Un papá en apuros

Capítulo: 8

Tristan
Miro las fotos que tomé hoy en la revista, voy desechando las que no me gustan, gracias a la amenaza de mi padre ahora tengo que ir a trabajar todos los días por varias horas, es una maldición, pero eso no es todo, la real pesadilla son esos tres niños o criaturas del mismísimo infierno, más de un mes con ellos y la casa es un desastre, los empleados se van diariamente sin poder aguantar las torturas y yo ya no sé qué hacer, el dinero de Renata me vino bien, pero no me puedo dar los lujos de antes, tengo que casarme, es la única solución para que mi padre me devuelva todo lo que me quitó y me deje la revista a mí, pero me gusta ser libre y ser fiel claramente no es lo mío

— Señor Harper — miro a la niñera cuando entra, está mojada y realmente apesta, ¿qué le habrán tirado encima? la verdad no quiero ni saber, pero la chica está llorando

— Natasha— digo su nombre, pero en ves de acercarme me alejo— ¿qué paso?

— No aguanto más señor, esas criaturas — señala la puerta por donde entró— lo lamento mucho, pero— sigue llorando, debe de estar traumatizada y yo tenía esperanzas con ella, llevaba ya tres días aquí

— Entiendo

— Renuncio, lo lamento, pero a mí me dijeron que debía cuidar niños y no monstruos — sale de mi despacho, me dejo caer en mi silla y a los pocos minutos entran los tres niños, aunque ya no me apetece llamarlos niños

— ¿Dónde está la niñera? — pregunta una de las niñas

— Jennifer

— Soy Karen— asiento, siempre las confundo

— Karen, la niñera se fue, ¿qué demonios le hicieron? — se miran entre ellos poniendo cara de yo no fui

— Papá no hicimos nada— comenta David— es que todas son muy débiles, no aguantan nada

— Maldición — suspiro y salgo del despacho, necesito aire puro y pensar, necesito deshacerme de estos niños pero cómo

— Papá no— grita David, pero ya es tarde, al abrir la puerta un balde cae en mi cabeza, las ganas de vomitar se hacen presentes, es lo mismo que seguro tenía la niñera encima y mejor ni pregunto.

— No puede ser tan difícil Tristan— dice Damien, claro, no es él el que vive con tres monstruos

— Ya no aguanto más Damien

— Si los devuelves tu padre te mata y debes pagar el doble del dinero que Renata dejó— suspiro

— ¿Qué hago amigo? dime algo— le ruego — dame algún consejo

— Cásate— se acerca a mí— esa es la solución Tristan, buscas una esposa, haces que firme que cuidará de los niños y dentro de un año cuando tengas la revista entonces la dejas y que ella se quede con los críos, matas dos pájaros de un tiro— asiento sonriendo, es buen plan pero quien

— ¿Y quién querrá casarse conmigo? en cuanto le presente a mis hijos saldrá corriendo Damien, ni por millones se quedaría, ni aunque esté loca o tenga 80 años

— Conozco a alguien que si se quedaría— y en cuanto dice eso se a quien se refiere

— No hablas de ella— respiro hondo mirando la sonrisa de mi amigo— no hablas en serio

— Tristan, Verónica es la indicada, esa chica te quiere desde chicos, está enamorada como loca de ti y es fanática de los niños, visita orfanatos y hasta se rumorea que quiere adoptar a uno de ellos

— No puedo, ella no— niego rotundamente — no, la odio Damien, es superficial y Diablos! no podría estar con alguien que se cree un jodido Dios y que se acuesta con medio mundo

— Lo que te jode es eso— él ríe — que te sea infiel, no te será infiel Tristan, porque te quiere

— De todas formas, ¿cómo? no la soporto, no la trago joder, su arrogancia y perfeccionismo me asquea

— Finge amigo mío, solo será un año, además debes admitir que ella está muy buena, es perfecta y te puedo asegurar que en ese cuerpo no hay cirugías, todo es natural y

—¿Cómo sabes eso?— lo fulmino con la mirada, él suelta una carcajada

— se nota, pero no, no me la he llevado a la cama, lo juro, una lástima— asiento más tranquilo, pero ruedo los ojos con lo último— Tristan ella no dejará a los tres niños, se quedará con ellos, ama a los niños

— Y cómo está eso de que quiere adoptar a uno?

— Son rumores

— Rumores o no, no puedo dejar que lo haga, ya con tres me estoy muriendo, imagina cuatro

— Ok, podemos frustrar sus planes, no hay problema alguno con ello, será la esposa perfecta Tristan y la única que se hará cargo de tus hijos — me quedo pensando mientras tomo asiento en el sofá

— La última vez que nos vimos no terminó bien, le dije cosas horribles, ciertas, pero se hizo la ofendida

— Arréglalo, ya te dije, está enamorada de ti, enamórala más — sonrío imaginando todo, me caso con Verónica, obtengo lo que quiero, luego la dejo y ella se hace cargo de los mocosos, todo un plan perfecto, no hay fallas, no hay errores y yo salgo ganando

— Tendré que fingir mucho hermano, odio a esa mujer, si es que no sé si pueda aguantar escucharla o vivir con ella, pero todo sea por mi herencia, la voy a engañar y sí, la voy a enamorar, me casaré con Verónica Lawrence aunque sea una maldita tortura, pero lo que vale es la meta, ¿no?

— Así se habla— Damien sirve vino y me da una copa— brindemos por este plan, serán la familia perfecta por un año Tristan y quien sabe, tengas que sufrir menos, quizás en pocos meses te puedas divorciar— asiento y bebo el vino

— La buscaré ya mismo, comenzaré el plan, llegó la hora de ser un conquistador

— Está en París — frunzo el ceño— filmando una película— sonrío

— Pues iré a París por ella amigo mío, no hay mejor lugar para hacer que me ame más, ahora a ver si logro aguantar a doña arrogancia

— Ya sé lo que puedes hacer para divorciarte — me detengo en la puerta al escuchar a mi amigo

— ¿Qué?

— Hacer que todos crean que te fue infiel— sonrío ampliamente, el mejor plan, es perfecto y con la fama de zorra que tiene todos van a creer en mi




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