Un papá para mi bebé.

Un nuevo comienzo.

Hoy arrancaba una nueva mañana y con ella un nuevo cambio. Me encontraba en mi clase de Derecho Penal l, con el profesor Ramírez.

-El Derecho de defensa, -Explica el profesor mientras camina entre los pasillos formados por los pupitres- constituye una actividad esencial del proceso penal y admite dos modalidades, ¿Alguien las puede enumerar y definir?

-La defensa material, -Digo dejando de tomar nota por un momento- que realiza el propio imputado ante el interrogatorio de la autoridad policial o judicial. Consiste en la actividad que el imputado puede desenvolver personalmente haciéndose oír, declarando en descargo o aclarando los hechos que se le atribuyen, proponiendo y examinando purebas.

-También esta la defensa técnica, -De solo escuchar la voz de Micaela hace que mi día arranque con el pie equivocado- está confinada a un letrado que elabora la estrategia defensiva y propone pruebas, que asiste y asesora jurídicamente al imputado y lo representa en todos los actos procesales y no personales. Los pactos internacionales también regulan la defensa oficial, como el "Derecho irrenunciable".

Cuando ambas terminamos de explicar ambas modalidades, el profesor nos dividió en dos grupos donde íbamos a armar para la próxima clase un "juicio", donde nosotros deberíamos defender a un" imputado" y luego nosotros pasaríamos a ser los "fiscales".
Para mi buena suerte o mala, depende de donde se lo mire, Micaela estaría en el equipo contrario.

-Bien trabajo Alanoso. -Escupió Micaela acercándose a mi banco.

-¿Por qué no vas y te fijas si afuera llueve? -Dije con voz molesta, realmente lo que menos quería era llevarme bien.

Luego de tomar mis cosas ignorándola y de organizarnos con el resto de mis compañeros de grupo, salí disparada hacia el bufet donde me esperan mis dos mejores amigas.

-Al fin terminamos por hoy con el infierno. -Espeta Patricia sentándose en una de las sillas dejando sobre la mesa una bandeja con una ensalada.

-Ni tanto, a mi me queda una cursada más junto a ya saben quien y luego mi infierno sigue en la oficina de mi madre. -Resoplo con cansancio.

-El viernes, si quieren, podemos ir juntas a comprar cosas para el bebé. -Sugiere Patri.

-Creo que es una buena idea. -Concedo mientras termino de comer mi ensalada completa.

-Podemos ir al centro y comprar todo lo que necesitamos.

-De acuerdo. -Digo poniéndome de pie para ir a mi siguiente clase- Como aún no se el sexo del bebé, compraremos cosas en colores neutros.

Y así es como de a poco me voy adaptando mi nueva vida.

Después de mi última clase, subí al focus y me puse en marcha al estudio de mi madre.

Al llegar, saludé a Mía, la recepcionista.

-¿Mi madre está? -pregunto luego de saludarla.

-Pasa, ella te atenderá en un minuto. Se encuentra reunida con una cliente.

-Genial.

Subí a su oficina y allí esperé hasta que luego de quince minutos, ella y una señora con una bebé aparecieron por la puerta.

-Que bueno que llegaste hija. -Me saluda con un beso en la mejilla- Necesito que adaptes una cédula de notificación con estos datos. -Dice señalando una de las computadoras- Los modelos están precargados así que no debería darte mucho trabajo.

-De acuerdo. -Me encamino hacia el escritorio y luego de dejar mi mochila en el suelo, comienzo a trabajar en lo que me pidió mi madre.

-Magalí. -Escucho que mi madre me llama a su oficina.

-¿Si? -Digo tomando asiento frente a ella.

-Quería hablarte de algo. -Dice sacándose los lentes- Como trabajarás en el estudio como mi asistente, recibirás tu paga, con eso podrás cubrir los gastos del bebé.

-Gra... Gracias ma. -Me siento aturdida. Si bien me había dado su apoyo, no creía que se lo tomara tan tranquila.

-Solo te voy a exigir que te esfuerzes el doble para que termines tu carrera. -Dice seria.

-Lo haré. -Digo poniéndome de pie, pero me detiene.

-¿Qué vas a hacer con el bebé cuando nazca?

-Me lo pienso quedar. -Digo mirándola a los ojos- Tú no me diste en adopción cuando lo de papá.

-Estoy de acuerdo. Además no hubiese dejado que lo dieras en adopción.

De vuelta en la pensión, después de cenar algo liviano, tomé mis libros y comencé a estudiar, pues mañana tendría parcial de Derecho Romano.

Una vez que repasé la última definición, acomodé todo y me acosté a dormir, intentando hacer un lado los problemas que tenía con padre de mi hijo, el cual me había dejado sola en esto.




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