Un papá para mi bebé.

Enojo.

Luego de que los chicos salieran, la puertas volvieron a abrirse dejando ver a mi madre junto a un hombre de su edad entrando por la puerta.

-No quiero verlo. Dile que se vaya. -Digo girando dándoles la espalda.

-Hija, creo que es hora de conversar los tres.

-Pues yo no quiero, así que adiós.

-Por más que no quieras tendrás que escuchar. -Espetó el hombre que decía ser mi padre.

-¿Escuchar que? Escuchar nada, yo no quiero saber de ti.

-Por más que no quieras tendrás que hacerlo, pues no me iré de vuelta, volví para quedarme.

-Hija, por favor escu... -No la dejé terminar.

-No mamá, ¿A caso te olvidas lo que nos hizo? ¿Te olvidas que nos abandonó por Melissa?

-No hija, no me olvido, pero...

-¿Sebastian sabe que él volvió?

-Si, yo ya hablé con él.

-¿Y que dijo?

-Estaba de acuerdo con que mantengas contacto con él, después de todo es tu padre y no puedo prohibirle que lo veas.

-No lo harás, por que yo directamente no lo haré.

-Mejor los dejo solo. -Dijo mi madre saliendo por la puerta limpiándose el rostro debido a las lágrimas.

-¿Cómo has estado? -preguntó el hombre que dice llamarse padre después de que mi madre nos dejara solos.

-Como verás de maravilla. -Respondí con sarcasmo aún dándole la espalda.

-Me he enterado de que seré abuelo.

-No es de tu incumbencia, pero si, voy a tener un hijo. -Digo girándome para poder verlo.

-Debo decir que te has convertido en una mujer realmente guapa.

-¿Por que lo hiciste? -pregunto mirando un punto fijo en la pared- ¿Por qué nos dejaste?

-Perdón, hace años que espero para decirte esta palabra, perdón por lo que les hice a ti y a tu madre.

-¿No eramos suficiente para ti?

-No fue por eso que las dejé, por aquel entonces las cosas entre tu madre y yo no estaban yendo bien, discutíamos casi a diario y no vi otra salida.

-¿No nos amabas? -pregunto con lágrimas ya rodando por mis mejillas.

-No digas eso hija, claro que las amaba a ambas, aún lo hago, solo que cometí un error muy grande.

-No importa, ya no importa. Gracias por haber venido a verme hoy, pero lo mejor va a ser que nos dejes solas, mamá y yo solas estamos bien, no te necesitamos.

-Por favor hija no hagas esto.

-¿Hija? Disculpa, pero yo no tengo padre, ese derecho te fue negado hace tiempo, cuando nos dejaste a mamá y a mi abandonadas.

No toleraba verlo más, me dolía que estuviera ahí parado como si intentara que volviera todo a como era antes. El verlo hacía que viejas heridas se abrieran de nuevo. Recordé la cantidad de veces que me pasé viendo por la ventana, esperando a que mi padre volviera y nunca lo hizo hasta hoy, pero era tarde, muy tarde.

-Magalí, por favor, dame una oportunidad de remediar las cosas. -Dijo implorando.

-Definitivamente no, no esperes que te reciba con los brazos abiertos por que no pasará, para mí eres un completo desconocido.

-Mira, podemos ir poco a poco conociéndonos.

-¿Y esperas a que te llame papá? Definitivamente estás loco.

-Solo prometeme que lo pensarás.

-No te prometo nada.

Luego de que me diera un beso en la cabeza, salió del cuanto dejándome completamente sola. Comencé a llorar por todas las lágrimas que había estado conteniendo. ¿Cómo se atrevía aparecerse después de diecisiete años? ¿Cómo podía esperar que dejara todo mi orgullo de lado y que fuésemos la familia feliz? Definitivamente no soy falsa, no me nace ser así. 

Mientras recordaba el pasado, los poquitos momentos que recuerdo de cuando él aún estaba con nosotras, una gran bola de dolor estalló en mí.

-Hey, princesa... -Jero entró cerrando la puerta tras él y viniendo a paso rápido hasta la cama- No llores por favor, me duele verte así.

-¿Cómo... Puede? -intento decir entre llantos- No es justo que se aparezca ahora.

-Tranquila, todo va a estar bien, ya lo veras.

-Por favor no me dejes como él lo hizo. -Digo agarrándome del cuello de su remera como si temiera que él también me abandonara.

-Jamás. -Dijo abrazándome fuerte.

-Dijo que vino para quedarse, pero no quiero, realmente no lo quiero. Mi madre y yo estamos bien así.

-Tranquila, no pienses en eso ahora.

-¿Qué haces aquí? ¿Y vestido así? -dije de pronto recordando que él debía estar haciendo las prácticas.

-Entro más tarde a mis prácticas.

-¿Las haces aquí?

-Si, pero en la planta de pediatría.

Estábamos hablando sobre su carrera, cuando una enfermera entró al cuarto.

-Permiso, oh, Jero, no sabía que estabas aquí. -Por lo visto se conocían.

-Si, vine a ver a mi novia.

-Soy Amanda. -Se presentó la chica.

-Magalí. -Respondo mientras veo como pone un aparato para medirme la presión.

-Ambas presiones están bien. -Dice quitándome las cosas- Puedes cambiarte, voy a avisarle al doctor Renso para que te firme el alta.

-Gracias. -Decimos Jero y yo al unísono.

-Hablé con Esteban. -Digo agachando la mirada mientras juego con mis dedos.

-¿De que hablaron? -preguntó tomando asiento en un sillón a mi lado.

-Pues decidí que va a llevar su apellido. Es su padre y tiene derecho, a cambio le dije que debe estar involucrado en lo que concierne al bebé.

-De acuerdo. -Contestó serio tomando mi mano.

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Hola gente bella, acá les dejo un capítulo nuevo, ¿Maga perdonará a su padre? Pueden dejarme sus comentarios en la bandeja de mensajes y no se olviden de darme su 🌟




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