Un papá en apuros

Capítulo: 13

Verónica
Mientras ceno leo una vez más el mensaje que Nicolás me envió, ese te quiero que tanto quería escuchar y bueno, ahora lo estoy leyendo y a hecho rebosar de felicidad mi corazón, me siento aliviada, él mejora todo en mi vida y hace que esa herida que antes había por su ausencia desaparezca, una cosa es clara, lo quiero conmigo aunque tenga que mover cielo y tierra, ya más nadie nos podrá separar. Recibo otro mensaje, pero esta vez es de Tristan, me hace sonreír mientras lo leo, donde me dice que mañana cenaremos juntos y que no ve la hora de volver a probar mis labios, ¿se puede ser más feliz? claro que no, estoy viviendo un sueño demasiado bonito, solo espero que el sueño dure bastante tiempo y que Tristan no esté jugando conmigo, no entiendo su cambio de actitud, pero me agrada ese cambio

El timbre de la puerta hace que deje de mirar mi teléfono, camino hacia esta sabiendo de sobra ya quien es y cuando la abro sonrío

— Hola Brad, adelante — me hago a un lado para que entre y cuando lo hace cuento hasta tres para escuchar sus gritos

— ¡me dejaste! — comienza diciendo—abandonaste al equipo Verónica y no dijiste nada, ¿cómo eres tan irresponsable? y además no respondes los malditos mensajes ni las llamadas, qué demonios

— Nicolás estaba enfermo— se calla al escucharme y lo veo respirar hondo

— qué tenía?

— fiebre, estaba mal y por eso volví, ya está bien, pido perdón, no fue la mejor forma de hacer las cosas pero es

— Tu hijo, lo sé — se acerca a mí con paso lento—debiste decirme, te hubiera acompañado

— No tuve tiempo y no pensé en nada— Brad pone sus manos en mi rostro y sonríe

— Y el chico ya está bien verdad? — asiento— perfecto— murmura acercándose a mi boca— que el muchacho esté bien es todo lo que importa — bajo la cabeza cuando iba a besarme, Dios! será difícil explicarle todo lo que ha pasado

— Brad debemos hablar— me separo del despacio y camino hacia el sofá, me siento y a los pocos segundos Brad está sentado frente a mí, está serio y sí, será difícil— Dios! no sé por donde empezar — paso las manos por mi rostro

— Te vi en la fiesta con Tristan, en París — dice él y lo miro— tu rechazo tiene que ver con él? — asiento— Verónica

— Sé lo que vas a decir — lo corto, suspira

— Que Tristan te ha rechazado toda su vida y ahora te busca.

— me pidió ser su novia— le digo y ríe, pero sus ojos están tristes

— Y no te parece todo demasiado raro?

— Es raro si, pero ¿sabes cuanto llevo esperando algo así? sabes que lo amo desde siempre y ahora él está para mi

— Sé que diga lo que diga no te hará cambiar de opinión — niego

— Lo quiero y no quiero que acabe lo que tenemos ahora, Tristan me explicó muchas cosas y decidí estar con él— me quedo mirando sus ojos— es por eso que debemos ser solo amigos a partir de ahora— Brad se levanta y se acerca a mí, se arrodilla quedando bastante cerca y sonríe

— Espero de verdad que Tristan te haga feliz— levanta una mano y acaricia mi rostro—Verónica solo te diré que tengas cuidado, no confíes ciegamente en alguien que te ha ignorado toda su vida, sé que eres inteligente y sabes bien que no estás sola, no creas en todas las palabras bonitas — se levanta y deja un beso en mi frente

— Brad — lo llamo antes de que salga y voy hacia él— quiero que sigamos siendo amigos

— No tienes que decirlo— sonríe — siempre estaré para ti Verónica y créeme, si Tristan te hace llorar pagará cada lágrima, eso te lo aseguro— sonrío y algunas lágrimas salen de mis ojos al verlo marchar

Despierto temprano para ir a ver a Nicolás, hoy en la tarde tengo mi primera cita con Tristan y quiero que sea perfecta, subo a mi auto sin dejar de sonreír y conduzco hasta el orfanato

Me siento al lado del niño, pero no digo palabra alguna, sonrío cuando veo una leve sonrisa en sus labios

— Vero— dice con claro entusiasmo sin voltear hacia donde estoy

— ¿cómo sabes que soy yo? —cuestiono confundida, no puede verme así que no entiendo nada

— Tu perfume, lo conozco, usas siempre el mismo— sonrío y me acerco más a él

— Te gusta Nic?

— Sí, huele bien, pero no necesitas echarte mucho

— Lo tendré en cuenta para la próxima — miro sus manos que sostienen uno de los libros que le regalé, cuando me dijo que sabía braille, pero que no tenía libros y que le encantaría estudiar más quedé conmocionada — Te gustaron los libros?

— Mucho, he aprendido bastante, ya los he acabado pero no deberías habérmelos dado

— Por qué lo dices?

— Cuestan mucho o al menos eso le escuché a una de las chicas, dijo que te habían costado una fortuna

— Sabes que el dinero no es un problema para mi Nicolás—coloco un mechón de su rebelde cabello tras su oreja

— Ya lo sé, pero no necesitas gastar tanto en mí, además, no me gusta que me regales cosas tan costosas cuando hay tantos pobres allá fuera, ¿por qué hay tanta desigualdad Vero? por qué personas como tú tienen tanto dinero y otros no tienen siquiera para comer? — me quedo pensando en sus palabras, palabras dichas por un niño de 10 años, un niño demasiado inteligente

— No debería ser así, pero el mundo es de esa forma y no creo que cambie Nic, no deberías pensar en esas cosas, eres un niño

— Prefiero que no me hagas tantos regalos— voltea hacia mí, no puedo ver sus ojos porque se esconden detrás de unas gafas de sol— son muy costosos y aquí hay niños que

— También les doy a ellos Nic, pero es imposible ayudar a todos los necesitados del mundo, al menos uno solo que ayude no hace la diferencia, no deberías pensar en esas cosas— repito la misma frase, él asiente

— Desearía poder verte— levanta una mano y acaricia mi mejilla, mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón se acelera al máximo — sé que eres muy bonita, eso dicen todos— sonrío, tomo su mano y dejo un beso en esta, pero la alejo de mi rostro, no quiero que sienta las lágrimas que han salido de mis ojos

— ¿Te gustaría vivir conmigo Nicolás?

— Sería una molestia para ti— niego con la cabeza como si pudiera verme— soy ciego, solo te traería problemas, mejor déjame aquí, no es malo el orfanato— trago el nudo en mi garganta y las palabras no quieren salir de mi boca— ¿Vero? ¿Qué pasa? sé que sigues a mi lado

— No eres una molestia — seco mis lágrimas o al menos eso intento — piénsalo, me haría feliz adoptarte Nic— agrego incapaz de poder contar mi gran secreto, aunque creo que él me entendería si le dijera, pero no, solo tiene 10 años joder

— No llores por mi culpa— expresa con voz apagada, dejo un beso en su mejilla

— Piénsalo guapo y cuando vuelva me das una respuesta, si dices que si juro que haré cualquier cosa para llevarte conmigo y darte un hogar, el hogar que mereces

— Lo pensaré

Salgo de ese lugar feliz y triste a la vez y conduzco hasta mi casa, desearía que me hubiera dicho que si enseguida, pero bueno toca esperar y a ver que dice, solo espero que la cita con Tristan sea mejor

★★★
Tristan
Miro el reloj una vez que me preparo y suspiro, solo falta media hora para las 8, nunca en mi vida he tenido una cita y es gracioso que sea la primera con Verónica, ¿me estará ya esperando? seguramente. Respiro con tranquilidad al salir de mi habitación y no escuchar nada, sonrío, mis padres se llevaron hoy a los niños con ellos, el alivio que sentí al verlos marchar fue enorme, lástima que todo termine pronto y los veré mañana, ¡qué fastidio!

— Hola Tristan — saluda la chica que aparece frente a mí cuando abro la puerta de mi casa

— Leslie— digo su nombre con claro asombro

— Me dejas pasar? — sonríe recorriendo con su mirada mi cuerpo, me hago a un lado y me es imposible no mirarla

— Los niños no están — digo una vez que entra, miro mi reloj, Dios, ya no tengo tiempo, pero no puedo echar de mi casa a esta hermosa mujer

— No vine a ver a mis sobrinos— comenta con una linda sonrisa — me comporté muy mal contigo la última vez— se acerca a mí con lentitud

— Leslie, voy de salida

— En serio? — pone sus manos en mi pecho — Tristan vine a ofrecer disculpas y quieres irte y dejarme, sé que me ves con deseo, se nota y no parabas de coquetearme en mi casa— sonrío

— Tengo novia ahora— digo y cierro los ojos cuando deja un beso en mi cuello, maldita sea, llegaré tarde a la cita

— No pareces muy fiel que digamos— ella se aleja un poco— supongo que estamos solos— murmura, yo asiento— ¿entonces? qué te detiene?

— Tengo una cita— digo mirando como lleva sus manos al cierre de su vestido

— ¿Es importante? ¿Puedes faltar o es importante?

— No es importante — susurro caminando hacia ella, ¿es Verónica tan importante como para no dejarla plantada? me detengo justo detrás de Leslie y quito sus manos del cierre de sus vestidos, dejo las mías ahí dudando de si caer o no en la tentación, cierro con fuerza mis ojos y tomo una decisión, sonrío ampliamente cuando la chica frente a mí se voltea y mira mis ojos con el deseo reflejado en estos.




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