Un papá para mi bebé.

Nueva casa.

Ya nos encontrabamos instaladas en nuestro nuevo espacio, y digo nuestro, por que mis dos amigas aceptaron venir a vivir aqui, ya que la casa consta con varias habitaciones. Repartíamos los gastos y lo que era mucho mejor, no me sentiría sola en una construcción tan grande.

Como debíamos instalar las cosas del bebé, me quedé con la habitación principal que era enorme.

-Gracias chicas por ayudarme, son las mejores. -Digo sentándome un momento.

-Para eso estamos las amigas. -Dice Patricia sentándose a mi lado. 
Recién habíamos terminado de acomodar todo y de armar la cuna.

-Ahora nos vas a contar que onda con Jero, ¿Te gusta?

-La verdad no lo sé chicas, o sea es amable, pero no sé si me gusta.

-No me digas que sigues enamorada del idiota de Grayson. -Sugirió Marianela. 

-No, definitivamente no y menos después de todo lo que pasé. -Respondo convencida de lo que sentía respecto a él- O sea, es el padre de mi hijo, pero me terminó desilusionando.

-¿Crees que si Jero te pidiera una oportunidad de ser su novia la aceptarías? -preguntó esta vez Patri.

-¿Por qué preguntas? ¿Les mencionó algo? -pregunto mientras siento mi corazón latir a mil por horas.

-No, solo es una suposición.

-Pues... Seamos realistas chicas, nadie en su sano juicio se pondría de novio con una chica embarazada de otro y mucho menos se haría cargo de un bebé que no es suyo. -Digo sintiendo como un nudo en mi garganta se forma- Así que la respuesta es no sé.

Estaba tomando un baño relajante y pensando sobre la persona que en estos últimos días, había pasado de ser un completo desconocido a una persona en la que podía confiar, cuando el timbre sonó. Debía de ser él, ya que habíamos organizado una cena de inauguración, donde estaban invitados él junto a dos amigos más.

                                    ~♡~

Salí del baño y después de pasar crema por todo mi cuerpo, en especial la panza (lo que menos quería eran estrías en ese lugar), comencé a vestirme.  Alguien tocó a la puerta de mi cuarto.

-Pase. -Dije sin voltearme.

-Ya están aquí. -Dijo Patricia con una sonrisa de oreja a oreja- No sabes lo amigos guapos que trajo Jerónimo.

-Patricia... Contrólate. -Dije sonriendo y negando con la cabeza a la vez- Vas a hacer que se espanten.

Cuando llegue a la sala, saludé a Jerónimo con un beso en la mejilla, sintiendo esa sensación de electricidad que comenzaba a agradarme y este me presentó a sus dos mejores amigos.

Luego de que Jero nos presentara, uno de sus amigos, el que se llamaba Emannuel, comenzó a hablar automáticamente con Patricia, pobre chico no sabe donde se está metiendo y el otro se enfrascó en una conversación sobre dios sabe que con Marianela y por último quedamos nosotros dos.

Estábamos conversando cuando el timbre volvió a sonar, debía de ser Mica, ya que tras varias discusiones con las chicas decidimos integrarla a al grupo. Al abrir la puerta, efectivamente vi que era ella junto a un muchacho que según ella "es su mejor amigo".

-Voy a ponerme a hacer la cena, ¿Vienes Boris? Dejemos a estos seis que conversen tranquilos. Sugiero encaminándome a la cocina.

-Si, vamos. -Responde siguiéndome desde atrás.

Mientras yo picaba la cebolla y el morrón, Jero daba vueltas por la cocina.

Estaba concentrada en la tarea, hasta que sin querer la cuchilla decidió desviarse de su ruta y me terminé cortando. Fui hasta la pileta y abrí la canilla para poner mi dedo debajo del agua.

-A ver, dejame ver. -Pidió al instante en que vio la escena- Si que eres distraída he.

-Yo... -Digo casi en un susurro.

-Espera. Iré por el botiquín.

Cuando regresó a mi lado, después de apartar todo en la otra mesada, me tomó desde la cintura y me sentó en ella para quedar a su altura, se colocó entre mis piernas y con un algodón con alcohol comenzó a desinfectarme la herida, por último, me puso una curita.

-¿Éstas mejor? -preguntó levantando la vista, provocando que por poco me desarmara al sentir su aliento mezclado con su perfume en mi rostro ¿Era posible que no me haya dado cuenta y me estaba empezando a gustar Jerónimo?

-S... Si... Gra... Gracias. -Respondo realmente afectada por la situación.

Sin despegarse un milímetro de donde estaba, comenzó a bajar su cabeza y antes de lo que creo, me encuentro con que sus labios están apoyados en los míos.

No fue un beso brusco ni exigente, sino todo lo contrario. Se lo devolví casi de inmediato, pude sentir como apresaba mi labio inferior entre sus dientes pidiendo permiso, cuando accedí a su pedido, él ingresó su lengua para que jugara con la mía a dar y recibir.

Mientras nos besábamos podía sentir sus manos en mi cintura mientras que las mías se enterraban en sus cabellos rubios. Solo nos separamos cuando nos faltó el oxígeno a ambos, malditas hormonas de embarazada, por lo visto andaban algo alborotadas.

-Yo... Lo... Lo siento... -Dijo bajandome de la mesada y luego de girar sobre sus pies, me dejó sola pensando y dándole vueltas a lo que acaba de pasar.

Durante toda la cena ni me registró, apenas si me dirigió la palabra.

-¿Estás bien? -pregunté en voz baja mientras veíamos unos vídeos en youtube.

-Si. -Respondió sin siquiera mirarme.

-¿Hice algo que te molestó? -volví a preguntar, ya me estaba empezando a molestar que me tratara así.

-No. -Respondió levantándose de su asiento tomando sus cosas para marcharse ya que los chicos era la décima vez que lo llamaban- Hablamos luego.

Después de que todos se fueran, me fui al cuarto repasando cada momento que desembocó en aquel beso, quizas fue un momento de vulnerabilidad, recapacitó sobre lo que estaba pasando y por eso se apartó tan bruscamente, lo peor de todo es que haber compartido ese beso con él, hizo que la verdad me diera de lleno, ya no lo podía seguir negando, me estaba comenzando a gustar Jerónimo Boris.




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