Me encontraba en el aula del profesor Ramirez, escuchando a Micaela y tomando nota de lo que decía, cuando mi móvil se iluminó.
"De:Amor.
Para:Magalí Alonso.
Linda, a las ocho de la noche te paso a buscar por tu casa, nos esperan mis padres para cenar."
Cuando terminamos las cursadas, con las chicas nos fuimos de compras, ya que había ropa que comenzaba a quedarme chica debido a mi barriga.
En uno de los locales en lo que entramos, comencé a probarme vestidos, camisolas y no había nada que me llamara la atención.
-Pruebate éste. -Sugirió Micaela extendiéndome una percha con un remeron azul cielo de mangas largas.
Una vez que me lo puse, me encantó. Salí del probador para que lo vieran.
-Creo que podía funcionar, con las botas bucaneras.
-Si, me gusta la idea. -Dijo Marianela con una sonrisa.
Después de comprar todo lo que necesitábamos, fuimos hasta casa a comenzar a prepararme para la noche.
Luego de bañarme y pasarme crema por el cuerpo, me vestí y Marianela luego de secarme el pelo comenzó hacerme ondas, por último me maquillé sutilmente.
-Ya está aquí. -Dijo Patri entrando por la puerta.
-Bien, ¿Cómo estoy? -pregunto poniéndome de pie y viendo las reacciones de las chicas.
-Te ves hermosa Maga.
-Estoy muy nerviosa, ¿Y si no les caigo bien?
-Tus suegros te van a adorar.
-Pero acuerdate que vengo con un adicional, y no creo que les caiga en gracia que la novia de su hijo venga con un bebé de regalo.
-Tranquila Magalí, les vas a caer bien y si Jero te quiere presentar a sus padres hoy es por que ya lo habló antes.
-Espero y tengas razón. Vamos saliendo antes de que a mi novio le de por quedarse dormido en los sillones. -Estábamos en época de finales y todos estábamos estudiando a mil.
Al entrar en la sala, me encontré con Jero sentado en uno de los sillones, al verme se puso de pie inmediatamente.
-Maga, te ves hermosa. -Dijo acercándose a mí y plantando un beso en mis labios, la sensación era cálida, hacía que todo mi cuerpo se estremeciera. Sin pensarlo solté un suspiro involuntario, 《ya Magalí Alonso controla tus hormonas locas.》
Cuando nos separamos, nuestras respiraciones estaban algo agitadas.
-¿Vamos yendo? -Dice tomando mi mano y encaminándose a la puerta.
Cuando llegamos a la vereda, nos acercamos hasta un Peugeot 308, nuevo.
Después de subir en el, Jero cerró la puerta y luego subió él para ponernos en marcha.
-Tranquila. -Soltó sonriendo de lado al notar que estaba mordiéndome una uña- Mis padres no muerden.
-Lo siento Jero, estoy muy nerviosa de lo que vayan a pensar de mí.
-Si lo que te preocupa es que te rechacen por lo del embarazo puedes estar tranquila, que no voy a dejar que nada te suceda.
Durante todo el trayecto Jero me daba conversación para que me olvidara de los nervios y en cierta manera se lo agradecía.
-Llegamos. -Dijo deteniendo el motor del auto.
-¿Allí viven tus padres? -pregunto sintiéndome totalmente fuera de lugar.
-Si, esta es su modesta casa. -Dice poniéndose frente a mi y tomando mis manos entre las suyas.
-Ya veo. -Digo esbozando una sonrisa nerviosa- Vamos antes de que me arrepienta.
Después de tomarnos de la mano, caminamos hacia la entrada de la casa de dos plantas.