Me encontraba en la sala de espera del hospital esperando a que me llamaran.
Esta vez el grupo era más grande, ya que se habían agregado mi padre junto a Carolina y Guz y Esteban.
Si bien no me agradaba que este último se agregara, pues aún no hablamos sobre lo que sucedió en la fiesta, debía aceptarlo ya que era el padre biológico de mi bebé y después de tantas peleas permití que lo viera. A partir de ahora estaría en cada control hasta el nacimiento así que era mejor que nos lleváramos bien.
En cuanto a Mica, ella se había mantenido apartada del grupo, pues aún se notaba que todo esto la afectaba, desde que ocurrió la pelea que había estado demasiado callada.
Cuando el médico me llamó por mi nombre, se quedó de piedra cuando vio toda esa masa de gente que me acompañaba. Intentó frenarlos, pero al pobre no le hicieron ni cinco de caso cuando dijo de debían esperar afuera.
-Se nota que esperan emocionados al bebé.
-No se da una idea cuanto. -Digo sintiendo que mis mejillas se sonrojaban.
Me acosté en la camilla y descubrí mi barriga.
Comenzó a hacer las mediciones y demás controles.
-El bebé esta en la medida correcta.
-¿Podríamos escuchar sus latidos? -pregunté.
-Si, por supuesto.
Le subió el volumen y por los parlantes se podía escuchar el latido acelerado del pequeño corazón. Una sensación de amor invadió mi cuerpo, no podía creer que algo tan chiquito creciera dentro de mi.
Al ver a mi padre pude ver que estaba emocionado. Le brillaban los ojos de felicidad, los cuales expresaban algo de cansancio.
Al notar esto algo me alarmó. Decidí que cuando saliera de control le iba a preguntar.
Luego de que el médico terminara, acomodé mi ropa y salimos todos del pequeño consultorio.
-Pa. Necesito hablar contigo. -Tenía miedo de que algo estuviera pasando y yo no saber nada.
-Dime. -Respondió con una sonrisa.
-¿Qué sucede?
-¿Con qué?
-No te hagas el loco y dime ya que sucede. Desde que volví del viaje a la playa, noté que estás con el semblante cansado.
-No es nada hija, es solo que estoy trabajando mucho.
Al verlo se notaba que era más que un simple cansancio, pero no quise insistir, creo que llegado el momento me lo va a contar.
-Maga, toma esto. -Me frenó Esteban extendiéndome un cd con el ultrasonido de hoy.
-Gracias. -Digo tomándolo, mientras siento como Jero me arrastraba más contra él y podía sentir lo tenso que se ponía- Después le hago una copia y te lo entrego.
-No hace falta. -Dice rascándose la nuca.
-Esteban, por favor, por más que tú y yo no seamos nada es mejor llevarnos bien por el bebé.
-Creo... Creo que tienes razón. -Giró para marcharse pero se detuvo- Necesito que hablemos un minuto a solas. -Dijo dirigiendo su vista a Jero, quien asintió alejándose de nosotros.
-Dime. -Solté dándole toda mi atención.
-Quería pedirte perdón por lo de la fiesta, fui un imbécil. Tú y Jero hacen buena pareja. Por más que tú y yo no seamos nada, me alegra que hayas encontrado a alguien que te valore.
-Gracias. -Digo desviando la vista hacia mis amigas que estaban apartadas con Jero.
-¿Por qué no hablas con Mica? Creo que ella aún siente algo por ti. - Y sin esperar respuesta me alejé hacia mi grupo.
-¿Vamos yendo? -preguntó Jero seriamente.
-Si, vamos.
Después de despedirnos de todos, nos montamos en el auto de Jero y nos marchamos hacia mi casa.
Mientras conducía, lo observaba conducir completamente tenso.
-¿Qué sucede? -pregunté sin poder contener más la impaciencia que crecía dentro de mí.
-¿Es en serio Maga? -preguntó evidentemente molesto.
-¿De qué hablas?
-De lo que dijiste en el hospital, ¿En verdad estas planeando llevarte bien con la persona que te dejó abandonada con un bebé?
-No me queda de otra Jero, es el padre de mi bebé. Es lógico que deba tener una mínima comunicación en él.
-¿Ahora lo defiendes? ¿Después de lo que pasó en la playa lo defiendes?
-¿Qué? ¿De qué estas hablando? -Realmente no entendía que le estaba pasando- No sé por que dices todo esto.
-Lo que digo, es que él te quiere recuperar y a ti parece no importarte.
-¿Qué? -No podía creer que no confiara en mí- Estas mal Jero, él y yo no vamos a tener otra relación que no sea por lo del bebé, además yo estoy contigo y eso es lo que importa.
-Pues no lo parece. -Esto ya me estaba sacando de quicio.
-Frena por favor. -Digo mirando hacia el frente intentando sonar calmada y no derramar una lágrima.
Frenó un poco más adelante y detuvo el motor.
-Creo que... Creo que lo mejor va a ser que nos tomemos un tiempo para recapacitar las cosas. -Digo con voz temblorosa.
-¿Quieres dejar las cosas como están para irte corriendo a los brazos de aquel imbécil? -Ok, esto ya era demasiado.
-¿Es broma? -Intentaba contenerme, pero ya me estaba sacando de quicio sus celos infundados.
-Si realmente no quieres nada con él te quedarías a arreglar las cosas.
-Esto... Esto es demasiado, te quiero, pero realmente te pasaste. -Bajé del auto y cerré de un portazo.
-¡Magalí, sube al auto!
-¡No! -Ya estaba demasiado enojada.
-¡Que subas!
-Dije que no, vete. Quiero estar sola.
-Por favor Maga, sube.
Miré hacia la calle y vi que venía un taxi, me subí y luego de darle la dirección de mi madre, este arrancó.