Un papá para mi bebé.

El viaje.

Me encontraba una vez más sola en mi cuarto. Las chicas habían salido.

Tomé mi valija y comencé a prepararla. Mañana saldría rumbo a Sao Paulo, Brasil. Pasaría unos cuantos días junto a mi padre y su familia. Nada más placentero que tomarse las vacaciones después de meses de estudios.

Este viaje me serviría para reencontrarme a mi misma y poder decidir que es lo que haría con Jero. Aún seguíamos sin hablarnos. A él realmente lo quería, pero lo que había pasado entre nosotros sobrepasaba cualquier limite, si por una discusión mínima el corría a los brazos de su ex, que me esperaba con una pelea más fuerte.

Guardé lo último que me faltaba y luego de cerrar el cierre, me metí a dar un baño relajante.

Cuando salí, me vestí y me terminé acostando. Aún seguía decaída por todo el tema con Jero.

Intenté dormirme, pero solo conseguía dar vueltas en la cama. 
Al fin logré dormirme a eso de las tres de la madrugada.

-¿Tienes todo listo? -preguntó mi padre guardando mi valija en el maletero de su auto.

-Si, solo dejarme despedirme de mamá.

-De acuerdo, pero apurate que perderemos el avión.

Después de despedirme de mi madre y de que esta me diera miles de recomendaciones, nos pusimos en marcha.

Luego de hacer el check- in y de entregar el certificado autorizándome a viajar, el avión despegó.

Me encontraba sentada del lado de la ventana escuchando música del avión con auriculares para no molestar al chico que tenía a mi lado. Éste era bastante guapo, rubio, tenía el cuerpo bastante trabajado, pero de pronto se me vino a la cabeza la imagen de Jero. Un nudo se formó en mi estómago ¿Qué estaría haciendo en este momento? ¿Estaría con su ex ahora? Intenté no seguir pensando en él.

Cuando sirvieron la comida, desconecté todo para poder almorzar.  

-Por lo visto alguien tenía hambre. -Comentó el chico riendo.

-¿Qué? -pregunté confundida mirándolo directamente a los ojos color celestes.  

-Lo decía por tu bebé.

-Ha, si, si es por él/ella comería todo el día. -Ambos reímos.

-¿Ya sabes que va a ser?

-No, aún no, llevo doce semanas de embarazo recién.

-Perdón que no me presenté, soy Camilo.

-Magalí.

Nos la pasamos hablando lo que restó del camino. Hablamos de todo un poco y así me enteré que tiene veinticinco años y es arquitecto. Por obra del destino, resultó que viajaba al mismo destino que mi familia debido a una obra que debía de supervisar.

-¿Y tú? ¿A qué se debe tu viaje?

-Viaje familiar, entre otras cosas.

-Ah, bien.

-Si, aproveché a venir ya que me va a servir para aclarar ideas.

-Nada mejor que un viaje para reencontrarse con uno mismo.

-Eso mismo pienso yo.

-¿Y entre todo eso incluye al papá de tu bebé? Pregunto por que me parece raro ver a una embarazada sola sin acompañante.

-Entre otras cosas si. Él y yo no estamos juntos. -Respondi algo tensa- ¿Y tú? ¿Tienes a alguien esperando tu regreso? ¿Novia, esposa, amante? -pregunté intentando cambiar de tema.

-Novia no, esposa tampoco y amante mucho menos. -Dijo riendo.

-¿Eres... -Intenté preguntar, pero él me interrumpió.

-No, todavía no soy de ese bando. -Dijo riendo. Yo por mi parte no sabía donde meterme, ¿No hay algún paracaídas por ahí para tirarme del avión?

-Perdón, no debí suponerlo. -Yo y mi bocota.

-No sé por que ustedes las mujeres asumen que si no estamos con una mujer somos gays, no todos los chicos guapos somos homosexuales. Y no soy homofóbico. -Dijo riendo mientras negaba con la cabeza.

-Pues que pena, hubiesemos sido mejores amigos. -Digo en forma de chiste.

-Podemos serlo de todas formas, si quieres claro. -Dijo extendiendo su mano.

-De acuerdo. -Respondí riendo y estrechándola con la mía.

Al llegar al aeropuerto, bajé del avión y fuí a buscar mi maleta.  Luego de entregar mis documentos a migración me encaminé a donde se encontraba mi padre y su familia.

-¡¿Maga?! -Gritó alguien detrás de mí. Al girarme me encontré con que era Camilo.

-Dime. -Dije una vez que me acerqué.

-Pasame tu número, así si quieres uno de estos días podemos juntarnos a tomar algo.

-De acuerdo. -Le pasé mi numero y luego de agendarlo me hizo una llamada perdida para que yo pudiera hacer lo mismo.

-Bien, ya tienes mi número, cuando quieras me hablas y nos vemos.

-Dale, gracias. -Me despedí de él con un beso en la mejilla y me fui a reunir con mi padre.

-¿Quién era? -preguntó mi padre mirando sobre mi hombro al muchacho que se alejaba en dirección contraria.

-Nadie, solo alguien que conocí en el avión.

Y sin dar mas detalles nos pusimos en marcha.

 




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