Verónica
Aun después de tantas horas no dejo de pensar en Nicolás y pensar que debe odiarme me mata ¿pero qué hacer? no puedo hacer nada
— ¿Sabes qué le pasaba a Brad hoy? — le pregunto a Lea, estamos sentadas en una cafetería cerca de mi casa, ella niega
— No, pero es entendible Verónica, estuviste fatal
— Lo sé—comento con voz apagada
— ¿Qué te pasaba? nunca habías estado mal, pero hoy no te concentrabas y hasta olvidabas el texto por dios— asiento frustrada, tiene razón
— Sí, hice una porquería — mi amiga ríe y continúa moviendo los dedos por su teléfono
— Creo saber ya lo que a Bradley le pasaba— exclama sonriendo y me pasa su teléfono, bufo al ver una foto mía siendo besada por alguien en la fiesta de Damien
— ¿Qué tiene que ver? No es la primera vez que salgo así en las redes
— ¿Aún no te das cuenta? Brad te quiere de verdad Verónica, seguro está celoso
— Claro que no— niego entregándole el móvil — Brad y yo solo somos amigos que aveces nos damos cariño, pero él sabe que no se puede enamorar
— Una cosa es saberlo y otra no hacerlo, Brad te quiere, está loco por ti
— Él sabe que estoy enamorada de Tristan desde hace muchos años
— Si— ríe — desde niños estás enamorada de Tristan hasta que apareció Estefan y te hizo olvidarlo — sonrío
— Nunca lo olvidé, pero Estefan era muy bueno conmigo, aun lo extraño— murmuro por lo bajo
— Y luego te fuiste del país — no me fui, eso le dijeron a todos
— Iré a hablar con Brad—exclamo con entusiasmo, él es mi mejor amigo, el único hombre en el que confío y que sé que jamás me va a traicionar, no puedo estar peleada con este
— Hazlo, hoy estaba insoportable, solo mira la hora en la que acabamos— río viendo su rostro cansado
Conduzco hasta la casa de Brad, toco el timbre y entonces una empleada me abre la puerta
— Señorita Lawrence adelante — sonriente me deja pasar y claro, no es la primera vez que vengo
— Hola Ana, dime Vero por favor, ¿está Brad?
— Señorita — la miro mal, ella ríe — Vero— sonrío— Brad está en su despacho
— Iré a verle, es sorpresa — le guiño un ojo, ella asiente y entro al despacho de Brad, este está sentado tras su escritorio bebiendo
— Verónica — dice saboreando cada letra de mi nombre, parece haber bebido bastante y me acerco
— Vine a disculparme — me siento sobre el escritorio frente a él y cruzo mis piernas— estuve fatal, lo admito
— Discúlpame tú a mí— bebe otra vez del vaso en su mano— sé por lo que pasas y me comporté como un animal
— ¿Estabas de mal humor por esa foto que circula por ahí? — voy directo al grano, no estoy para ir por las ramas, él sonríe
— Odié eso
— Brad sabes bien lo que hay entre nosotros, eres mi mejor amigo y yo... bueno yo quiero a alguien más y lo sabes
— ¿Crees que estaba así por celos? — ríe y se levanta de la silla— No fue la foto, fue lo que decía junto a esta, la gran actriz drogada hasta la médula en una fiesta y follando con cualquiera — suelto una carcajada
— Sabes bien que han inventado cosas peores sobre mí—Brad hace que descruce mis piernas
— ¿Y eso fue un invento?
— Puedo asegurarte que desperté sola en una cama— él sonríe y se posiciona entre mis piernas, pone sus manos en mi cintura y me atrae más a él
— Estabas drogada— besa mi cuello— besabas a ese tipo— baja los tirantes de mi vestido y suspiro mientras sigue besando las partes que va desnudando
— Brad— gimo, él atrapa mi boca en un beso nada suave pero que me encanta
—¿Y si sentí celos qué? — cuestiona cerca de mi boca
— No puedes— Brad quita el cabello de mi rostro y se queda mirando mis ojos
— No puedes impedirlo — vuelve a besarme mientras yo trato de quitarle la ropa que molesta
— Estuve leyendo— le digo mientras siento sus caricias en mi espalda, sé que ya es tarde, pero creo que hoy duermo fuera de casa— leí que los niños ciegos no desarrollan mucho su inteligencia, pero Nicolás es diferente, es superdotado
— Eso lo sé, yo te lo dije— río cuando termina quitando la sabana de mi cuerpo y comienza a besar mi espalda
— Brad debo irme— digo, pero a quien engaño si estoy súper cómoda en su cama
— Duerme aquí, no sería la primera vez— siento sus besos en mi cuello— además, no he terminado contigo
— Quiero un día que vayas conmigo y conozcas a Nic, gracias a ti lo encontré — me giro y quedo justo frente a su rostro
— Iré, ¿algo más antes de que te haga el amor?
— Tú no haces el amor, eres muy salvaje — ambos reímos
— Puedo ser romántico también y delicado
— No— niego sonriendo— Brad quiero libros para ciegos, a Nic le gustan los libros— se queda pensativo
— Hay máquinas para escribir — asiento, eso lo sé— y si no hay libros los mandaré a hacer, el dinero nunca es nuestro problema Vero— sonrío ampliamente, sabía que Brad diría algo así
— Entonces consigue esos libros, mándalos a hacer yo que sé— él acaricia mi rostro
— ¿Ahora puedo hacerte el amor de forma salvaje como te gusta señorita Lawrence? — río y él ataca mi boca sin darme tiempo a nada
Los días pasan, días en los que visito a Nicolás en cada uno de ellos y ya estoy segura de que siempre me espera y no solo él, los niños ya me conocen y se alegran al ver los regalos que llevo
— Prepara una maleta— me dice Brad mientras me cambio de ropa luego de terminar de filmar
— ¿Cómo dices?
— Nos vamos a París Verónica, grabaremos allá — lo miro desconcertada
— Brad no me avisaste
— No tengo que hacerlo bonita y he estado cargado de trabajo
— Brad ayer vi a Nicolás y no sabía nada, si me hubieses dicho me hubiera despedido de él
— Verónica recuerda que Nic te ve como una amiga, no tienes que ir todos los días a verle
— Pero quiero hacerlo— suspiro— ¿cuántos días?
— No lo sé, los que hagan falta
— Más o menos Brad, ¿cuántos días?
— Una semana o más — resoplo y me dejo caer en mi silla.
¿Una semana sin verle? Todos estos días he ido a verlo, he pasado mínimo una hora con él, hablando de nada y de todo, hablando de sus gustos y de los míos y ahora tendré que desaparecer durante una semana o más sin haberle dicho, ¿qué pensará Nic? y si piensa que nunca más volveré?