Salí del edificio y a lo lejos pude ver a Jerónimo esperando en el estacionamiento. Estaba cruzando el campus, cuando mi móvil comenzó a sonar.
-Maga... Con Patri al final no vamos a poder ir de compras. -Dice la pelirroja por a través de la linea.
-¡¿Qué?! ¿Es en serio? -Me estaba dando cuenta de lo que intentaban hacer.
-Ve con Jero, ya debe de estar allí.
-Si, está plantado al lado de mi auto, ¿Pero por qué...?
-Adiós linda, debo irme. -Y sin decir más me cortó la llamada.
Perfecto, con dos amigas como las que tengo para que quiero enemigas.
Después de guardar mi móvil en el bolsillo de mi bolso, me encaminé hacia el auto.
-Al fin que llegas Alonso, ya me estaba haciendo anciano. -Dice Jerónimo incorporándose del capó de mi bebé.
-Vamos, se nos hace tarde. -Digo sin siquiera mirarlo, no se aún por que me provoca nervios estar cerca de él.
Destrabé las puertas y una vez que subimos le di arranqué eññññññl motor.
-Espera, ¿Tus amigas no vendrán? -preguntó mirando hacia todos lados.
-Por lo visto mis amigas decidieron dejarnos solos bajo la excusa de que no podían venir, así que como ves solo seremos tú y yo.
Una vez que puse en marcha el auto, arrancamos.
-¿Qué te parece este? -Le pregunté a Jero, mostrándole un body color natural, donde la capucha tenía dos orejiitas de oso.
-Me gusta. -Dice mirando otras ropitas- ¿Qué tal este?- Dice mostrándome uno con orejitas y pompón de conejo.
Nos pasamos un buen rato eligiendo cosas y gastándonos bromas.
A decir verdad, el rato que pasamos juntos él y yo fue diferente a lo que pensé. Se que debería estar Esteban en su lugar, pero Jero era un buen compañero de compras, no como otras que decían ser tus amigas y te dejaban plantada para que, según ellas, pueda pasar rato con alguien que recién conocía.
Después de comprar varias mudas para apenas el bebé naciera y para cuando fuese creciendo, salimos del local de ropa y seguimos caminando por la cuadra hasta que paramos en un local donde vendían cunas.
-¿Cuál te gusta? -preguntó a mi lado, viendo las cunas que había en exhibición.
-Mmmm, la verdad no sé, me gustan todas. -Dije igual que un niño en una dulcería.
Estábamos por entrar, cuando siento que Jero me sostiene del brazo. Al observarlo dirijo mi vista hacia donde está viendo con el ceño fruncido. Ok, esto no podía ser.
-¿Qué haces con este imbécil? -La voz de Esteban me perforó los oídos.
-Nada de lo que a ti te incumba. -Respondo con altanería. Encima de que me había dejado sola en esto y lo que era peor, había sugerido lo de la adopción, venía a recriminarme que estaba con Jerónimo.
-¿Qué no me incumbe? -preguntó incrédulo Esteban- Estamos hablando de mi hijo.
-¿Hijo? No sé que tanto te molesta, si no lo quisiste desde un principio. Olvídate de que estoy embarazada, no quiero nada de ti. -Digo comenzando a temblar.
-Grayson, ¿Por qué no te marchas? Esta...
-Escucha Boris, tú no te metas, esto es entre ella y yo.
-Si tengo derecho a meterme, -por su agarre en mi codo pude notar que estaba tenso- pues Magalí, ahora es mi novia. -《¿Qué? ¿En que momento accedí a serlo? Esperen... Nunca accedí por que nunca me preguntó si quería ser su novia. Bueno, mejor cayate consciencia que no ayudas.》Me reté mentalmente.
-¿Entonces, es cierto eso? -me preguntó Esteban, con los dientes apretados- ¿Es cierto lo que se dice en la facultad?
-Si. -Respondí intentando sonar segura siguiéndole el juego a Jero- Es verdad lo que acaba de decir, él y yo estamos saliendo. -No creo que haya problema si agrando un poco más la mentira- Es más estuvimos discutiéndolo y decidimos que el bebé va a llevar el apellido de él.
-Así que decidiste quedartelo por lo que veo. -En su voz se podía escuchar el desagrado.
-Claro, no todos somos como tú. -Jero se acercó más a mí y me pasó un brazo por los hombros- Ahora si no te importa, estamos algo apurados, tenemos que seguir con las compras.
Y dejándolo allí plantado, entramos al local a consultar el precio de las cunas.
-Perdón por la mentira. -Dijo Jero rascándose la nuca, mientras esperábamos que la vendedora se desocupara con los otros clientes.
-En realidad, te debo las gracias. -Digo esbozando una sonrisa timida- Y perdón por ponerte en una situación así. No debería involucrarte en mis problemas.
-Para eso están los amigos. -Dice él acomodando un mechón rebelde detrás de mi oreja.
-Así que ahora somos amigos ¿he?
-Por algo se empieza ¿No? -Ok, ¿Qué quiso decir con eso?
-Emmm...
Estoy por pasar a su lado, cuando la vendedora llama nuestra atención.
-Chicos, ¿En que puedo ayudarlos?
-Estamos buscando cunas. -Dijo Jero sin apartarse de mí.
La mujer comenzó a mostrarnos las que tenía disponibles. Por mi parte me gustan todas, pero son muy caras para poderlas costear en este momento. Ojalá tuviese realmente el apoyo del padre en esto, no por lo económico, no soy interesada en ese sentido, sino por que el que tendría que estar en el lugar de Jero es Esteban y decidió darle la espalda.
Salimos de allí a seguir viendo un par de cosas más. Seguimos viendo vidrieras, hasta que terminamos con nuestro recorrido.
-Emm... Maga... Si no estas ocupada ¿Te gustaría ir a merendar conmigo? -pregunta cortándome el paso.
-¿Es una cita? -pregunto fingiendo estar seria.
-Oye, no creas que tienes tanta suerte. -Dijo riendo a lo que yo comencé a reír.
-Si, podría ser. -De hecho era una buena idea ya que mi bebé me avisaba que tenía hambre.
Caminamos unas cuadras más y entramos a un bar, nos sentamos en una de las mesas y pedimos para merendar.
-Gracias por acompañarme.
-No fue nada. -Dijo sonriendo, podía decirse que cuando lo hacía, se veía atractivo. 《Ya Magali, saca todo pensamiento obsceno de tu cabeza.》
-Cuantame un poco de ti. -Pidió Jero.