Un papá para mi bebé.

Aceptando mi destino.

Después de despedirme de mis dos mejores amigas, subí a mi auto y me puse en marcha a ver a mi madre.

-¡Ma! -Digo traspasando la entrada veinte minutos después.

-¡En la cocina! -Escucho que grita.

-Hola ma. -Digo besando su mejilla.

-¿Cómo estas hija? -pregunta incorporándose una vez que encuentra una bandeja- ¿Estás bien? ¿Te estás alimentando? Tienes las ojeras muy marcadas.

-Si ma. -Respondo rodando los ojos- Me estoy alimentando. -Solo que omito decirle que el bebé que llevo en mi vientre no deja que su futura madre retenga nada en el estomago- Es solo que estoy preparando un parcial y eso consume mis horas de sueño.

-Si quieres te puedo dar una mano. -Dice sirviendo una fuente de pasta con salsa, y es cuando me percato que la mesa está puesta con dos platos.

-Ma ¿Estás esperando alguien? -Pregunto con la vista fija en la mesa.

-Emm... Pues... Si... -Responde nerviosa.

-¿Puedo saber quien? -pregunto realmente intrigada y viendo como se esfuma la posibilidad de decirle lo que le tengo que confesar.

-Pues... Estoy conociendo a alguien, ya te lo voy a presentar Magalí.

-¿Cómo es él? -pregunto, si va a salir con mi madre debo saber que tan confiable es- ¿Qué edad tiene?

-Tiene 36, es caballero, atento y sobre todo soltero.

-Al menos tengan cuidado, no quiero un hermano.

-¡Magalí! -Me advierte mi madre- Y a todo esto... ¿A qué se debe tu inesperada visita? No te esperaba hasta el fin de semana.

-Pues... -Digo pensando que aún tengo tiempo de correr.

-¡Magalí! -Vuelve a advertir- ¿Qué sucede?

Intento encontrar las palabras adecuadas, pero al final me doy cuenta que no hay de otra, después de soltar todo el aire que estoy reteniendo, decido contarle- Es... Estoy embarazada. -Suelto y espero el ataque de histeria repentino de mi madre, pero aún no llega.

-¿Qué has dicho? -pregunta con voz temblorosa.

-Embarazada mamá, estoy embarazada. -Respondo mientras siento como las lágrimas ruedan por mi mejilla.

-¿Como pasó? -pregunta soltando la fuente y tomando un repasador para limpiarse las manos.

-Fue después de una fiesta, estuve con un chico, y ahora tengo un retraso de tres semanas.

-¿Qué? ¿Pero que te enseñé Magalí Alonso? ¿Qué piensas hacer con el bebé? -pregunta acercándose.

-Voy a tenerlo, pero aún no se si lo daré en adopción.

-¿Adopción?, pero ¿Y él padre?

-Hoy fui a hablar con él, le dije lo del embarazo, pero me dejó sola en esto. -Respondo y ya no logro mantener las lágrimas a raya.

-Hombre tenía que ser. -Dice quejándose- Que no crea que se va a safar de esta.

-No ma, por favor, no hagas nada, deja que yo solucione esto. -Le suplico entre llantos.

-¿Y cómo piensas solucionarlo? -Pregunta clavando en mi sus ojos azules iguales a los míos- No tienes trabajo Magalí.

-Ya se me ocurrirá algo, pero por favor, no hagas nada.

-De acuerdo, tienes mi apoyo, pero no creas que te salvarás del castigo. Te quiero en mi oficina, a partir de mañana después de tus cursadas.

-De acuerdo. -Accedí por el solo hecho de que no me desholló en plena cocina.

Después de ayudarla con los detalles, me marché de nuevo a la pensión, sintiéndome un poco no tan sola y mucho más tranquila.

-Ojalá el bebé que llevo en mi vientre, tuviera la misma suerte que yo y Esteban reflexionara y le diera una oportunidad de tener un padre. -Pensé en silencio, mientras miraba hacia la nada misma, prometí que cueste lo que cueste, a mi futuro hijo no le va a faltar nada, juntos vamos a salir adelante. Después de todo, no voy a ser ni la primera ni la última madre soltera.

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Acá  les dejo el capítulo  de hoy. Espero les guste. Diganme  que les pareció  dejándome  sus respuestas en la bandeja de comentarios  y su 🌟para que otras personas tengan la posibilidad  de conocer la historia.




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