Un papá para mi bebé.

Primer control y algo más.

Ya llevo dos meses de embarazo, si bien habían habido pocos cambios, la panza ya comenzaba a notarse. En la facultad, ya todo el mundo se dio cuenta de mi estado, pero nadie sabe quien es el padre, suponen que es Jerónimo, pues nos la pasábamos casi todo el tiempo juntos.

Como siempre, con Esteban volvimos a discutir sobre el bebé y sobre que gracias a mí, él y Mica habían discutido y habían roto. Lo cual es algo irónico, ya que no lo obligué a tener relaciones, sino que fue algo que consentimos los dos.

Justo ahora me encuentro en la sala de espera del hospital. Junto a mi, se encuentran las personas más importantes, mi novio (Si Jero y yo al fin somos novios), mis dos mejores amigas junto a Micaela, el novio de Patricia y mi madre junto a Sebastian, su novio, para hacerme la primer ecografía.

-Alonso. -Me llamó el doctor.

-¿Vamos? -les digo a todos luego de ponerme de pie.

En menos de un minuto, el médico tenía a seis personas dentro de un consultorio reducido pendientes del monitor apenas comenzó a hacer las mediciones.

-Bien, recuestate sobre la camilla, que te colocaré un gel que me ayudará a poder ver a tu bebé. Va a estar frío eso si.

-Es hermoso. -Solloza mi madre mientras ve el monitor.

-¿El qué es hermoso? Yo no veo nada. -Digo mirando la pantalla sin saber donde estaba mi bebé.

-¿Me puede dar una imagen de él? -pregunta Jero.

-Por supuesto. Su hijo aún es muy pequeño.

-Oh, no él no es... -Intentó explicar, se me hacía extraño verlo a él como posible padre para mi bebé, sin duda nunca podría poner semejante peso sobre sus hombros.

-Oh, disculpe, es que supuse... Como están tomados de la mano... En la siguiente ecografía ya vamos a poder escuchar su corazón. Bien, las mediadas son normales- Explicó pasándome unas toallas descartables para limpiar los resto del gel.

Después de entregarle la imagen a Jero y un cd con las imágenes del ultrasonido a mi, salimos del hospital, nos despedimos de todos y Jero y yo nos fuimos a merendar juntos.

Durante todo el trayecto hasta alguna cafetería del centro, lo hicimos en silencio. Mientras Jero manejaba, yo iba recapacitando sobre el padre de mi bebé, por un lado estaba su padre biológico el cual no quería saber nada y por el otro era incapaz de atar a alguien que no tenía nada que ver con semejante responsabilidad. Sin duda alguna sería un niño o niña con padre ausente, puesto que su propio padre lo negaba.

Al llegar mi cafetería favorita, nos bajamos del auto y ocupamos una de las mesas cerca de la ventana.

Mientras esperábamos que nos trajeran el pedido, decidí romper el silencio que se había instaurado entre nosotros, pero me ganó él de antemano.

-¿Tienes idea lo que sentí cuando vi ese bebé que llevas dentro de tu barriga?

-N... No... Dime, ahora quiero saber.

-Lo primero que sentí fue bronca. -De todas las reacciones que esperaba esa justo no entraba en mi lista.

-¿Bronca?

-Si, bronca. Bronca de que Grayson se esté perdiendo estos momentos tan importantes del desarrollo de su hijo. -Dice con voz amarga- Por un memento, cuando el médico pensó que yo era el padre de ese bebé, pude sentir como algo dentro de mí se inflaba.

-Cada cual toma sus decisiones, él tuvo una oportunidad anterior y ya sabes como terminó. -Yo le había contado la charla que había mantenido con Micaela después de que salí del hospital.

-Si, pero él debió estar en mi lugar durante la consulta.

-Pero estuviste tú y eso lo valoro mucho. Te quería agradecer todo lo que esta haciendo, se que es raro todo esto, ¿Pues quien se pondría a salir con una embarazada? -termino agachando mi cabeza para posar mi vista sobre mis manos apoyadas en mi regazo.

-Hey bonita. -Soltó tiernamente mientras con una mano me levantó el rostro para que lo viera a los ojos- No tienes que agradecerme, lo hago por que me importas y dime, ¿ya pensaste el nombre que le vas a poner?

-Si es niña me gustaría Naiquen y si es niño me gustaría Bautista, ¿A ti?

-Pues... Si es niña me gustaría Emma y si es niño Miqueas.

-Son lindos nombres. -Respondo emocionada.

Después de la merienda, salimos a recorrer un poco el centro. 
Al pasar por un par de locales, Jero entró a varios locales a comprarle varias cosas al bebé.

-Aún faltan siete meses para que nazca y ya le compraste un andador. -Solté entre risas, era muy tierno verlo, parecía que era su propio hijo el que iba a nacer.  

-El día que crezca voy a tener que contarle todo. -Digo tomando su mano y volviendo a caminar juntos de regreso al auto.




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