Un papá para mi bebé.

Sabias desiciones.

Es lunes otra vez. Otra vez volver a la rutina de las cursadas. Ya por suerte se acababa el año y pronto vendrán los finales junto a navidad y las vacaciones.

Me encontraba cursando Penal l, tomando apuntes de lo más importante para el final, cuando mi móvil se encendió. 
Lo tomé y vi que como el día anterior, tenia veinte llamadas perdidas y sesenta whatsapp sin responder de Jerónimo.

Desde que me fui de la fiesta no volví a hablar con él y creo que es lo mejor. Más allá de lo que ocurrió en él cine, lo cual fue el detonante para que tomara la decisión de alejarme, él es bueno y gentil, no me parece justo poner en sus hombros una responsabilidad que me corresponde a mí y a Esteban. 
Abrí el mensaje que me había enviado y volví a concentrarme en la clase o eso al menos intenté.

Desde el domingo que lo vi con la que ahora ya sabía que era su ex que no tenía animo de nada, tenía más ganas de estar en la cama tapada hasta las orejas, que estar sentada escuchando una clase y para empeorar más mi día, obtuve una dosis de discusión con el padre biológico de mi hijo. 
-Quiero hacerme cargo de nuestro hijo. -Dice Esteban con el semblante serio. 
-¿Qué? -pregunte atónita abriendo demasiado  los ojos. 
-Qué quiero que lleve mi apellido. 
-¿Es borma? ¿No habíamos quedado en que no te querías hacer cargo? 
-Sé lo que dije, pero cambié de opinión, no voy a dejar que mi hijo lleve el apellido de nadie más que no sea el mío. -Grito tan alto que varios estudiantes giraron a vernos. 
-Cálmate que me estresas, el bebé no va a llevar el apellido de nadie si tu miedo es ese, por que lo voy a criar yo sola. -Respondí realmente enojada, me cabreaba que jugaran así con mi bebé. Él se merecía un padre que lo quisiera realmente, pero con Grayson no sentía que fuese así, es más sentía que lo quería solamente por miedo a que llevara el apellido de alguien más y mi bebé no era una pelota de rugby que se pasara de mano en mano.
Pasé por su lado dejándolo con la palabra en la boca, realmente si iba a dejar que eso ocurra debía pensarlo muy bien.

Cuando llegué al estacionamiento, me encontré con un Jerónimo distinto al de siempre. Se notaba que no había dormido bien en las ultimas horas, tenía las ojeras demasiado marcadas para mi gusto. 
-Maga, por favor, necesitamos hablar. -Soltó incorporándose del capó de mi auto y acercándose hasta donde estaba yo.
-Jero, yo necesito que me escuches y entiendas algo. -Trago grueso. 
-Ya no sientes nada por mi ¿Es eso no? Dímelo, ¿Es eso? -Podía ver como su corazón se le rompía ya que a mi me estaba pasando lo mismo en ese momento. 
-No Jero, no es eso. Es solo que túa eres muy bueno, gentil y el tipo de chico por el que cualquier chica moriría, incluida yo, pero después de verte con tu ex me di cuenta de que no puedo hacerte algo así, mereces a alguien que no te ate, que no ponga una gran responsabilidad sobre tus hombros, mereces a alguien más. 
-Pero es que yo no quiero a nadie más que no seas tú y a la personita que llevas dentro de ti. -Al escuchar eso ya no pude controlar mis lágrimas las cuales ya habían comenzado a correr por mis mejillas- Y si todo esto es por lo de mi ex, dejame decirte que entre ella y yo no hay nada, ella está con alguien más, solo quedamos como amigos. El día que nos viste en el cine fue por que hacía rato que llevábamos sin vernos y nos cruzamos de casualidad. Te juro que me arrepiento por no habértelo dicho esa misma mañana cuando fuimos a desayunar a tu casa, y si hay algo de lo que me lamento es de haberte perdido como un imbécil. 
Por dentro sentía que ya no podía más, una parte de mí quería correr hacia él, abrazarlo, besarlo tiernamente y decirle que todo estaría bien, pero por el otro sabía que si hacía eso estaría siendo egoísta con él. 
-Lo lamento Jero, no puedo hacerte esto, entiendeme, eres demasiado bueno para mí. -Sin agregar nada más, lo esquivé y me subí a mi auto y una vez que lo arranqué, luego de avisar a mi madre que no iria a la oficina, apagué el móvil. Me puse en marcha hacia un lugar donde sabría no me encontrarían, pues no quería ir a la casa.

Manejé por las calles de la ciudad durante casi tres horas, hacía rato que había salido se la ciudad y ahora me encontraba en plena ruta. 
Conduje hasta unos acantilados, donde desde allí podía ver todo el resplandor. Cada tanto me gustaba ir allí a pensar cada vez que lo necesitaba, no sé por que, pero estar aquí ayudaba a ver las cosas desde otra perspectiva. 
Me senté en el capót del auto con algo de trabajo, ya no me era tan fácil subirme debido a la barriga que iba creciendo de a poco.

Inspiré profundo y comencé a pensar en todo lo que había ocurrido durante el fin de semana, en la discusión de hoy con Esteban y la charla resiente con Jero. Mi vida realmente era un caos. 
Comencé por el principio. Desde el primer momento supe que iba a estar sola en esto, ya que Esteban me lo había dejado muy en claro, podía aceptar que le diera el apellido al bebé sin que él estuviera presente en nuestras vidas y el día que mi hijo o hija preguntara quien era su padre, decirle como habían sido las cosas, por que claramente, después de todo lo que pasó no había forma de que entre Esteban y yo hubiese algo, por más que ahora estuviese solo, además su ex novia ahora era una de mis amigas.
En cuanto a Jerónimo, era un caso totalmente distinto, estuvo ahí para mi casi desde el principio. Sin ningún perjuicio, se ofreció a darme una mano con todo esto. Había aceptado sin evaluarlo en profundidad, pero el sábado al verlo con la ex novia me di cuenta de que no puedo poner semejante responsabilidad en sus hombros, es algo de lo que yo me debo hacer cargo, mi bebe ya tiene un padre aunque este no lo quiera, era mejor dejar las cosas como estaban. Algo se instaló en mi interior, debía admitir que quizás no solo me importaba y estaba comenzando a quererlo, por eso más que nunca debía dejar que siguiera su propio camino.




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