso. Me levanto de la cama y abro la puerta, mi sorpresa fue verlo a Zosume que estaba por golpear. Lo agarro de la mano y lo llevo a la cama. Nos acostamos y dormimos abrazados. Me levante antes que él. Me vestí para ir a la escuela y bajé. Estaba hecho un desorden. Ordené e hice el desayuno.  
-No te vi en la cama- Me sobresalte.  
-Me asustaste-  
-Lo siento- Se sentó en la mesada de la cocina.  
-Es que sentí que tenía que hacer algo. Siempre haces todo vos- Coloque un plato con huevo y tocino y una taza de café.  
-Ese es el trabajo de un familiar- Miro raro el desayuno.  
-Es un desayuno de norte américa- Lo probo y su cara se ilumino.  
-Está estupendo- Comió con muchas ganas.  
-Me alegro que te guste- Tome un café y uno que otro bocado que Zosume me daba.  
Fuimos a la escuela, había una muchacha que estaba deambulando en la entrada de la escuela, se la veía perdida. Camine hacia ella, pero Zosume me freno.  
-¿Qué pasa? Hay que ir a ayudarla- Lo miro, estaba pálido. Como si viera un fantasma.  
-No vallas- Pero no podía dejarla así.  
-Suéltame- El me soltó. –Tu ve a clases si quieres, pero yo voy a ayudarla-  
-Zosume- Escucho un grito de alegría. La mujer se lanza a Zosume abrazándolo.  
-Carla- Él la aparta.  
-¿Qué sucede?- Algo no me gusta.  
-Tú debes ser su hermanita. Mucho gusto soy su novia- Me extiende la mano. Se la doy siguiéndole el juego. Zosume se tapa la cara con la mano.  
-Bueno los dejo solos- Mirando con furia a Zosume –Te espero adentro-  
Me voy caminando furiosa. ¿novia? ¿es enserio? Entro al aula, miro por la ventana y ya no están más. Zosume no entro a clase, en todo el día no lo vi. Que agradezca que no paso nada.  
-¿Y tu perro pastelito?- Estaba por salir de la escuela.  
-No te importa- Me fui.  
-Ariadna- Me gritan. Miro para atrás y era Rocila.  
-Hola- La espero.  
-Hola, ¿y Zosume?-  
-No lo sé. No lo vi en todo el día-  
-¿Qué paso? Si quieres contarme sin presión- No quería estar sola en casa.  
-¿Querés quedarte a dormir? Y te cuento allá-  
-Si por supuesto- Que alivio que dijera que sí.  
Llegamos a casa y cerré la puerta con llave. Me asegure que nada abriera, así no podría pasar si llegara a volver. Prepare unas tazas de chocolate caliente. Y nos sentamos en el sillón grande. Le preste un pijama, así estaba cómoda.  
-Hoy vino una mujer a la escuela-  
-Si la vi, parecía un poco perdida-  
-Bueno no estaba perdida, estaba esperando a Zosume- Recordarlo me daba rabia.  
-¿A si?-  
-Lo vio y se lanzó hacia él. Él no dijo nada. La mujer se presentó como su novia y me trato como su hermana menor-  
-¿Y el no dijo nada?-  
-No. Se quedó callado- Estaba muy molesta -No entro a la escuela, ni tampoco a la salida lo vi-  
-Que mal…- Rocila seguía hablando, pero deje de escucharla cuando me llego una sensación. Alguien estaba en peligro.  
-Ro, alguien está en peligro y tengo que ayudarla, ¿vendrías conmigo?- 
-Por supuesto- Nos cambiamos rápido y salimos de la casa.  
Persiguiendo el rastro, llegue a unas casas en llamas, familias enteras estaban siendo atacadas por un espíritu de fuego. Estaba atacando a varias familias.  
-Hay que sacar a las familias de las casas, ¿podrás con eso?-  
-Déjamelo a mí-  
Estaba todo oscuro y solo se iluminaba por el fuego. Ese espíritu tenía que combatirlo yo. Corrí lejos de las casas y le tiré un par de rocas para llamar su atención. El espíritu me miro furioso. ¿y ahora qué? No podía hacer nada para combatirlo solo podía… proteger las casas claro. Pongo una barrera protectora sobre las casas y un poco de agua mágica para apagar el incendio. Me quede del lado de afuera para frenar al espíritu, con la mano que me quedaba libre empecé a empujar al espíritu para que retrocediera. Era fuerte, trate con todo el dolor que sentía convertirlo en fuerza. Para dársela al espíritu. Muestras las casas se apagaban y Rocila sacaba a todos de ellas, trataba de hacer todo lo posible para ganar tiempo. ¿tiempo para qué? En cambio, me estaba consumiendo el poder.  
-Ariadna- Su voz me quebró, comencé a llorar.  
-No te acerques- Él se quedó parado.  
-Déjame ayudarte-  
-No-  
-Te va a matar- Abrí los ojos. Pero ya era demasiado tarde. Caí al suelo.  
-Ayúdame- El espíritu me lanzo una bola de fuego. Cierro los ojos esperando mi muerte. 
No me quemo. No siento dolor, ¿estaré muerta? Los abro y veo a Zosume peleando con el espíritu, lo veo matándolo. Rocila viene a verme.  
-Ariadna, mírame, no cierres lo ojos- No me pude mantener despierta y escucho –Ariadna no-  
Luego no recuerdo nada.  
Me desperté en el hospital, tenía un suero, ¿Qué paso? ¿Cómo llegue acá? Veo a un médico que se acerca.  
-Veo que ya despertaste- De repente se queda quieto. 
¿Qué paso? Aparece humo y veo a los ancianos aparecer. ¿y ahora qué?  
-Diosa humana, tu cuerpo está muriendo- 
-¿Qué?-  
-Solo podrás ser una verdadera diosa cuando dejes ir el cuerpo que poses y aceptes el cuerpo que te espera-  
-¿De qué hablan?-  
-Hasta entonces diosa- Se esfumaron. Típico. Información confusa.  
-Bueno, señorita, tengo malas noticias que darle- Mire al médico.  
-¿Qué ocurre?- Ya sabía todo. 
-No es sencillo decirlo, pero está muriendo- Genial.  
-¿Y cuanto me queda de vida?-  
-Un mes como mucho- Tengo un mes para descubrir cómo cambiar de cuerpo.  
-Bueno, tengo que irme gracias-  
-No puedo…- Me levanto y me mareo.  
Salgo de la habitación. Abro la puerta y veo a Zosume descansando. ¿Qué hace acá?  
-Señorita no puede irse- Se despierta y me mira.  
Me voy sin decirle nada. El médico me sigue atrás, señorita su ropa. ¿Qué? Me miro y tenía la bata. Lo que significa que estaba desnuda debajo. Qué más da. Me voy a morir asique ya no importa. Salí del hospital como estaba y me dirigí a mi casa.  
-Ariadna espera-  
-No vengas-  
-Ariadna por favor para- Freno y lo miro con lágrimas en los ojos.  
-Felicitaciones, ahora vas a ser libre-  
-No quiero mi libertad si no es contigo-  
-¿Se lo dices a todas?-  
-¿Qué?- Me miro confundido.  
-Serás feliz con Carla-  
-¿Estas llorando por eso?-  
-No- Me seque las lágrimas.  
-No seas tonta. No tengo nada con Carla-  
-Ella dijo que era tu novia-  
-Sí y dice muchas cosas más también. ¿No te diste cuenta que estaba borracha?- Ahora que lo pienso tenía un estado bastante malo. 
-Cualquier hombre que conoce dice que es su novio-  
-¿Por qué no fuiste a la escuela?-  
-La lleve a donde trabaja y luego se me hizo tarde. Entonces fui a comprar unas cosas, se me paso la hora y luego llegando a casa sentí que estabas en peligro asiqué deje todo afuera y te fui a ver- 
-¿Estás diciendo la verdad?-  
-Si. Puedes ir a verificar al bar y comprobar la hora también. Vas a ver que no miento. No podría estar con otra mujer que no fueras vos-  
Me largue a llorar.  
-Déjame ir contigo-  
-Ven- Se acerca y me abrasa.  
-Tonta, no vuelvas a pensar eso-  
Me abraso fuerte y me paso su campera. Fue a buscar mi ropa al hospital y volvimos a casa. Me di una ducha, estaba algo agotada. ¿a qué se referían con aceptar el otro cuerpo? 
Baje al comedor y la cena estaba servida. Se veía exquisita. Nos sentamos a comer.  
-Tengo que decirte algo- Él me mira.  
-¿Qué pasa?- Sigue comiendo algo animado.  
-Estoy muriendo- Él deja de comer y se le cae el tenedor.  
-¿Qué?-  
-Los ansíanos vinieron a visitarme. Me dijeron que para ser totalmente diosa tenía que dejar ir este cuerpo y aceptar al otro-  
-¿Estas muriendo?-  
-Zosume necesito que me ayudes a descifrar lo que me dijeron-  
-¿Cuánto te queda?-  
-Solo un mes-  
-¡Un mes!- Unas lágrimas se asomaron en su carita angustiada.  
-No te preocupes no debe ser tan difícil-  
Al otro día en la escuela.  
-Hasta ahora ninguno sobrevivió a esa transición- Treso animando como siempre. 
-¿Qué? ¿ninguno?- No se veía nada alentador.  
-¿Qué ocurre?- Rocila aparece con el grupo.  
-Pastelito se va morir dentro de un mes- Lo dice tan fríamente.  
-¿Cómo?- Rocila se alarma.  
-Solo mi cuerpo humano, tengo que conseguir cambiar al siguiente cuerpo-  
-Eso jamás se vio. Nadie supera esa transición- Que alentador.  
-No voy a rendirme. ¿Me ayudarían?- 
-Claro, buscaremos cualquier cosa que nos dé información-  
-Muchas gracias-  
A la salida de la escuela, todos nos despedimos. Pero nos adentramos en la búsqueda de información.  
-Cambiar cuerpo. No veo nada en libros-  
-Ni tampoco en los de fantasía- Zosume estaba leyendo unos cuantos libros. 
Estábamos en la biblioteca, tratando de buscar alguna información.  
-Ariadna- Escuche a lo lejos.  
-Escuchaste eso- Me levanto.  
-¿Qué cosa?- Zosume me mira confundido.  
-Nada- Después de eso no escuche más la voz. Era una voz femenina, muy familiar.  
Volvimos a casa cansados de tanto leer. Ningún libro decía algo sobre cambio de cuerpo. Pasaban los días y no tenía ni una información.  
-Ariadna- De nuevo esa voz. Pero ahora más cerca. Me levante de la cama. Fui afuera y algo me estaba llamando.  
-Ariadna- Zosume me saca de mis pensamientos.  
-¿Qué?- Lo miro confundida.  
-¿Qué estás haciendo acá afuera?-  
-Siento que me llaman-  
-Ven te vas a resfriar- Me abrasa y luego me toca la frente. –Estas ardiendo-  
Me lleva a la cama y me acuesta. Me quedo dormida.  
-Ariadna ven a mí-  
-Ahí voy-  
-Ariadna, Ariadna, Ariadna- Me seguía llamando en mis sueños.  
-Ahí voy- Me despierto de un salto.  
-¿A dónde vas?- Zosume me mira.  
-Lo siento-  
-¿Qué ocurre? Estuviste repitiendo eso durando días-  
-¿Días?- Me alarmo. 
-Sí, estuviste muchos días con fiebre- Se sienta.  
-Escucho una voz que me llama-  
-¿Si?-  
-Me dice que valla con ella-  
-¿Ella?-  
-Toca la luna-  
-¿Qué?-  
-Toca la luna- Inconscientemente toco mi brazo. –Vallamos abajo-  
Bajamos en pijama, luego de unos minutos tocan el timbre. Me comenzó a dar frio.  
-No te ves nada bien-  
-Esta así hace días, la fiebre no le baja. Ya no sé qué hacer-  
Todos me miran preocupados. Rocila viene a mi lado. 
-Está ardiendo- 
-Voy a buscar unas mantas- Zosume se va. 
-¿Tenes termómetro?- Trodero me tocaba la frente.  
-Vallan a buscar a Treso- Rocila le dice al resto del grupo, asienten y se van. 
-Ya tengo las mantas- Zosume se sienta al lado mío y me cubre con las mantas. Me recuesto sobre él.  
-Tengo el termómetro- Me colocan el termómetro y al cabo de unos segundos me lo sacan.  
-Cuarenta y dos-  
-Es imposible, debería estar-  
-Muerta- Digo.  
-Llegamos- Treso aparece con cara preocupada.  
-¿Él?- Zosume se enoja.  
-Lo siento Zosume, pero necesitamos toda la ayuda posible- Lo acaricio y se calma.  
-Ariadna ven- Me levanto como puedo.  
-Ahora voy-  
-Esta así hace semanas- Zosume estaba preocupado, podía sentirlo.  
-Es más grave de lo que pensábamos- Rocila me miraba preocupada.  
-Ven conmigo diosa, yo te liberare de esta tortura-  
-Ahora no- Zosume estaba frustrado. Salimos todos afuera.  
-¿Qué haces aquí?- Le grite enojada.  
-Vengo a llevarlos a mi territorio-  
-¿Qué?- Gritamos todos a la vez. En un abrir y cerrar de ojos caímos al suelo. Dolió bastante estando en este estado. 
-¿Dónde estamos?- Rocila estaba confundida igual que todos.  
Zosume me ayudo a levantarme. Miro alrededor y era todo un lugar sombrío, lleno de oscuridad y muerte. 
-Están en mi hogar-   
-¿Qué hacemos acá?- Me costaba hablar.  
-Tengo una pregunta que hacerles ¿Quién se sacrificara?-  
-¿Para qué?- A Zosume no le gustaba nada esto.  
-Todos se podrán ir con una condición-  
-¿Cuál?-  
-Uno se queda-  
-Yo me quedo- Sin pensarlo un segundo. Voy a morir que daño puede hacer.  
-Que valiente, pero mentí lo siento-  
-Déjalos ir y mi cuerpo es tuyo- Bajo la cabeza. No quería ver su repugnante cara. 
-Que tentador-  
-Ariadna no- Zosume me agarra y me mira.  
-No voy a dejar que se queden acá- Le sonrío. 
-Trato hecho- Solem se rie. 
-Zosume, te libero del pacto y de la atadura de corazón. Ya no te necesito- Lo toco en el pecho, algo en mí se quebró.  
-Ariadna-  
-Zosume te amo- Me voy con Solem.  
-Ahora son libres- Solem levanta la mano y los chicos desaparecen.
 




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